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Steve Jobs, Apple y la ecología: La manzana de la discordia

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cafébabel ES

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Mientras una colección de alabanzas a Steve Jobs recorren la red, un atento babeliano subraya que la empresa Apple, entre productos anti-ecológicos y consumismo frenético, no es precisamente verde.

Leer "iDead, Steve Jobs y las redes sociales: Un homenaje 2.0" en cafebabel.com

Alabado, idealizado, glorificado…Allí donde esté, Steve Jobs tiene que apreciar los torrentes de elogios que siguen haciendo eco tras su muerte: “Era lo suficientemente valiente para pensar diferente, lo suficientemente atrevido para creer que podía cambiar el mundo y lo suficientemente talentoso para hacerlo”, según Barack Obama. “Uno de los grandes visionarios de este siglo”, para Nicolas Sarkozy. “Gente como Steve Jobs cambia nuestro mundo”, ha opinado Dimitri Medvedev. Desde Spike Lee hasta Eva Longoria, decenas de personalidades han querido rendir homenaje al fundador de la marca de la manzana. Visionario, audaz, inteligente, Stebe Jobs lo era. Pero la enorme reacción mediática suscitada por su desaparición debería ser también la ocasión para preguntarnos qué es realmente la marca Apple y sobre las consecuencias que sus productos tienen hoy en día en nuestra vida y en nuestro entorno.

Las deplorables condiciones de trabajo en el interior de los talleres serían también el origen de accidentes mortales y de numerosos suicidios

En diez años, las máquinas de Apple han cambiado el mundo. En plena crisis, la marca de Steve Jobs ha hecho unos resultados insolentes. Una cifra de negocios que no deja de crecer y de suponer miles de millones de dólares de beneficios. Pero, sin embargo, el balance ecológico de Apple es terrible. Para construir sus teléfonos y ordenadores, la empresa llama a constructores de China que trabajan con subcontratas. Las asociaciones ecológicas estiman que Apple es responsable de contaminar a gran escala y que participa en unas condiciones de trabajo deplorables que reinan en unas fábricas cuyo funcionamiento es opaco. En varias regiones de China, una contaminación masiva del suelo, del agua y del aire es señalada en numerosos informes. Contaminación que afecta a los obreros de las fábricas. Las deplorables condiciones de trabajo en el interior de los talleres serían también el origen de accidentes mortales y de numerosos suicidios. Aunque Apple no es la única compañía que trabaja con estos proveedores, la marca de la manzana es doblemente responsable: estas condiciones sociales y medioambientales deplorables están directamente relacionadas con los precios tan bajos que exige a sus proveedores y la firma es una de las más opacas a la hora de comunicar sobre estas cuestiones. Y no duda en presumir de su imagen de marca ecológica y socialmente responsable.

La muerte del fundador de Apple, amplificada por los propios medios –que se dejaron influir por Internet y las tecnologías que utilizan-, no debe impedirnos tener una mirada crítica sobre el impacto que estos productos mágicos han tenido sobre nuestras vidas y sobre el mundo.

Foto : Portada(cc)i.hoffman/flickr

Translated from Steve Jobs, Apple et l’écologie : le ver est dans la pomme