“Sushi” corporal en Roma: los italianos las prefieren japonesas
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Qianqian ChengEn Italia, quienes defienden la igualdad de género aseguran que este no es un país para mujeres.
Muestra de ello son la propuesta por parte de la geógrafa Maria Pia Ercolini de poner nombres de mujeres a las calles, el libro de la escritora Anais Ginori sobre la deshumanización del cuerpo femenino y el análisis documental llevado a cabo por la empresaria Lorella Zanardo acerca de la imagen negativa de las mujeres en los medios de comunicación. ¿Qué pensarán estas autoras de los festines que se celebran en la capital italiana sobre los cuerpos desnudos femeninos?
“Servir un plato sobre el cuerpo humano ennoblece la comida. Se convierte en un plato vivo”, comenta Angela, propietaria de un restaurante japonés que se inauguró en noviembre de 2008 en Roma, cerca del centro de la ciudad. Las imágenes del menú no evocan un plato exquisito precisamente, sino más bien un cuerpo preparado para un funeral. Nyotaimori, comúnmente conocido como “sushi”corporal, significa en japonés “exponer un plato sobre el cuerpo de una mujer”. “No es un proceso sencillo”, explica Angela, “la modelo no puede comer durante las seis horas anteriores al espectáculo para minimizar sus necesidades biológicas cuando está sirviendo sushi”, añade.
De origen hongkonés y criada en Italia, la representante de este restaurante parece tener un conocimiento minucioso sobre las novedades de la cultura japonesa: “Ponemos a prueba su habilidad para mantenerse quieta colocando seis huevos sobre su cuerpo”, comenta. “El proceso de decoración y preparación de la comida sobre la modelo dura tres horas”. Supongo que no será fácil encontrar a una modelo adecuada, ya que ser un plato vivo es, sin duda, un papel que no tiene mucho que ver con ser modelo. Francesco, un empleado del restaurante Yoshi, asegura que no tienen problemas para encontrar “la chica adecuada”: “Normalmente tienen ganas de trabajar con nosotros, ya que lo único que han de hacer es tumbarse durante un par de horas y después cobran por ello”.
Algunos resaltan el aspecto perjudicial de esta práctica: “Es humillante para una mujer que se la trate como a un objeto, exponerla desnuda y no dejarle hablar”, dice Chiara, una estudiante de Arte de la Universidad de Florencia. Y eso que interpretar el papel de fuente viva es una decisión voluntaria de la modelo, a quien contratan a través de una agencia de trabajo legal.
Más placentero que cenar en un italiano
El diseño interior del restaurante Yoshi destaca por sus rasgos europeos. La tapicería estampada de las sillas y los cojines del suelo no tienen nada que ver con el minimalismo japonés. Los palillos para comer sushi están sobre la mesa, pero mi humilde cartera no me permite asistir al espectáculo de esta noche. El servicio de la modelo cuesta 200 euros y la cena, 60. El arte del nyotaimori es cada vez más popular en los países europeos, aunque pocos establecimientos lo ofrecen con regularidad. En Roma, Yoshi es uno de los tres restaurantes que lo ofrecen. Esta práctica no se limita solo a utilizar cuerpos femeninos: el homólogo masculino es nantaimori, aunque hay mucha menos demanda. “Rara vez piden las mujeres sushi corporal para cenar. Y si lo hacen, normalmente lo piden a última hora”, comenta Francesco. “Supongo que les da vergüenza”.
Mientras que, para los japoneses, el país de origen de la modelo tiene poca relevancia, para los italianos es una característica fundamental. “Los italianos prefieren modelos japonesas”, dice Francesco. Esto se debe a que, para un japonés, el ritual en sí es importante, mientras que un italiano prefiere que el nyotaimori sea una experiencia auténtica, “exactamente igual que en Japón”. “El 90% de los clientes que piden sushi corporal para cenar son italianos, el resto son extranjeros”, señala Luigi, gerente de la empresa Gestalt Eventi, que también ofrecen servicios de sushi corporal en limusinas.
En cuanto a los japoneses, “la verdad es que no visitan nuestro restaurante”, según Francesco. La mayoría de los romanos que he conocido no les entusiasma mucho esta práctica: “Me basta con una cena tradicional en el restaurante”, afirma Marco, un estudiante de Psicología en La Sapienza. “Las bailarinas de los clubs nocturnos están prácticamente desnudas. En casa solemos cenar vestidos, pero en situaciones privadas supongo que este tipo de sushi corporal es un... ¿por qué no?”.
Arte contra deshumanización
Este tipo de actuaciones exóticas pueden ser arriesgadas en una sociedad arraigada a sus valores tradicionales y donde varias organizaciones feministas se oponen radicalmente a la discriminación de la mujer en Italia. Los dueños de los restaurantes lo ven con otros ojos: me aseguran que sus clientes piden sushi corporal por su impresionante estética y por la oportunidad de contemplar este arte. Después de todo, Galileo, Rafael, Miguel Ángel, Bernini, Peruzzi y Fontana cuidaron de la estética original de Roma. Sin embargo, ¿realmente vienen los clientes a festejar un cuerpo desnudo como si visitaran una galería de arte o un museo y así satisfacer su hambre de la estética posrenacentista? ”Esta tradición es espiritualmente enriquecedora —afirma Francesco—, convierte a la mujer en una obra de arte”. Es justamente así cómo se supone que debe actuar, pero ¿qué tipo de reflejo humano se le permite mostrar? “Por ejemplo, si una modelo tiene sueño, puede hablar con los invitados”.
Para mí, el sushi corporal significaba arte, entretenimiento y la naturaleza espiritual en sí. Se trataba de llegar a conocer la cultura japonesa. Sin embargo, en septiembre de 2012, llegaron rumores de esta práctica a la embajada de Japón en Roma, lo que dio lugar a la publicación de una declaración oficial que negaba el nyotaimori como parte de la cultura culinaria japonesa: “No existe relación alguna entre el nyotaimori y la cultura o los hábitos culinarios japoneses. Desde el punto de vista de los japoneses de a pie, contradice totalmente el sentido común”. Me repitieron la “ridiculez” del asunto por teléfono: “El sushi corporal no tiene nada que ver con la cultura japonesa”. La confidencialidad demandada por parte del restaurante es sinónimo de que no tengo acceso a las modelos de sushi corporal, lo que me da a entender que las preocupaciones de la mesa humana deben revelar que, para ellas, no es lo bastante artístico, espiritual y honrado.
Este artículo forma parte de Orient Express Reporter II, una serie de reportajes sobre los Balcanes que ha sido desarrollada por cafebabel.com entre 2011 y 2012. Este proyecto ha sido cofinanciado por la Comisión Europea y cuenta con el apoyo de Allianz Kulturstiftung. Nuestro agradecimiento a Tiziana y Ottavio de cafebabel.com en Roma.
Las imágenes que aparecen en el artículo no guardan relación alguno con el restaurante Yoshi de Roma. Fotos: portada, (cc) The Nyotaimori Experience; texto, (cc) Nyotaimori Italia y (cc) alexandrakgallery/Flickr.
Translated from ''Nagie sushi wzbogaca duchowo''