Torre de Babel: El lenguaje contra la islamofobia
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El grupo terrorista Daesh pretendió con sus atentados en París, el viernes 13 de noviembre, generar rechazo hacia la comunidad musulmana. En este Torre de Babel, damos algunas claves para contraatacar y combatir la islamofobia desde el lenguaje.
Tras los atentados de París, una petición que ya existía desde hace meses ha ido ganando peso entre las autoridades francesas y los medios: Dejar de hablar de "Estado Islámico" como tal. En primer lugar, porque la palabra "estado" contiene unas connotaciones de oficialidad que no son aplicables en este caso, pues, en realidad, los territorios dominados por los terroristas sólo atienden a las leyes y la burocracia de la violencia y del terror. En segundo lugar, pero no menos importante, se trata de evitar relacionar el terrorismo con el Islam y por eso, las autoridades francesas han pedido de nuevo tras los atentados que se huya de esta definición.
¿Sirven las siglas IS, ISI, ISIS o ISIL?
Lo cierto es que todas ellas son una abreviatura de la definición inglesa de Islamic State (IS) por lo que conviene evitarlas. El resto de acrónimos son sólo prolongaciones de las siglas IS. Por ejemplo, ISI se refiere al autoproclamado Estado Islámico en Irak, ISIS responde al mismo grupo terrorista pero en Siria e Irak y, ISIL define la presencia de esta organización en Irak y en los países de Levante (Siria, Líbano, Jordania y Palestina). Entonces, ¿cómo deberíamos llamar a estos terroristas para evitar relacionarlos con el Islam y con un Estado? La palabra elegida para este fin es Daesh.
Qué es y qué no es Daesh
Mejor empezar por lo que no es. Al contrario de lo que han extendido algunos medios, Daesh no significa nada en árabe como palabra. No tiene nada que ver con la palabra "Daes" que sí tiene un significado negativo y significa algo parecido a "aplastar o pisotear". Daesh es, únicamente, el acrónimo del nombre y autodefinición de los propios terroristas como "al-dowla al-islaamiyya fii-il-i’raaq wa-ash-shaam". En realidad, viene a significar exactamente lo mismo que ISIS.
Sin embargo, tanto aquí como allí supone un nombre más abstracto. En Europa porque no asociamos estas siglas con el significado "Estado Islámico" de una forma tan clara como lo hacemos con las siglas IS, fácilmente descifrables por todos. En los países árabes, porque no existe el hábito de utilizar acrónimos y por tanto es una forma de deslegitimar a Daesh mediante el vocabulario, de minimizarlos lingüísticamente y mostrarlos como una creación nueva que no tiene referentes en la historia ni en la lengua árabe, según explica Khaled al-Haj Salih, uno de los activistas sirios que acuñó estas siglas.
¿Por qué no debemos traducir el acrónimo?
Con sus últimos ataques a Europa, Daesh pretende generar odio y racismo hacia los musulmanes para romper nuestro equilibrio y utilizar los prejuicios como un efecto llamada para atraer jóvenes que se unan a su "causa". Nuestro mejor contraataque no puede ser otro que, precisamente, desvincular totalmente su paranoia del Islam y, lejos de dividir la sociedad, permanecer unidos.