Una Francia de abundancia para los 'cerebros tunecinos'
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Pablo ÁngelEn los últimos años, el número de "cerebros" que huyen de Túnez no ha parado de crecer. Ingenieros, doctorados y universitarios optan por Francia para continuar sus carreras. Para entender sus razones, nos citamos con ellos en París, donde aceptaron compartir sus experiencias personales.
En la terraza de un café, cerca del parque de la Villette (XIX distrito de París), me encuentro con Amine, un ingeniero de 30 años en Informática Industrial y Automática. Amine vino a Francia después de una experiencia de 2 años en una empresa en Túnez. Un trabajo bien remunerado, pero monótono y con poca responsabilidad: "trabajábamos como máquinas en un proyecto sin saber realmente lo que hacíamos. Me habría gustado tener una visión general, saber lo que se hacía por encima de mi trabajo". Así que le surgió la idea de solicitarle trabajo al proveedor de su empresa tunecina en Francia. "Lo que quería, lo he conseguido. Ejerzo un verdadero trabajo de ingeniero y me siento realizado", añade Amine.
4 meses en francia más rentables que 24 en túnez
Estos sentimientos de estancamiento y de falta de progreso se ha generalizado entre los jóvenes "cerebros tunecinos", y culpan tanto a las empresas privadas como a las públicas. Lo demuestra Helmi, de 34 años, consultor de Seguridad de Sistemas de Información. Después de pasar 5 años en la Agencia Nacional de Seguridad Informática, decidió poner rumbo a Francia porque "los jóvenes no pueden evolucionar en el seno de la administración tunecina, y un buen número de expertos se 'mueren' allí". Joven ingeniero y padre de familia, Mhenni terminó sus planes de estudio en Francia en 4 meses, y afirma que han sido más beneficiosos para él que 24 meses en Túnez. Una frase chocante que solidifica el problema del abandono de las élites tunecinas hacia Francia. Mhenni dice que más allá de las competencias técnicas que él ha podido adquirir en el Hexágono, ha encontrado en su lugar de trabajo un ambiente agradable donde le dan importancia a los valores humanos, y donde los empleados son tratados como hombres y no como máquinas. En Túnez, la mentalidad es totalmente diferente para él, entre muestras de indolencias, actos incívicos y una evidente falta de organización.
Esto también fue un factor determinante para Nadia, de 28 años. Ella decidió cursar un máster en Economía y Finanza Internacional en París 13 después de obtener un diploma por haber superado dos años del IHEC (Institut des Hautes Etudes Commerciales) de Cartago, con la esperanza de conseguir un trabajo en Francia. "La sociedad aquí es menos exigente y los valores cívicos son más importantes que en Túnez", concluye ella.
"Intelectualmente colonizados"
Mona, de 28 años, doctorada en Mercadeo y profesora-investigadora en Paris-Sud, evoca razones familiares: "Quiero garantizar un buen futuro para mis hijos y sería egoísta si no les hago aprovechar las mismas oportunidades de mi trabajo". Además, también se refiere a los mismos problemas de falta de civismo señalados por Mhenni. Con tristeza, dice que ella "ya no se ve viviendo en Túnez".
Después de 75 años de colonialismo, el francés es la lengua de enseñanza, particularmente científica, y es la favorita también en el departamento de las élites. Para Mehdi, de 28 años e ingeniero en un gran banco francés, "Francia coloniza ahora la Túnez intelectual. Los estudiantes que salen con mejores notas de la selectividad consiguen un puesto en las grandes escuelas francesas, y los alumnos de las escuelas preparatorias pasan a los exámenes franceses". Los ingenieros que se gradúan en el país son después "bombeados" para Francia, dada la enorme demanda del mercado hexagonal.
La decisión de volver al redil es dificil de tomar debido a que las oportunidades en Francia sobrepasan ampliamente a las del país de origen. Pero la nostalgia está ahí, y los expatriados buscan una situación familiar estable. Con este objetivo, Mona espera casarse, mientras que Amine ha solicitado un reagrupamiento familiar para tener a su mujer a su lado. Mona confía en que la situación en Francia sea más ventajosa para una pareja casada. Regresar a Túnez es una opción que ha considerado Helmi, pero no hasta que no pasen, al menos, 5 años pues sus hijos están escolarizados en Francia. A Amine le gustaría volver e independizarse después de haber adquirido un poco de más experiencia. Pero cuando le planteo la cuestión: "¿Tienes planes de volver algún día a Túnez?", la respuesta más espontánea y dada por el resto es: "¡Si Dios quiere!".
ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DE UNA EDICIÓN ESPECIAL DEL PROYECTO "EUROMED REPORTER" INICIADO POR CAFÉBABEL EN COOPERACIÓN CON SEARCH FOR COMMON GROUND Y LA FUNDACIÓN ANNA LINDH.
Translated from La France : terre d’abondance pour les « cerveaux tunisiens »