Testimonio desde Stade de France: «Estoy asustada pero no quiero tener miedo»
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Marina Garcia BlanesEl peor momento para empezar un trabajo. En su primer día, el viernes 13 de noviembre, Oksana, una estudiante de 21 años, fue enviada al estadio Stade de France. La misma noche en que varios kamikazes atacaron París en diversos puntos simultáneamente, con un resultado provisional de 129 muertos y alrededor de 350 heridos. Este es su testimonio.
Cafébabel: Oksana, ¿Por qué estabas en Stade de France durante el partido?
Oksana: Empezaba a trabajar para una agencia de azafatas. Me acababa de inscribir, era mi primer día. Y lo que es peor: se suponía que debía salir a las 21:30 horas, pero como necesitaba el dinero, me quedé en sustitución de otra chica.
Cafébabel: ¿En qué momento te diste cuenta de que estabas viviendo un atentado?
Oksana: Yo estaba fuera y las explosiones se escucharon en los primeros 30 minutos. Nosotros las escuchamos pero no pensamos en que fueran ataques terroristas, sino en petardos relacionados con el partido. Pero de todos modos fue un sonido muy grande. A las 21:30 entré, todavía estaba todo en calma antes del descanso y la tribuna presidencial privada donde se suponía que iba a trabajar seguía vacía. Entonces oí a los chicos de seguridad decir que había habido una muerte y luego escuchamos que iban a evacuar a Hollande, que estaba justo encima. Ahí empecé a flipar un poco.
Cafébabel: ¿El público estaba ya al corriente?
Oksana: No, no habían informado a los espectadores. En el descanso, nadie se olía nada. Todo estaba en calma. Nosotros tuvimos que mantener la sonrisa mientras la gente comía galletas y bebía champán, cuando la toma de rehenes ya había empezado en el Bataclan. Durante la segunda mitad, el helicóptero dio la vuelta al estadio. Un compañero fue a buscar su coche y vio "los restos" de los terroristas suicidas. En el Stade de France no hay demasiada conexión. Después, durante el descanso, consulté el móvil y tenía un montón de mensajes: Todos hablaban de Bataclan, de la toma de rehenes. Sabíamos, en ese momento, que eran terroristas suicidas. Cerraron el estadio, no podíamos salir. Dijeron al final del partido que las entrevistas habituales de los jugadores y entrenadores se cancelaban debido a "graves incidentes en París". En ese momento, la gente ya estaba en el césped.
Cafébabel: ¿Qué te pasaba por la cabeza en ese momento?
Oksana: Nos quedamos encerrados en el guardarropa. Tenía miedo, pero al mismo tiempo, no quería salir. La gente empezó a contar historias inverosímiles. Volví a la sala y allí se vivían momentos de gran nerviosismo. Cuando terminó el partido y abrieron las puertas del estadio, hubo otra explosión. Y entonces todo el mundo se precipitó en el interior del estadio. Hubo una estampida. La gente se metió en todas las direcciones, corría hacia el césped. La explosión parecía muy cerca del estadio. Había gente llorando y pidiendo cargadores de teléfonos. Ahí realmente entré en pánico. Luego nos enteramos de todos los ataques en el distrito 10 y en el 11, en el Bataclan. No podíamos creerlo.
Cafébabel: Entonces, ¿se calmó la situación?
Oksana: Salí a las doce y media, mi padre venía a buscarme. Todo estaba cortado por la policía, camiones de bomberos, sirenas por todas partes, muchas calles bloqueadas. No pude encontrar a mi padre, a esa hora mi teléfono se había quedado sin batería. Cuando estaba saliendo realmente me di cuenta de lo que había sucedido. En el interior del campo nos habíamos quedado un poco en una burbuja, se oían rumores pero no sabíamos si todo aquello era cierto. En la búsqueda de mi padre, oí a un policía que decía por teléfono: "Esto sobrepasa ya las medidas de seguridad anti-terroristas, esto es la guerra". Encontré a mi padre a la una y cuarto. Cuando finalmente me senté en el coche, rompí a llorar.
Cafébabel: Después de haber vivido este episodio, ¿tienes miedo de pasar una tarde entre amigos en la terraza de un bar?
Oksana: No voy a mentir. Da miedo, porque de repente el riesgo está muy cerca. Sabía que había una amenaza de bomba en Francia. Al parecer, varios ataques habían sido frustrados, pero nunca se vuelve real. Pero al ver que toca lugares muy comunes en los que todos hemos estado, en los que he estado en el pasado... Tengo miedo, pero yo no quiero tener miedo. Voy a seguir saliendo. Pero me siento menos segura. Por ejemplo, la celebracion de la COP21 no me tranquiliza, todos estos eventos a gran escala...
Cafébabel: ¿Cómo pasaste el día del sábado, el primer día tras los atentados?
Oksana: No salí de mi casa. No quería. Quería donar sangre, pero un amigo me dijo que ya estaban llenas las reservas. Después de ver las noticias me deprimí. No quería oír nada, me aterrorizaba. Por la tarde vi los vídeos del Bataclan, la gente huyendo, corriendo, los tiros. Se hizo muy real, la atrocidad del ataque. Después, decidí ver una película.
Translated from Témoignage du Stade de France : « J'ai peur mais je n'ai pas envie d'avoir peur »