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¡Viena, colega! Siguiendo las huellas de la yugosfera

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Sociedad

Paseando por los abundantes pubs de la calle Ottakriger, en el distrito 16 de Viena, se puede escuchar una fuerte música de Technobeat mezclada con música regional; básicamente, cursiladas musicales procedentes de Bosnia, Croacia, Serbia o Montenegro. Aquí se llevan las cadenas de oro y las faltas cortas.

Son los llamados “yugos” , el grupo de inmigrantes más grande de Viena, que constituyen el 10% de la población total. Los “yugos”, ¿cliché o estereotipo? Seguimos la pista de las múltiples indentidades de Viena.

Ljubomir Bratić, filósofo y sociólogo, arruga la frente cuando se habla del concepto de “identidad”. El activista político, que trabaja en la Integrationshaus (Casa de la integración), prefiere hablar de la autoconciencia y de los estereotipos mientras nos tomamos un café en Karlsplatz. Los padres de Ljubomir fueron los trabajadores extranjeros de primera generación que huían del paro en la República Federal Socialista de Yugoslavia. En Viena, había muchos puestos de trabajo esperándoles: de limpiadoras y de trabajadores en la construcción, trabajos que se ofrecían, sobre todo, a los extranjeros y, en especial, a las personas procedentes de regiones económicamente débiles como la Serbia Valaca, de donde provenían los padres de Ljubomir.

Una vez asentados en Viena, se convertían en “yugos”, trabajadores con permisos de residencia temporales que ahora, cincuenta años después, aún continúan en Viena. “Ya desde el momento de la emigración de Yugoslavia, los emigrantes se veían confrontados con muchas esperanzas, tanto en Viena como en Yugoslavia”, explica Ljubomir Bratic: trabajar hasta el agotamiento en Viena para comprar una casa en “la patria yugoslava”, para comprar un coche de estilo occidental para enseñarlo a los compatriotas durante las vacaciones de verano. Un poco de orgullo al volver y poder decir: "mirad, nos nos queríais dar trabajo, ahora estamos en occidente y hemos conseguido prosperar".

Típicos clichés: un sentimiento muy concreto”

La mayoría de emigrantes ya no siguen este modo de vida. Ivana Cucujkic, de 28 años, ha trabajado en la revista multiculural dasBiber durante los últimos 5 años. En el Starbrucks del centro comercial Millenium City, punto de encuentro de la comunidad exyuyoslava, critica ferozmente los clichés mas recientes. ¿Qué rol juega para usted la indentidad de “yugo”? “Aquí, en Austria, somos reconocidos como grupo, por debajo de los yugoslavos que se quedan en casa”. Según Ivana, los culpables son los turistas diáspora, los que en verano viajan a los Balcanes y solo se relacionan entre sí. Para las yugoslavas de Viena, las vacaciones de verano en los países del Este, como los Balcanes, son un paraíso. ¡Todo es tan barato!

Ivana critica la actitud insensible de la gente de su generación: “ hay gente que casi no puede esperar a bajarse del coche y presumir de algo o hablar de su sueldo. Sé que hay personas en Yugoslavia que no se lo pueden creer, pero mi sueldo en Viena no es nada del otro mundo, teniendo en cuenta el coste de la vida aquí”. Ivana se distancia así de los típicos "yugos" presumidos. Solo muy de vez en cuando se deja caer por la calle Ottakringer. “Se trata de un sentimiento muy concreto, que sólo me pertenece a mí, que dejo que me inunde una vez al mes, pero que si sintiera constantemente me volvería loca”.

¡Viena, colega!

La noche anterior, se puso a la venta el CD de KidPex en el Ostklub (Club del Este) en Viena, donde reina un sentimiento muy concreto. Dentro de una hora saldrán al escenario el rapero y sus colegas, los BloodyMC . Pero, de momento, los dos chicos están sentados cómodamente detrás del escenario, rodeados de gente del rap Tschuschen (un estilo de rap) y la cantante bosnia Azra Halilovic, cuya misión es calentar el ambiente antes de que KidPex salga a escena. Nadie está nervioso. En las camisetas de los raperos se lee “Wien Oida” (Viena, colega). Con esto ya se ha dicho todo: “Viena es después de todo nuestra casa”, dice BloodyMC, que ya lleva 5 años viviendo en Viena como trabajador extranjero.

KidPex, que viajó desde Zagreb hasta Viena con sus padres con tan sólo nueve años y ahora tiene un diploma en publicidad, le da la razón. “Tu casa se encuentra allá donde transcurren el pasado y el presente. Yo tengo muchos recuerdos en Viena. Y muchos amigos”.

¿Y qué opinan las otras “vienesas” sobre esto? Claro que se han visto confrontadas con estereotipos, han sido llamadas "yugos" a veces. “Si te lo dicen de manera irónica, no pasa nada, pero cuando te lo dicen con un tono discriminatorio, entonces no es aceptable”, explica KidPex. En principio, no se ven como miembros de un grupo de inmigrantes sino como bailarinas de Hip Hop, que van por la ciudad con los ojos bien abiertos y señalan detalles en los que nadie se fija: “ cuando escribo mis canciones critico sobretodo la sociedad”, explica KidPex, mientras me enseña su nuevo CD, llamado Perestroika.

De "Eurojunkies" y "Yugos"

El rap se canta en naš jezik, como ellos llaman a su lengua materna. Porque las expresiones tienen que ser dichas de manera clara y concisa, porque el ambiente sólo puede crearse cuando se canta en la lengua materna. Él canta rap sobre la juventud perdida o sobre la idea traicionera de una Europa que se está dejando llevar por un capitalismo sin límites: “Eres un Eurojunkie, para ti sólo brilla el sol cuando tienes dinero en el banco. Tú, enamorado de la burocracia, nunca encontrarás la felicidad”. Al público le encanta.

El estilo de Djurica Nikolic es mucho mas suave. “Una voz no tiene que gritar, con susurros se consigue llegar mucho mas lejos”, asegura. Junto con su colega Elisabeth Ettmann, colabora en la asociación Im.Ausland (En el extranjero) y ayuda a los inmigrantes a superar todas los desafíos de la vida diaria. Djurica mismo es un romaní serbio, una identidad que le gustaría poder defender con mas valentía, si no fuera por la imagen negativa que representa. “ Yo soy europeo, mis hijos son europeos”. Personas con diferentes trasfondos sociales y familiares se reunen en el districto número 15. Múltiples identidades. Y Djurica les quieres dar a todos una voz propia: él mismo se ha proclamado “la voz de los inmigrantes”. Una voz que quiere romper con barreras y estereotipos. Y que destierra el concepto de “yugo” a un par de clubs en la calle Ottakringer, que cierran sus persianas durante el día.

Este artículo forma parte de Multikulti on the Ground 2011-2012, una serie de reportajes sobre el multiculturalismo realizados por cafebabel.com en toda Europa.

Fotos: portada (cc)Reisbüro Ottakringer Straße; Ivana Cucujkić ©dasBiber.at; Balkan-Beats (cc)nomada_20/flickr; Video (cc)KidPexTV/YouTube

Translated from Wien, Alter! Auf den Spuren einer multiplen Jugosphäre