Yuri Alexeev, el abogado ruso que decidió vivir como un hobbit
Published on
A simple vista, nada llama la atención en la vida de Yuri. Vive a cien kilómetros de Moscú, es usuario de la página web de Couchsurfing y acoge de vez en cuando a turistas de todo el mundo. Sin embargo, su casa es algo particular: está unos cuantos metros bajo tierra. Esta es la historia de un hombre libre.
Despertador. Metro. Trabajo. Ordenador. Llamadas. Metro. Cena. Cama. Esta es la rutina en la que millones de personas se ven atrapadas. ¿Trabajar para vivir o vivir para trabajar? Yuri Alexeev lo tiene claro: ni una cosa ni la otra. Él vive para vivir.
Antes residía en Moscú, trabajaba en un bufete de abogados y pagaba sus facturas como todo el mundo. Sin embargo, un día se hartó y decidió dejar atrás esa vida tan monótona. “Cuando vivía en la ciudad tenía que trabajar para pagar el alquiler. Ahora tengo mi propia casa y no me ata ninguna hipoteca. Soy libre. No tengo que trabajar. No me gustaba ni mi vida ni mi oficio. No era feliz”. Así fue como decidió mudarse a un bosque situado a unos cien kilómetros de Moscú, justo al lado de una carretera principal.
Al principio, lo único que tenía claro era que quería construirse su propia casa. Aun así, le faltaba saber qué tipo de vivienda era el más adecuado. ¿Por qué un agujero hobbit? “Durante medio año viví en un tipi, como los indios, y cuando llegó el frío decidí construir una casa de paja, algo muy poco habitual en Rusia. Desgraciadamente, un día se incendió. En aquel momento no sabía qué hacer y me planteé incluso dejar el país. Después de un tiempo volví a aquel lugar y empecé a barajar diferentes opciones: una casa en un árbol, un refugio en el río… Al final, me decanté por un hogar bajo tierra, ya que se necesitan pocos materiales y no cuesta mantener el calor aunque fuera haya veinte grados bajo cero”.
La casa solo tiene una sala. En una esquina, al lado de una ventana, se encuentra su cama, siempre rodeada de libros; al otro lado hay una pequeña cocina muy rudimentaria; en el centro hay una alfombra y una mesa, donde toma el té con sus invitados; y al lado de la puerta hay una estantería enorme llena de libros. Fuera, a pocos metros de la casa, hay una sauna y un servicio. “Lo malo de la sauna es que está en la superficie y, como estoy al lado de una autopista, la gente me ve. Además, en invierno hace mucho frío [risas]”.
A Yuri se le conoce como ‘el hobbit ruso’, por lo que no resulta extraño preguntarse si se inspiró en las novelas de J. R. R. Tolkien. Aunque su casa recuerde a la de Frodo Bolsón, él afirma que cualquier parecido con la Tierra Media es una combinación entre una buena estrategia de márketing y una pura coincidencia. “Es cierto que la puerta es igual que las de las películas, pero en ningún momento quise imitar una casa hobbit. En realidad, resulta más sencillo construir una puerta circular. Me han empezado a llamar ‘el hobbit ruso’ porque vende más. La saga de El señor de los anillos es un fenómeno mundial. Por eso, creo que utilizar ese nombre para referirse a mí es una idea muy bien pensada, ya que atrae la atención del público. Se le ocurrió a una de las televisiones que me vino a entrevistar y me gusta”.
Yuri ya se ha hecho famoso en las redes sociales. Televisiones de todo el mundo se han interesado por la vida de este hombre libre. Sin embargo, su historia no solo llama la atención de prensa e internautas, muchos turistas también se acercan hasta allí por pura curiosidad. Además, Yuri cuenta que cada año acoge a couchsurfers de todo el mundo. De hecho, habla orgulloso de su colección de banderas, la cual ha ido creciendo gracias a sus invitados.
“Please, feel welcome” es la frase con la que Yuri recibe a todo aquel que quiera compartir un ratito de su vida con él para beber un café, leer un libro o, simplemente, charlar. Se considera una persona muy abierta, por lo que no quiere que le confundan con un ermitaño. “¿Qué piensan los demás de mí? La gran mayoría cree que soy un ermitaño, que vivo aislado por razones religiosas. En cambio, la realidad es muy distinta. No huyo de la vida social. Mi elección de vivir bajo tierra no tiene nada que ver con la religión. Además, tengo muchos amigos. Aun así, aunque lo explique, a veces no me creen. Al final prefiero darles la razón y todos contentos”.
Un día en la vida de Yuri
“Me levanto, pongo agua a calentar para preparar té, leo las noticias (soy un ciudadano del mundo y me interesa mucho la actualidad), voy a por leña, preparo la comida/la cena y el resto del tiempo me dedico a mis tres proyectos actuales: profundizar en la figura política de Alekséi Navalny, potenciar el bookcrossing y conocer a fondo la obra del médico y escritor Antón Chéjov”.
Esa es la rutina que describe Yuri cuando le preguntan a qué se dedica normalmente. Desde hace años no se mueve de ese bosque, por lo que uno puede pensar que quizás se siente aburrido a veces. “¿Aburrimiento? ¿Qué es eso? Echo de menos aburrirme, ya que siempre estoy muy ocupado”. ¿Soledad? Tampoco. Vive con Petrushka, que es su fiel compañera. Además, todas las semanas recibe visitas de sus amigos, que le llevan libros y comida (no se acuerda de cuándo fue la última vez que pisó un supermercado).
Alexeev tiene dos pasiones: los libros y la política. Es un gran defensor de Navalny, el principal líder de la oposición rusa [condenado el siete de febrero a cinco años de cárcel y a una multa de quinientos mil rublos acusado de malversación de bienes, lo que le impide presentarse a las elecciones de 2018. El líder opositor ya había sido hallado culpable de malversación en 2013, pero el caso volvió a la justicia después de una serie de protestas en su apoyo y de que la Corte Europea de Derechos Humanos afirmara que no había recibido un juicio justo, según datos de la BBC ndlr]. Alexeev dedica gran parte de su tiempo a convencer a los demás de que Vladimir Putin no tendría nada que hacer si él se pudiera presentar a las elecciones.
Yuri tiene más de 4500 libros registrados en la página web de bookcrossing. “La historia del libro empieza con Gutenberg y termina con este proyecto de intercambio de libros. Es algo maravilloso. Cada vez que viene alguien a visitarme le regalo uno de mis libros. A mí también me encanta recibirlos. La plataforma de bookcrossing está muy bien pensada, es como una biblioteca internacional”. Todo el mundo puede dar su opinión sobre el último libro que ha leído”. En este momento, está sumergido en el teatro de Chéjov.
Tras compartir un rato con Yuri, uno se pregunta si esta decisión de dejar todo atrás y vivir bajo tierra con su conejo es definitiva o si le gustaría, en un futuro, volver a tener una vida ‘normal’. El hobbit ruso lo tiene muy claro: “Estoy a gusto con mi vida. Soy libre. Además, creo que Rusia no está hecha para mí. Si alguna vez me mudase, quizás me iría del país, pero nunca volvería a vivir para trabajar”.
La conversación Skype está a punto de acabar, pero justo entonces, al otro lado de la pantalla, Yuri regala un último consejo: “Por favor, hagas lo que hagas, asegúrate de ser siempre feliz”.