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¿Un eurodebate? Una eurogeneración

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Default profile picture marisa vega

Cada cinco años, las elecciones se anuncian tímidamente a los ciudadanos europeos, que responden con no menos reserva. Ofrezcamos a este escrutinio un debate que traspase las fronteras.

Sólo uno de cada tres electores tiene previsto ir a las urnas el próximo mes de junio (1). El factor que mas disuade al ciudadano es probablemente el sentimiento de ofrecer un mandato a alguien que después ya no le tendrá en cuenta. El Parlamento Europeo (PE) y su funcionamiento carecen, en efecto, de visibilidad y claridad para la mayoría de los ciudadanos. Esto podría explicar el hecho de que el 63% de los europeos participara en las primeras elecciones directas del PE en 1979, y a partir de entonces la cifra de participación no haya dejado de disminuir hasta llegar a menos del 50% en 1999. Y lo peor puede que aún esté por llegar…

Partidos políticos híbridos

Paradójicamente, los candidatos a la diputación europea se presentan bajo etiquetas de partidos nacionales, pero una vez elegidos se unen a un grupo parlamentario transnacional –en la actualidad existen ocho- o figuran entre los «no inscritos» (32 diputados de los 626). Esta situación, instituida en 1953, es una oportunidad para Europa, pero también origina incoherencias.

De este modo, en el seno del Partido Socialista Europeo (PSE), creado en 1992, actualmente segunda formación política en el PE (173 diputados), coexisten el partido socialista español, el francés, el belga, e incluso el Labour inglés. El grupo Partido Popular Europeo–Democratas Europeos (PPE-DE), fundado en 1976, y primera formación en el PE con 231 diputados, incluye más de 30 partidos nacionales diferentes, de los cuales muchos pertenecen a un mismo estado, y no siempre se entienden en la escena política nacional.

El paisaje político europeo se caracteriza de este modo por una cierta bipolaridad, que se precisó en 1989 con un «pacto de honor» para compartir la presidencia del hemiciclo. Esta tendencia podría acentuarse tras el próximo escrutinio según un estudio de la London school of Economics (2)

¿Un paisaje político modificable?

Los otros grupos poseen entre 52 representantes (los liberales, demócratas y reformistas del ELDR) y 18, en el caso de los soberanistas del Grupo por la Europa de las Democracias y las Diferencias(EDD). También habría que citar la izquierda unida europea–izquierda verde nórdica (GUE/NGL) y los verdes / alianza libre europea (Verdes/ALE) (3).

La ambición del Parlamento es la de reflejar la voluntad de los pueblos de Europa. También le incumbe hacer que funcione la democracia política europea: el Parlamento es el único órgano de la Unión en el que los miembros son elegidos a través del sufragio universal directo. A la hora de la ampliación, tiene que asegurar la mejor representación para los 450 millones de europeos de los 25 Estados miembros (EM).

El PE deberá permanecer a la escucha y adaptarse, modificando el número y la identidad de los grupos políticos para hacer que sean más representativos y más transnacionales en su acercamiento a los problemas públicos. A partir de julio de 2004, dieciséis diputados de una quinta parte de los Estados miembros podrán constituir un grupo. Los equilibrios políticos podrían verse modificados, las urnas lo dirán.

Para el 10, 11, 12 y 13 de junio, ¡llamada al debate!

El proyecto de Constitución para Europa prevé que se incrementen los poderes del PE: sería reconocido como el colegislador, con el Consejo, sobre el conjunto de las competencias comunitarias. Ahora bien, cerca del 70% de la legislación nacional de los Estados miembros se decide antes en Bruselas. Como representante de los pueblos, el PE es en cierto sentido, un islote de democracia en un magma institucional donde el ciudadano tiene pocas oportunidades de hacerse oir. De ahí la importancia de la puesta en marcha del juego electoral.

La naturaleza de la campaña en sí misma posee una fuerte significación. Aunque el Parlamento es EL lugar sagrado de la democracia europea, es necesario tener en cuenta que no se trata de UNA campaña electoral europea, sino de VARIAS campañas, centradas en el juego político nacional. El interés europeo no sería más que un pretexto para recordar a los electores la importancia de estas elecciones, a falta de que se ocupen de ello los medios de comunicación, el modo de escrutinio, o los partidos políticos. De ahí la idea de llevar a cabo un verdadero debate transnacional, en el que las cuestiones y los «partidos» europeos, transnacionales, sean el centro de atención.

Los partidos jóvenes, testigos de una democracia viva

Como en los EM, algunos grupos políticos europeos tienen «secciones jóvenes»: YEPP (Partido Popular Europeo), ECOSY (Partido Socialista Europeo), LYMEC (Partido Europeo de Demócratas Liberales), o FYEG (Verdes), entre otros (4).

A pesar del ajetreo del período pre-electoral, sus electos han respondido a la invitación de café babel, para dar su punto de vista sobre los temas europeos de actualidad candente: la Constitución, la economía, la política exterior, la inmigración y la cuestión turca.

En busca de nuevas vías para sus partidos «seniors», verdaderos testigos de la democracia europea en marcha, los partidos europeos jóvenes son discretos pero muy activos. Constituidos en despachos políticos donde se codean con electos nacionales de toda Europa, pueden tener una primera impresión del cometido de los miembros del PE. Sus electos, designados en asamblea general, desempeñan de hecho un papel muy importante.

Este dossier aporta los útiles necesarios para apreciar el paisaje político europeo, a menudo incomprensible. Ernt Kennis, vicepresidente de YEPP, Leff Janssens, vicepresidente de ECOSY, Aloys Rigaut, tesorero de LYMEC y Jacopo Moccia, candidato de la organización belga écolo-j, próxima al FYEG, nos despejan las posiciones de cuatro de las principales formaciones políticas europeas. Nos intentan convencer de que el debate puede ser europeo. Querer es poder. Es una buena razon para ir a votar.

Translated from Pour un eurodébat, il faut l'eurogénération