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2016: ¿Qué le pasa a nuestra generación, Bob Dylan?

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Cultura

[OPINIÓN] Si nos paramos a pensar en este año, nos encontramos con un gran susto global y un suspiro de exasperación universal. En vez de canciones sobre cambios o revoluciones, nuestra generación ha elegido memes y parodias como mecanismos de confrontación. ¿Por qué nos hemos distanciado tanto de la tradicional protesta musical? 

En el 2016 hemos dicho adiós a varios cantantes. Entre ellos, a Prince, David Bowie o Leonard Cohen. Todos dejaron su eminente marca en el mundo de la música. También hemos visto la concesión del Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan por su influencia y su talento lírico. A pesar de que su música dominaba las listas musicales en los 60 y los 70, nuestra generación aún acude a estos iconos musicales en busca de inspiración. 

Las canciones de protesta y la música política fueron el Yang del Yin de los 60. Los movimientos contraculturales decoraban el mundo a través de lo que parecía una única voz. Los derechos civiles, los sentimientos antibelicistas y el fenimismo se convirtieron en la retórica del mundo. 

En el 2016, el mundo se ha caracterizado por una fuerte inestabilidad política, por un terrorismo omnipresente y por la lucha de "los de abajo" por mantener unos derechos que se suponían inamovibles. Entonces, si la historia nos muestra que podemos crear una única voz a través de la música para superar las dificultades, ¿qué le pasa a nuestra generación, Bob Dylan?

Como adolescente, mi insatisfacción con el mundo, con los adultos y con el patriarcado en general se expresa mejor a través de una música que ni siquiera pertenece a mi generación, sino a la de mis padres. Podría mencionar el "For What It's Worth" de Buffalo Springfield, el cover de "Police and Thieves" de The Clash o el "Subterranean Homesick Blues" de Bob Dylan, pero nada tienen en común con Shakira, Pitbull o Jason Derulo. Y, aunque admito que la interpretación de la América blanca de Eminem despertó mi interés y me hizo venirme arriba por la forma en que Lil' Kim rapeó abiertamente sobre la sexualidad de la mujer y desmitificó el clítoris, en su música había una falta de universalidad: la habilidad para traspasar fronteras. Aunque 2016 (y nuestra generación en general) ha sido testigo de algunas formas de música política, parece que no es tan efectiva como solía serlo. 

Pese a que el "Borders" de M.I.A se publicó a finales del 2015, su temática centrada en la crisis migratoria en Europa, podría pertenecer perfectamente al 2016. Tal vez peco de inocente por querer comparar esta canción con las que he mencionado antes pero es una buena forma de ver lo borrosa que se ha vuelto nuestra definición de la música política. La canción tiene un ritmo pegadizo y M.I.A repite la frase "¿Qué pasa con eso?" para señalar las "enfermedades" de nuestra sociedad con respecto a la política, a las identidades en incluso a la realidad. Respeto a M.I.A y su activa participación para la creación de conciencia sobre los problemas migratorios, pero cuando separamos al artista del arte, todo lo que queda es una lírica excesivamente simplista y un ritmo pegadizo. 

Nuestra relación con la música política, sin duda, ha cambiado. Es difícil de decir si para bien o para mal, dado que las nuevas formas de comunicación dominan las formas de expresar nuestra insatisfacción. Evidentemente, la introducción de la información continuada y canales como Spotify y Youtube han deteriorado nuestra relación con la radio. Ésta puede ser una de las razones por las que hemos perdido el contacto con la universalidad de las canciones protesta. Pero también hemos visto el crecimiento de las redes sociales y, con ello, una oleada de canciones paródicas y memes. Más que promover movimientos sociales globales, cogemos las noticias de difusión rápida y nos apresuramos a buscar la mejor forma de burlarnos de la política. No componemos canciones protesta. Nos reímos de lo destrozado que está el mundo. 

Lo triste es que en un año repleto de desastres globales todavía tenga que escuchar a Bob Dylan en busca de un sentimiento de unidad y de una motivación para iniciar un cambio o una revolución. Todavía tengo que aferrarme a la famosa frase de Jimi Hendrix: "Cuando el poder del amor sea más grande que el amor por el poder, el mundo conocerá la paz". 

2016: el peor año de la historia. Y lo único que hemos hecho ha sido quejarnos. 

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¿2016, año de mierda? Sí, la verdad es que sí. Pero ésa no es una razón para quedarse quieto. En cafébabel hemos decidido pensar en estos 12 meses y escribir sobre ellos. Historias de ficción, historias divertidas, inspiradoras, en caída libre, irónicas... Todas están aquí, en nuestro especial Best Year Ever.

Story by

Lara Bullens

English editor at Cafébabel and freelance journalist. 🚩Paris, France

Translated from Where is our generation's Bob Dylan?