Todos caben en el público europeo
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Fernando Navarro SordoSe hablan 21 idiomas en la Europa de los 25. A pesar de esta diversidad, los proyectos mediáticos participativos logran estar presentes en la construcción de una identidad europea.
La primera piedra necesaria en la conformación de una identidad europea común es un sistema de medios funcionales y públicos que permitan a los ciudadanos participar en el debate político y, de este modo, sentirse ciudadanos europeos. En cambio, los medios europeos de comunicación escasean. Salvo excepciones como las de ARTE, Euronews o Euractiv, no existen apenas medios multilingües e internacionales. Proyectos periodísticos como el del diario europeo Guardian Europe, lanzado por Helmut Schmid, o incluso el de The European, han caído enseguida en el olvido. Las largas y costosas traducciones, las constantes diferencias culturales reflejadas en los estilos de redacción, un público aún poco numeroso y un mercado publicitario limitado todavía a ámbitos nacionales han ahogado estas iniciativas.
Aunque el número de periodistas destacados en Bruselas aumente a un ritmo constante (133 corresponsales alemanes en 2003 contra 40 en 1991), son los temas nacionales los que dominan las informaciones cotidianas. Thomas Meyer, politólogo y autor del libro La Identidad de Europa, considera la política europea como la primera culpable. “Los medios de comunicación se concentran sobre los conflictos y las personalidades. Si la UE asumiera estos temas los medios se interesarían mucho más en los asuntos comunitarios.” Pero por ahora, estos temas siguen siendo complicados, anónimos y de apariencia extranjera. Principios básicos en el mundo de la comunicación como los de la sencillez, la personificación y la proximidad son obviados. Sin embargo, mientras los medios europeos no cumplen suficientemente con su rol de nexo entre los lectores europeos, se le pide a la población erigirse en verdadera sociedad civil vigilante y capaz de movilizarse para equilibrar el poder de Bruselas.
Es en movimientos internacionales como la red ATTAC, que moviliza a masas enteras en Europa contra el Tratado Constitucional o a favor del foro social europeo, en donde se presiente un verdadero público continental. El medio de comunicación de esta generación europea es Internet. Cada cual puede –sin gastar apenas dinero ni tiempo- redactar artículos e incluso creerse “periodista”. Indymedia, por ejemplo, es una red internacional que podría ayudar a establecer una identidad europea. El objetivo de este movimiento es poner en contacto a medios alternativos y reservar un espacio a ideas distintas de la corriente habitual. En vez de una redacción, lo que hay es un “colectivo de moderación” que trata de clasificar flujos informativos. Se trata de un concepto exitoso: Indymedia se halla presente en todo el mundo –sólo en Europa se encuentra en 40 ciudades y países-. El lunes de Pascua, la página de entrada del portal alemán muestra cómo la UE constituye le tema principal de la web. Bajo el título “UE: prosiguen las manifestaciones en Bruselas”, un artículo se ocupa de las manifestaciones organizadas en Bruselas contra la directiva Bolkestein. Otras plataformas abiertas a todos los internautas, como Europa-Digital, viven de la colaboración voluntaria de los lectores que también pueden ser redactores.
Incluso las instituciones apuestan cada vez más por los métodos del periodismo participativo. Margot Wallström, Comisaria encargada de las relaciones institucionales y de la estrategia de comunicación, escribe en su target=”_blank”>blog anécdotas sobre su quehacer diario en la política y acontecimientos en cierta clave de humor. Así, en relación con el día mundial de la mujer escribe, el 8 de marzo: “La nieta de una amiga me inquirió cargada de razón: ‘¿entonces, todos los demás días son el día de los hombres?”
Existe ya toda una serie de experiencias de periodismo participativo con éxito que logra conectar entre sí a los públicos europeos. Un periodismo por cuya naturaleza se halla en Internet. Por descontado, la red tiene sus puntos flacos, como la “multiplicidad de los idiomas”, que puede transformarse enseguida en una “barrera de los idiomas”. Pero la red de redes posee por encima de todas una ventaja inatacable sobre los medios tradicionales: su espacio casi infinito, con la facultad de dotar de espacios sobrados a las ideas novedosas así como a las iniciativas personales. Queda esperar que el ciberespacio y la tribuna que este ofrece no sean los únicos en facilitar la emergencia costosa de un público europeo.
Translated from Europäische Öffentlichkeit – Und alle machen mit!