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Teufelsberg: la elitización de la guerra fría

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Inés Cendón

CulturaSociedadLifestyle

La Montaña del Diablo (Teufelsberg) en Berlín es una historia en sí misma. Fue construida a partir de los escombros de cientos de miles de casas berlinesas bombardeadas, depositados sobre una academia militar nazi que nunca llegó a utilizarse. Sobre ella, se levanta una reliquia de la guerra fría: una de las mayores estaciones de inteligencia de escucha —y seguramente la más importante—, que consiste en un complejo de varias torres con cúpulas. Desde los años sesenta hasta la caída del muro de Berlín, contenían equipos de radar y había trabajadores allí 24 horas al día los siete días de la semana. Se convirtió en una joya secreta de la capital alemana que ofrecía aventura, unas vistas espectaculares de la ciudad y unas propiedades acústicas incomparables en la cúpula principal. Hoy en día, el horario oficial de las visitas guiadas es a partir de las 14 horas durante los fines de semana. El personal que se encarga de ellas parece tener un acuerdo con el grupo de inversión que compró las instalaciones, pero que no fue capaz de convertirlas en un lujoso complejo de apartamentos. Aparte de guiar las visitas y arreglar la valla que rodea el lugar, tienen planes para llevar a cabo proyectos de energía limpia y de promoción de artistas: un intento poco disimulado de elitizar Teufelsberg.

Esta galería forma parte de Orient Express Reporter II, una serie de reportajes sobre los Balcanes que ha sido desarrollada por cafebabel.com entre 2011 y 2012. Este proyecto ha sido cofinanciado por la Comisión Europea y cuenta con el apoyo de Allianz Kulturstiftung.

Llegando a Teufelsberg

Una vista del complejo de la estación de escucha de Teufelsberg desde la carretera de Grunewalde. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Coladero

La valla, reparada y rota varias veces en los últimos años, signo del esfuerzo de berlineses y visitantes para entrar. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Entrada

Cuando los agujeros de la valla estén arreglados, la puerta de entrada al recinto tendrá un uso. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Llamada a ninguna parte

Una especie de recepción al otro lado de la puerta en la que hay un teléfono desconectado. (Foto: © Luka Knežević Strika)

”Achtung!” Fiesta en el lugar

En el centro del complejo —un lugar usado para fiestas—, las botellas son la prueba de que se ha celebrado una recientemente. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Remy

Este turista neerlandés, que fue a una fiesta en Teufelsberg este verano, ha vuelto para intentar explorar el complejo por su cuenta en lugar de pagar por una visita. Quedó demostrado que es imposible: después de una pequeña discusión, el encargado de la visita, Shalmon, le impidió pasear por su cuenta tras llamar a un guardia de seguridad. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Arte en la Montaña del Diablo

Uno de los murales interiores. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Shalmon

Shalmon Abraham, uno de los guías turísticos y el hombre que está detrás de toda la operación, quiere hacer de Teufelsberg un lugar más organizado, menos divertido y, por lo tanto –según él—, más seguro. De acuerdo con la fotógrafa, algunas de sus inquietudes son razonables, pero sería un lugar mejor si se mantuviera más abierto. Quizá esto sea imposible, pero los planes anteriores para Teufelsberg han fallado en el pasado. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Radares

La vista de la cúpula principal y una más pequeña delante. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Christopher

Christopher Mclarren, un antiguo oficial del ejército que trabajó aquí en los años setenta, es ahora uno de los guías turísticos. Piensa que la estación de escucha de Teufelsberg, al igual que la estación rusa en la frontera del este, eran en realidad los guardianes de la paz, ya que ambos lados “lo sabían todo”. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Finalidad artística

Vista de la torre de la cúpula principal. Las cortinas de las paredes se cortaron parcialmente en un acto artístico en 2001. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Vistas verdes

La vista del bosque de Grunewalde y el extremo occidental de Berlín desde la torre más alta. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Ecos

Dentro de la cúpula principal, la gente suele aprovechar el momento y escuchar los ecos —aparentemente eternos— de los sonidos que producen. (Foto: © Luka Knežević Strika)

Sonidos lejanos

Atardecer desde el piso superior de la cúpula principal, a través de las cortinas que ondean constantemente al viento, creando un sonido muy poderoso que también se puede oír desde el cercano bosque. (Foto: © Luka Knežević Strika)

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Translated from Touristy Teufelsberg: Berlin's gentrified cold-war relict (14 images)