Streetwork: ayuda para los niños de Cracovia
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Eztizen Sánchez MontesCrecer es algo complejo en cualquier parte del mundo. Así que ¿qué les pasa a los niños de familias conflictivas? Niños que no pueden apoyarse en su familia y cuya única guía viene de las calles. En Cracovia un grupo de trabajadores profesionales está enseñando a los jóvenes que hay alternativas a la vida callejera.
Un adolescente alto y rubio entra a la sala sonriendo tímidamente. Les da la mano a todos, se quita la chaqueta, el gorro y la mochila, y los deja en el sofá. Cuando le preguntan cómo le ha ido el día en la escuela responde como lo haría cualquier estudiante: "Bien".
Estamos a 14 kilómetros del centro de Cracovia, en las oficinas de Streetwork, al lado del mercado Bienczycki y en el barrio Nowa Huta, el peor de la ciudad. Su nombre significa "Nueva siderurgia" y se construyó en 1949 como una ciudad modelo según el gobierno comunista de entonces. Pero hoy en día el enorme edificio alberga a más de 200.000 personas, por lo que esta área es una de las más densamente pobladas de la ciudad. Fuera, los árboles están desnudos y los edificios de diez pisos dominan la calle. La puerta de la oficina está llena de pósteres donde aparecen jóvenes, residentes de la zona a los que Streetwork quiere ayudar. El interior es luminoso y espacioso, pintado de un cálido verde, un oasis de atención y compasión en medio de este complicado barrio.
Este proyecto comenzó en enero de 2012 y abre todos los días entre semana, además de algunos sábados, para ayudar y aconsejar a jóvenes de entre 15 y 25 años con el objetivo de motivarles para tener éxito en la escuela, graduarse y planear su futuro. El proyecto se divide en cuatro unidades y este, el Equipo B, muestra con orgullo las fotografías de las muchas actividades que ofrecen a los jóvenes, incluyendo partidos de fútbol, excursiones y sesiones de grafiti.
TONOS DE ESPERANZA ENTRE LAS SOMBRAS DE LOS BLOQUES
"Esto no es un patio", explica Lukasz Kisiel, uno de los trabajadores del proyecto Nowa Huta. "Tenemos que ir a la calle a buscarles. Pueden venir aquí a hacer los deberes, aprender, conseguir ayuda para escribir su CV, beber té o relajarse jugando a los dardos o al futbolín". También hay un psicólogo que escucha sus problemas y les da consejos profesionales.
Tres pares de trabajadores, compuestos por un hombre y una mujer cada uno, recorren la zona, concentrándose en los lugares más problemáticos: parques, patios y áreas cercanas a supermercados.
"Al principio nadie sabía dónde buscar, así que tuvimos que estudiar el distrito", dice Lukacz. "Nuestro objetivo no son siempre los jóvenes de familias pobres porque a veces los niños más ricos tienen problemas incluso mayores. Aún no son criminales, pero podrían convertirse en ellos", añade.
CUALQUIERA PUEDE VERSE EXCLUIDO
El proyecto empezó en 2001 con voluntarios que buscaban y ayudaban a indigentes durante los meses de invierno. Cinco años más tarde, después de investigar seriamente el problema y basándose en experiencias alemanas, empezaron a trabajar también con jóvenes. Lukasz Hobot fue uno de los primeros seis trabajadores de Cracovia y ahora es coordinador de los equipos del proyecto. Comprende el problema en profundidad.
"No teníamos datos exactos, así que empezamos a trabajar en los barrios", comenta, recordando los principios de Streetwork. "Por supuesto, los métodos están cambiando y la gente con la que trabajamos también, pero la idea principal es la misma", prosigue.
Cracovia tiene una población relativamente joven, con casi un 13 % de ella entre 15 y 25 años, pero no es esta la razón principal de los problemas, ya que el proyecto se centra en solo 5 de los 18 distritos de la ciudad. Durante los años que lleva activo, el proyecto ha recibido ayuda económica de los fondos municipales, donaciones y ONG, pero la mayor ayuda ha venido de los fondos de la Unión Europea, especialmente del Fondo Social Europeo.
"El problema es dar alguna motivación a estos chavales, porque pasan mucho tiempo en la calle", explica Hobot. "Tienen problemas, pero esto no significa que sean malos. Crean su propio mundo y tienen miedo de salir de él. Los trabajadores de Streetwork son los únicos que pueden abrirles los ojos. Necesitan encontrar un equilibrio. Cualquiera puede verse excluido, no hace falta ser parte de una minoría étnica o cultural".
ESTIMULAR LA CREATIVIDAD Y DESARROLLAR SUS HABILIDADES
Los trabajadores de Streetwork necesitan habilidades sociales excepcionales porque el primer contacto con los chavales es difícil. El boca a boca suele ser la mejor publicidad para el proyecto. Incluso si los jóvenes sienten curiosidad, no es fácil acercarse a ellos y es importante que los trabajadores se ganen su confianza. La mayoría de los chavales están atrapados en el barrio porque no conocen nada más o no saben qué más hacer. Su día a día es difícil y pierden contacto con la vida fuera de la calle. En Streetwork les animan a pensar en ideas para las actividades grupales como una manera de combatir esto. La idea es estimular su creatividad y desarrollar sus habilidades, mostrándoles así que hay más formas de vivir que perdiendo el tiempo en los parques locales.
Una de las últimas actividades fue una competición de escalada. Los jóvenes tuvieron que organizar equipos pequeños en vez de los grupos de 10 o 15 miembros que son comunes en la calle. Streetwork también incluye a los padres en estos proyectos porque apoyar a la familia al completo consigue mejores resultados para los jóvenes.
PEQUEÑAS VICTORIAS A GRANDES PROBLEMAS
Según un estudio de la organización, los jóvenes que participan en el proyecto se enfrentan a diversos problemas en su día a día. El 92,5 % de ellos tiene problemas de conducta, mientras que el 85,7 % tiene dificultades en la escuela y casi el mismo porcentaje sufre también problemas familiares. 8 de cada 10 de ellos creen que necesitan hablar con un psicólogo, 7 de cada 10 han tenido problemas con las drogas y más de la mitad admite tener dificultades al interactuar con grupos de personas.
Streetwork ya ha ayudado a más de 600 jóvenes a mejorar sus vidas. Les han mostrado que hay alternativas a merodear por los parques durante el día entero, a emborracharse, a tener un comportamiento antisocial y a involucrarse en actividades criminales. De hecho, es difícil saber cuántos jóvenes cracovianos han cambiado sus vidas gracias al consejo de los trabajadores de Streetwork. Para esta organización, todos los cambios positivos son un éxito del que sentirse orgulloso.
Este reportaje forma parte de la edición cracoviana del proyecto de EUtopia: Time to Vote. El proyecto está cofinanciado por la Comisión Europea, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, la Fundación Hippocrène y la Fundación de Charles Leopold Mayer.
Translated from Streetwork: Helping Kids in Krakow's Roughest Neighbourhood