Wagner contra la guerra: Jóvenes artistas toman Bayreuth
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elena sarah baixas lehnberg“¿Beirut? Eso queda por Oriente próximo, ¿verdad?” Esta pregunta suele repetirse una y otra vez al hablar con amigos europeos sobre el festival de jóvenes artistas de Bayreuth. ¿Quién, a excepción de devotos wagnerianos, conoce esa pequeña ciudad perdida en la provincia de Franconia, en Baviera, cuyo nombre despierta asociaciones fonéticas con Líbano?
Coronando la verde colina de Bayreuth se halla el Festspielhaus Richard Wagner, un teatro que se alza sobre una ciudad por la que aún vaga la figura del compositor alemán. Sin embargo, las notas de Parsifal no son las únicas que resuenan en sus barrocas calles, a más de un paseante desprevenido les sorprenden, entre la esquina de la ópera y del antiguo castillo, los ritmos de una banda de música brasileña. No solo eso. Por el centro de la ciudad nos podemos ver rodeados por un grupo de acordeonistas rumanos y un cuarteto de cuerda franco-alemán. ¿Y no es una banda con instrumentos de viento lo que se oye de fondo?
Más allá de conflictos políticos: Israel y Palestina juntos ante un atril
En Bayreuth se vive una verdadera fiebre musical. Aunque los visitantes y seguidores de Wagner prácticamente invaden la ciudad en agosto, no son ellos los responsables del alboroto. El creciente número de músicos en las calles nos indica que de nuevo ha llegado el momento: el festival de jóvenes artistas se pone en marcha. Bajo el lema libremente adaptado de Wagner, Follow your passion, 300 jóvenes artistas llegados de 29 países distintos vuelven a reunirse este año en el ‘escenario para la juventud del mundo’. Se buscan ante todo músicos, pero también tienen su sitio actores, escritores y bailarines. Mientras que en sus comienzos el festival se hallaba marcado por la tensa atmósfera de la guerra fría, en la actualidad se ha convertido en el reflejo de un mundo globalizado. A una velada con composiciones italianas, españolas y turcas le sucede el espectáculo del grupo Lyra Tatui de Brasil. Todo un viaje entre Oriente y Occidente. Al encuentro ‘Orient meets Occident’, han sido invitados músicos de Líbano, Siria, Irak y Palestina para interpretar, bajo la dirección del director Vladimir Ivanoff, la Pasión Árabe según J.S. Bach. El objetivo del proyecto es motivar a jóvenes israelíes, palestinos y árabes a tocar juntos más allá de conflictos religiosos y políticos. Que el 19 de agosto el director Daniel Barenboim actúe por primera vez en Bayreuth junto con su West Eastern Divan Orchestra es una bienvenida casualidad.
La política se cuela entre las partituras
Al preguntar a la directora, Sissy Thammer, que lleva los últimos 24 años derrochando pasión en el proyecto, qué es lo que la retiene desde hace tanto tiempo unida al festival, se puede sentir su entusiasmo. “A mi el arte siempre me ha hecho feliz”. Por ello, quiere facilitar el acceso a la actividad artística a jóvenes de todo el mundo. Especialmente a los niños y jóvenes, nos dice, que sienten frecuentemente miedo al arte y a la música clásica, por lo que se les debe animar de una manera especial. ¡No a todo el mundo le gusta la pomposidad del Parsifal wagneriano! De todos modos, el festival de jóvenes artistas ofrece a los no wagnerianos un amplio popurrí de tango argentino, operetas húngaras y jazz lituano. Los que carezcan de habilidades con instrumentos musicales no están excluídos, y pueden acumular experiencia en dramaturgia, periodismo o gestión cultural acogiéndose al programa de prácticas Sprungbrett (‘trampolín’).
Ahora bien, el trabajo en conjunto con músicos de distintos países, no siempre es fácil. ¿Cuál es el plato preferido de un japonés? ¿Cuánto tiempo ensaya un belga? ¿Y qué almohada necesita un jamaicano? Sin embargo, nos dice Sissy Thammer, es poco frecuente que sean las barreras lingüísticas las que dificulten el quehacer diario de organizadores y participantes. “Gracias al carácter internacional del festival, siempre se encuentra a alguien capaz de traducir del libanés al francés y del italiano al ruso. En cambio, sí ocurre a menudo que los jóvenes arrastren los conflictos políticos y sociales de sus respectivos países hasta el escenario”. La directora asegura que hasta el momento, el diálogo siempre ha dado sus frutos y ha servido para rebajar tensiones. A ello hay que sumar el poder resolutivo del acogedor ambiente de Franconia, ya que como suelen decir sus habitantes: “Un buen trago de vino o cerveza de Franconia siempre ayuda”.
Podéis solicitar vuestra participación como músicos o practicantes de forma online. ¡No se exigen conocimientos de alemán!
Translated from Alte Meister für junge Geister