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Venta por internet: el fin de los intermediarios en productos agrícolas

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SociedadPolítica

La nueva dirección ‘liberalizadora’ de la agricultura europea profundiza el papel relevante del mercado a la hora de establecer los precios y la demanda de los productos agrícolas en Europa. Internet suplanta a Marx en la revolución de los agricultores

Alguien gana a costa de alguien

En las conclusiones del dictamen que emitió el Comité Económico y Social Europeo en 2005 sobre la gran distribución se alertaba sobre la necesidad de análisis detallados de márgenes de precios de alimentos en la UE. España cuenta, de manera oficiosa, con el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), elaborado cada mes por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos española (COAG), que sitúa estos márgenes en más del 400% del precio de origen del producto. “La distribución casi quintuplica el precio en origen”, afirma un portavoz de la Coordinadora. La Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED), afirma que cada empresa establece su propia política comercial. Y aún más: un estudio elaborado por la consultora Capgemini para el Ministerio de Agricultura español sentencia que el proceso de intermediación es absolutamente eficiente y que los márgenes no son abusivos. “Aquí todos tienen que cobrar. Además, el beneficio neto es muy ajustado, apenas ronda el 3% del precio final”, corrobora una portavoz de ANGED.

Vuelta a los precios garantizados

Según un sondeo realizado por Eurobarómetro, un 43% de los ciudadanos europeos, -ocho puntos porcentuales por encima de los resultados de la anterior consulta-, creen razonable garantizar los precios de los alimentos como una prioridad política. Petr Gandalovic, presidente de turno del Consejo de Ministros de Agricultura de la UE, confirmó el pasado febrero, durante la última reunión del Presidium del COPA (Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias) en Bruselas, que se trata de un problema europeo y cree posible controlar ciertas prácticas comerciales. También recordó que el Parlamento Europeo ya está realizando un informe que aconseja que los precios de compra de los productos a los agricultores no sean inferiores a los costes de producción, lo que aseguraría al menos la renta de los productores.

La revolución es de internet, no de Marx

Para salvar los márgenes comerciales, muchos agricultores europeos, intuitivos y emprendedores, ya han puesto en marcha un sistema de venta directa de sus productos por internet para evitar la intermediación y garantizar la calidad. Basada en la idea de Soberanía Alimentaria y Agricultura de Responsabilidad Compartida, COAG acaba de poner en funcionamiento la Red Arco, que engloba la filosofía de este movimiento y promueve la producción y consumo de alimentos social, ambiental y económicamente sostenibles, a la vez que estrecha las relaciones productor-consumidor. Las primeras iniciativas de venta directa en Europa se dieron en Alemania y Suiza en los años sesenta. Hoy, es Francia la que lidera este tipo de comercio con su ‘Association pour le Maintien de l'Agriculture Paysanne’-AMAPs (Asociación por el mantenimiento de la agricultura campesina), aunque no es la única: en Suiza existe la inciativa Les Jardins du cocagne, en Portugal, Reciproco y en España, el sector se desarrolla gracias a iniciativas como la Red Arco o el Proyecto Coccinella, creado en 2004 por la Asociación Naturalista del Sureste (ANSE).

Patatas por internet

Foto, Concha HierroLa Cooperativa Agrícola Virgen del Rocío también se está subiendo al carro de estas iniciativas que están produciendo una pequeña revolución silenciosa. Existe desde hace cuarenta años en la Colonia de Monte Algaida, una pedanía perteneciente al pueblo gaditano de Sanlúcar de Barrameda, a las puertas del Parque Nacional de Doñana, y abastece a toda la zona y a parte de España y el extranjero. “En plantilla estamos veintisiete, pero en temporada alta los trabajadores somos casi 400”, dice con orgullo la chica que coge el teléfono y hace papeles detrás del mostrador. Solo hace tres años que empezaron a vender patatas por internet, lo que supone el 5% del total de sus ventas de este producto. “Aunque no mantiene a la cooperativa, es una salida más que tenemos y una posibilidad de futuro”, confirma el comercial, Miguel Ángel. La patata no la venden fuera de España por internet, ya que encarecería costos de portes y serían más probables las pérdidas en calidad. “El transporte incrementa 8 € los 10 kg de envío con la venta por internet”, cuenta M. Ángel. Además, todos sus productos tienen la garantía del certificado de calidad global-gap, imprescindible en la venta internacional y por internet, a pesar del sobrecoste de entre 3.000 a 4.000 € al año, cuenta Antonio, el perito de la cooperativa.

El panorama de la distribución asusta a estos agricultores, pero la venta por internet a través de la cooperativa tampoco parece quitarles el miedo de encima. “Para ellos no deja de ser lo mismo, cobran el 10% de beneficio”, ultima el comercial. “La venta directa es una alternativa en pañales, por eso los agricultores se agrupan en cooperativas”, confirma un portavoz de COAG.