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Tiempos difíciles para la generación de los 'consumidores de experiencias'

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La crisis coloca a los jóvenes emprendedores en Bruselas frente a nuevos retos. Mientras algunos de ellos tienen una formación excelentes, los menos cualificados tendrán que luchar

En Bruselas se está abriendo una fosa. Una fosa que podría ser la perdición para muchos jóvenes. La actual crisis económica no hace sino aumentarla cada día. La juventud bruselense ofrece una imagen ambigua. Mientras los mánager de mañana ven la crisis como una oportunidad, entre los jóvenes sin graduado reina el miedo.

"La mayoría de los jóvenes solo quieren saber qué trabajo es el más seguro”, informa François Deblander del centro de ayuda a la juventud Inforjeunes de Bruselas. “Quieren ganar dinero tan pronto como sea posible”. La mayoría de los jóvenes que buscan consejo con Deblander tienen una larga historia de fracasos tras de sí. A él vienen los menos cualificados, que no pueden encontrar un trabajo por sí mismos. Hay muchos de ellos en Bruselas. El paro juvenil supera el 34%, y es mucho más alto entre los menos cualificados. Los francófonos en busca de trabajo lo tienen especialmente difícil. “Solo se emplea a gente con conocimientos de idiomas y diplomas”, dice Deblander. Para sus jóvenes eso es un problema.

Creatividad en la crisis

Pero también para los jóvenes mejor formados escasean los trabajos. Por eso se buscan nuevos horizontes. “Una crisis es siempre un momento en el que aumenta la creatividad”, dice Bernard Van Steenberge, del grupo de asesoramiento personal Michael Page. El jefe de personal bruselense critica las rígidas estructuras de muchas empresas. Pero estas ofrecen oportunidades inesperadas: “Si las grandes firmas no se quieren adaptar a los cambios, están dejando paso libre a nuevas empresas más jóvenes".

El presidente de la patronal valona Vincent Reuter ha reconocido asimismo el potencial de la crisis y hace tiempo que hizo un llamamiento: “Aprovechad la crisis para crear algo nuevo”. Annick Lefèvre le apoya y quiere acercar a jóvenes al espíritu empresarial con su organización FREE. “La crisis es una oportunidad enorme, porque la gente deberá ponerse en movimiento”, explica. Podría ser la oportunidad de los jóvenes emprendedores. Luego Lefèvre se encoge de hombros. “Pero desgraciadamente no muchos lo han entendido aún”.

Vagos y demasiado exigentes

Pero eso no es lo único que falla. La juventud sería, al mismo tiempo, demasiado vaga y demasiado exigente. “Muchos jóvenes han caído en una fantasía”, se queja Lefèvre. “Los jóvenes emprendedores sueñan hoy con un coche y vacaciones, y así no van a ganar dinero en sus primeros años". También Van Steenberge observa una tendencia a la comodidad. “Hoy los jóvenes buscan cada vez más un equilibrio en su vida, y el trabajo pasa a segundo plano”. El jefe de personal tiene una expresión para esta nueva generación: "Consommateurs d’expériences", consumidores de experiencias.

También los visitantes de François Deblander son en parte de esta generación, pero sus problemas son otros. Aun así son muchos de entre ellos los que acarician el sueño de tener su propia empresa. Inforjeunes ofrece de manera especial formación para los jóvenes fundadores de empresas. “Entre nosotros están aquellas personas que no encontraron un lugar en el sistema tradicional”. Buscan la vía de la independencia por falta de alternativas. Y la mayoría de las veces fracasan. En este punto los emprendedores más cualificados y los menos cualificados se parecen.

A los jóvenes emprendedores les resulta especialmente difícil administrar su firma, explica Annick Lefèvre. “Los principales problemas los tienen con la planificación a largo plazo”, testimonia su colega Fabienne Baise, de la Asociación de jóvenes empresarios. Y añade no sin algo de propio interés: “Por eso necesitan a alguien que les ayude”.

Los jóvenes emprendedores necesitan ayuda

Alain Hosdey también cree que los jóvenes emprendedores necesitan ayuda. Pero el asesor de la empresa de trabajo temporal Unique piensa sobre todo en el apoyo de los bancos. “Hoy es mucho más difícil conseguir un crédito”. La culpa la tendría el descenso en la confianza desde principios de la crisis financiera. “Las pequeñas y medianas firmas no tienen en la mayoría de los casos suficiente capital propio”. Un problema que afecta a todos los fundadores de empresas.

También existe consenso entre los expertos sobre la causa del repetido fracaso a ambos lados de la fosa: la culpa del fracaso de los jóvenes hay que buscarla en el sistema educativo. Este no prepara a los jóvenes suficientemente para el mercado de trabajo y transmite un conocimiento de escasa aplicación en la mayoría de los casos. “El sistema educativo refuerza las desigualdades preexistentes y no ofrece ninguna orientación”, critica Deblander. También Fabienne Baise está descontenta. “En la escuela se transmite la imagen de que la economía es algo malo”.

Por muy diferentes que sean ambos grupos entre sí, sus problemas superan sus divisiones. 

Translated from Schwere Zeiten für die Generation "Erlebniskonsument"