Vlaams Belang: extrema derecha, extrema soledad
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Raquel Madrid LópezEl fantasma de la extrema derecha se extiende por el continente ante las elecciones europeas. El partido belga Vlaams Belang (Interés Flamenco) trata de aliarse con el euroescéptico partico francés Front National (Frente Nacional). Hemos investigado cómo es la extrema derecha en Bélgica.
Un día gris de abril, cerca de Bruselas, un bardo con nariz de borracho está sobre el escenario. No puede centrar la mirada sobre las aproximadamente tres docenas de militantes del partido de extrema derecha independentista Vlaams Belang. Con las caderas temblándole y con una feliz sonrisa canta al compás de la música tradicional flamenca que toca la banda. El acto de campaña tiene lugar en Halle, en la zona flamenca de Bélgica, a apenas una hora de camino de la capital, Bruselas. Y aun así, Halle parece estar a años luz. Por las calles de Bruselas se habla en todos los idiomas posibles, en la flamenca Halle, mejor quedarse solo con neerlandés.
los calvos bailan la polonesa
Mientras se desarrolla el acto de campaña electoral, el castillo hinchable causa sensación entre los más pequeños. Los adultos hacen cola en la barra del bar. Solo unos pocos aplausos marcan los discursos políticos. Los que se han acercado de forma espontánea parece que tienen más ganas de fiesta y prefieren escuchar al bardo. El partido está más calmado. Tras haberse peleado con los Antifa hace un par de semanas en Bruselas, hoy en Halle no se ve a ninguno de ellos ni coches patrulla. Cuando un par de calvos se ponen a bailar una polonesa al ritmo de la canción de moda Anita, yo tomo mi camino de vuelta a Bruselas.
Vlaams Belang ya ha obtenido el voto de uno de cada cuatro flamencos. Ahora el partido trata de llamar la atención. Las ideas que promulgan los separatistas Vlaams Belang son válidas para la mayoría de la población flamenca. En Flandes, mucha gente opina que la parte flamenca de Bélgica siempre tiene que pagar a la parte valona, y que les iría mucho mejor sin los francófonos. Además, muchos consideran a la Unión Europea una amenaza que podría involucrarse demasiado es sus vidas. Estas son también las presmisas del Vlaams Belang, pero apenas nadie quería prestarles su voz. El Nieuw-Vlaamse Alliantie (N-VA) (Nueva Alianza Flamenca) es un partido nacional-conservador, que le ha puesto las cosas difíciles a Vlaams Belang desde hace unos años y se ha apropiado de muchas exigencias de la extrema derecha. Desde que la bandera por una autonomía flamenca ya no exclusiva del Vlaams Belang, intentan erigirse como el mayor partido anti-inmigración. Según ellos, los vreemdlinge, musulmanes en su mayoría, son los culpables de todo lo que va mal en Bélgica.
fronteras cerradas, más policía y expulsiones
Philip Claeys me guía por el laberinto de pasillos del Parlamento Europeo. Al entrar en el pasillo donde se encuentra su oficina, Claeys de repente baja el volumen, como si no quisiera molestar a su vecino. El europarlamentario de Vlaams Belang no pertenece a ninguna fracción y no tiene los mismos derechos que el resto de parlamentarios adscritos a alguna. Por eso, de cara a las próximas elecciones europeas, el partido ya ha hablado con con Marine Le Pen, de Francia; Geer Wilders, de Holanda; Heinz-Christian Strache, de Austria, y con los demócratas suecos para crear una fracción común, explica Claeys, como si fueran sus amigos.
Claeys se describe a sí mismo como "politically incorrect" (políticamente incorrecto). En su despacho habla de manera casi pastosa de los objetivos de su partido. Todos son tan "híper-sensibles" cuando se trata de inmigración, que su partido es el único que se ha atrevido a hablar claro. Habla de "no go areas" en Bruselas, de guetos, de la ley Sharia. En su partido se hace política que aviva el miedo. Entre sus propuestas se leen: cerrar las fronteras, aumentar el número de policías y las deportaciones de refugidados, aunque ya estén reconocidos. Al despedirnos, Claeys vuelve a hablar bajo en el pasillo.
EUROPA como era antes - bajo el poder de HITLER
Las oficinas del Vlaams Belang en Bruselas llegan a varios pisos. Junto a los escritorios de madera clara se amontonan carteles y banderas en negro y amarillo. Gerolf Annemans, el presidente del partido, se parece un poco al actor Bill Muray. Su voz resuena grave como un contrabajo. "¿Quién ha puesto todas estas banderas en la oficina?". No lo recuerda, porque no se considera "un aficionado a las banderas". Ha añadido un antiguo auricular a su teléfono móvil, que hace que las llamadas desde su enorme despacho irradien importancia.
Hace 27 años que Annemans se sienta en el Parlamento belga, aunque considera que ni debería existir. Para él, Bélgica debería desaparecer. "¿Por qué participa entonces en un parlamento que ni siquiera debería existir?". Annemans se encoge de hombros. Considera el parlamento como un escenario desde el que puede decir que es inútil.
¿Cuánto de derechas? - Ronda de debate sobre la nueva derecha.
A gusto en el papel de víctima
Indignado, explica que para él, la UE no es más que un mecanismo gigante de transferencias de norte a sur. Lo mismo ocurre en Bélgica: Flandes, en el norte, tiene que contribuir por Valonia, en el sur. La Europa en los tiempos de Hitler, Adriano y Napoleón, era tan artificial como lo es hoy con la UE. Lo dice para "provocar reflexiones". Parece mentira que este zalamero sea capaz de dar esa lección de historia.
Pero aquí reside la clave del partido, que nunca se ha considerado a sí mismo como extremista. En primera fila encontramos a hombres perfectamente trajeados como Annemasn y Claeys que se erigen como voz de los furiosos flamigants, aquellos flamencos que quieren separarse de Valonia. Estos hombres adornan sus discursos anti-inmigración con argumentos difusos sobre la explotación por parte de la UE y Valonia. Toman gustosamente el papel de vícitma para justificar su discordante mensaje sobre la "inmigración salvaje".
El periodista Tom Cochez ha publicado un libro sobre el Vlaams Belang. Me explica que a los militantes del partido les gusta cantar "viejas canciones alemanas" cuando se reúnen. Algunos llevan símbolos nazis ocultos bajo la ropa. No nos deberíamos dejar engañar por la apariencia pseudoburguesa de la élite del partido. En estos momentos, Vlaams Belang no tiene tanta fuerza en el escenario político flamenco; pero sus ideas las han recogido otras fuerzas políticas más poderosas. La extrema derecha belga no estará sola en los resultados de las próximas elecciones.
ESTE REPORTAJE SE HA ESCRITO EN EL MARCO DEL PROYECTO «EUtopia – Time to Vote». UN PROYECTO PUESTO EN MARCHA POR CAFÉBABEL CON LA COLABORACIÓN DE LA FUNDACIÓN HIPPOCRÈNE, LA COMISIÓN EUROPEA, EL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES FRANCÉS Y LA FUNDACIÓN EVENS.
Translated from Vlaams Belang: Extrem rechts, extrem allein