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Tillman Otto: si la gente quiere piratear, que piratee

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BrunchCultura

Gentleman de 32 años, agente del reggae, jamaicano honorario con pasaporte alemán: Tillman Otto presenta su música de la diáspora pan-reggae.

"No lo podía creer y aún no me lo creo. Compartimos mismo escenario hace apenas un mes." Otto se muestra afligido al recordar al gigante del reggae, el sudafricano Lucky Dube, asesinando el 18 de octubre a manos de unos delincuentes comunes. La voz de este cantante alemán aún suena cansada: acaba de tocar para 4.000 fanáticos en el Zenith de París. Se recuesta en el autobús de la gira, con su gorra disimulando la expresión de su frente algo crispada. "No podemos quedarnos estancados en este círculo vicioso de locura y violencia, pero parece la naturaleza de la humanidad."

A principios de los noventa, en Jamaica, un joven adolescente llamado Tillman Otto, fascinado con los discos de reggae de su hermano mayor, decide dejar la escuela e irse de mochilero a Jamaica, la tranquila “patria de esta música”, dando inicio así a una exitosa carrera musical que dura ya 13 años, que incluye seis discos y varios singles entre las listas de los más escuchados, como su famoso Serenity. "La música no ha cambiado mucho, pero ahora se escuchan más tiros, hay mucha más corrupción en la política. Las sucesivas generaciones deberían mejorar el mundo aprendiendo de los padres."

De Colonia hasta Kingston

La madre de Otto -ama de casa- y su padre, el reverendo Hans-Ulrich, le brindaron a sus hijos un ambiente que el mismo describe como estable. "Yo era un chico libre. Cuando mis padres me dijeron “muy bien, ya es hora de parar”, ya no podían hacer nada para detenerme. A veces se asustaban, pero tienes que rebelarte contra ellos cuando se es joven. La grama crece por sí sola; así aprendo yo ahora de mi crío”, explica refiriéndose a su hijo Samuel, de seis años, a quien ya le fascina Beenie Man.

"Ese estado de conciencia", que Otto descubrió durante su viaje a Jamaica, "fue una mezcla entre la curiosidad por conocer el lugar de donde la música provenía y el deseo de viajar a algún lado para obtener una perspectiva diferente sobre mi propia sociedad." La cantidad de productores, influencias, creatividad y estudios en Kingston le dio al entonces joven de 17 años la inspiración que en Alemania y Europa le faltaba sobre esa música que a él "le daba tanto sentido". "En Kingston no te puedes escapar de eso. Todo el mundo tiene algo que ver con la música, tú sólo necesitas una idea básica. En Alemania tienes que saber exactamente lo que estás haciendo, sólo entonces estará bien considerado. Existe cierta mentalidad, que he comprobado a lo largo de más de 10 años en la industria, de que el reggae ya no está tan de moda. Puede que en Jamaica no guste tanto la música de Shaggy, pero sí están orgullosos de ella. En Alemania, se analiza demasiado."

Todo un Gentleman

Atravesando géneros y política

Va contra el reggae mismo tratar de categorizar a un individuo a quien el reconocido director de vídeos musicales Ras Kass considera un modelo ejemplar de blanco europeo muy bien recibido entre los artistas de Jamaica. "Alemán, caribeño, Hip Hop, Soul, RnB: yo no pienso en esas categorías para nada. Todos tenemos las mismas metas, sólo perspectivas diferentes. Eso es la globalización ahora mismo. Necesitamos movernos hacia otro nivel más allá de ser francés, alemán o inglés." Se niega sentirse desplazado y asegura en que nunca estrenará una producción en su lengua materna. "Alemania es la cultura de los filósofos. A mí me gustan los significados de algunas bellas palabras en particular, pero no me gusta el sonido del idioma. Además, si cantase en Alemán no podría lanzar mi disco en 16 países."

En su espectáculo, se codea con gente como el holandés Ziggi, su discípulo germano-coreano Martin Jondo y sus compatriotas de Mellow Mark junto al baile de Mono y Nikitaman. También promueve las voces femeninas en el reggae. Este cantante que empezara su carrera como corista para la banda Hip Hop Freundeskreis, presta hoy su tarima a cada una de sus tres coristas de Soul, que incluida a su novia Tamika, del Far East Band.

"Yo vivo para mis espectáculos en vivo”, comenta hablando de una industria en crisis, la musical. "Si la gente quiere piratear, que piratee los discos. Muchos, en lugares como Suramérica, no tendrían ni siquiera música si no fuera por Internet; eso sí, tenemos que encontrar alguna fórmula para que los artistas puedan vivir de lo que hacen." No se identifica con las señas clásicas de reggae -rojo, oro, verde y negro-, optando por presentarse en sus conciertos con una simple gorra y sin pelo a lo rasta. "Es todo muy superficial. El reggae no es algo que se lleva por fuera, sino por dentro. La gente siempre mantiene este cliché de sentarse en la playa debajo de una palmera bebiendo ron, pensando que pacífica y encantadora es esa melodía de I shot the sheriff”, dice riendo mientras entona la canción. "Es el tipo de música más social y política que hay. Es rebeldía y nada tiene que ver con playas soleadas."

Donde no brilla el sol

El nombre de Nicolás Sarkozy pudo escucharse dos veces entre los gritos de la multitud durante su concierto re-programado tras la huelga que afectara al sistema de transporte público en Francia. "Es sobre el acuerdo a que ese hombre llegó," dice refiriéndose al presidente francés conservador. "Yo veo a este hombre en la tele y lo que me parece es un muy buen actor, sobre todo en la forma como se expresa." Otto no se queda callado tampoco sobre la canciller alemana Angela Merkel: "Una mujer sin nada de inspiración que tal vez pueda tener algunas buenas ideas, pero es una farsa, no tiene ningún poder. Eso sí, también estoy cansado de culpar a los políticos. Es demasiado fácil."

En contra del dúo Merkozy, Otto sí ve a Turquía dentro de la Unión Europea. En junio del 2005, colaboró con el cantante de Pop turco Mustafa Sandal en el Isyankar. En el programa de televisión Qué apostamos de la ZDF Sandal confesó que no le conocía, pero se informó con profundidad sobre su producción cuando se encontraron en Estambul y conectaron de inmediato. "Estambul es una de mis ciudades favoritas junto con Lisboa”, concluye Otto.

Serenity, el segundo single de su último álbum Another Intensity

Translated from Tillman Otto: ‘People should burn if they wanna burn’