[spa] El “derecho a la felicidad”, lema de la Berlinale 2016.
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Idvar DalaDurante la rueda de prensa de presentación de la 66 Edición de la Berlinale, su director Dieter Kosslick, hizo hincapié en la importancia del lema de este año, Der Recht das Gluck o el “derecho a la felicidad y a tener una oportunidad”. Así pues, partiendo de este leitmotiv repasaremos qué películas a concurso ilustran mejor esta temática.
En Hedi, primer film árabe que compite en 20 años, Mohamed Ben Attia nos cuenta la historia de un joven que aprende a escapar del yugo familiar y del peso de las convenciones sociales para vivir libremente y conforme a su verdadero ser. A esta obra, opera prima de su director, se le puede reprochar cierta falta de originalidad; ha estado, sin embargo, supervisada desde el borrador inicial por los hermanos Dardenne, que se han ocupado además de la producción ejecutiva. Pero gracias al talento de los actores y a algunas escenas conmovedoras la cinta consigue resarcirse y descubrirnos de paso a la vibrante Rym Bem Messaoud, encarnación de la libertad.
Por otra parte el director André Techiné ha elegido tratar el tema del derecho a ser feliz tras el descubrimiento de su propia homosexualidad a través del personaje interpretado por el excelente Kacey Mottet Klein, ganador del premio European Shooting Star del 2016, llamado Damien. Este joven, hijo de militar y de una doctora rural-la radiante Sandrine Kimberlain- lleva una vida relativamente aislada en una pequeña aldea de Los Pirineos cuando comienza a tener sus primeros lances amorosos y sexuales con Tom -encarnado por Corentin Fila- su rival en el colegio, muy afectado por la enfermedad de su madre adoptiva, con dificultades para adaptarse y que sólo encuentra su lugar en la naturaleza agreste y en las majestuosas montañas en las que se recorta su alargada silueta de hombre en ciernes.
A través de una realización y una historia muy realistas y sin llegar a caer en el pathos, Techiné se adentra de manera simple y conmovedora en esta búsqueda de la felicidad y de la autoafirmación, adornándola con ciertos toques de ligereza, de esperanza y de realidad.
Por su parte la joven realizadora Mia Hanse-Løve nos trae su película más autobiográfica donde vuelve a sorprender por la sutileza de su propuesta y su análisis cinematográfico. El retrato, raro en el cine, de una mujer intelectual, profesora de filosofía, llamada Nathalie e interpretada por la, siempre digna de admiración, Isabelle Huppert. Titulada L'avenir (El porvenir), esta cinta habla del porvenir que nos asusta, que podría “parecer incierto”, tal como ella misma sugiere. Esta mujer de mediana edad, confrontada a una serie de pruebas, deberá aprender a familiarizarse de nuevo la nueva libertad que se le ofrece y a encontrar sola tanto su equilibrio como una forma de ser feliz que no conocía antes.
Un guión comedido y profundo que si bien conserva el lado dramático no hace ostentación de las emociones, permitiéndole así explorar mejor la fragilidad y el equilibrio, además de enseñar la belleza de la vida aún cuando ésta se muestra cruel.
La excelente Trine Dyrholm ofrece por su parte otro personaje femenino de cuya fragilidad emerge la fuerza en Kollektivet (La comuna) del danés Thomas Vinterberg y que deja en el aire cual de las dos intérpretes, Dyrholm o Huppert se hará con el Oso de Oro. Vinterberg vuelve la mirada a sus orígenes y su infancia para describirnos el lugar donde creció, una comunidad en el Copenhague de los 70 y explorar un triángulo amoroso entre Anna, una presentadora de televisión en la madurez, su marido Erik, arquitecto ambicioso y relativamente conservador (Ulrich Thomsen, el Christian de Celebracion) y una jovencita rubia subyugada a su nuevo amor (Helena Reingard Neuman).
Empujada por su hija, que no soporta verla tan triste, Anna tendrá que enfrentarse a la decepción de ver como se sus sueño se esfuma y pagar las consecuencias de sus deseos a fin de redescubrir el gusto por la vida.
Para acabar, 24 Wochen (24 semanas) de Anne Zohra Berrached, única cinta alemana de la competición, aborda la temática de la felicidad de una manera particularmente desgarradora, poniendo a una pareja ante el dilema de abortar o no en un estado ya avanzado del embarazo. Aunque la crítica no ha sido unánime con esta película, la interpretación de Julia Jentsch de madre obligada a decidir sobre la vida de su hijo es terriblemente conmovedora lo que provocó que un gran número de espectadores saliera con los ojos llorosos tras la proyección.
Personajes dotados de gran fuerza y de una hermosa complejidad, en películas profundas y emotivas que cuestionan con denuedo sobre esta temática universal que es la aspiración del ser humano a la felicidad y a la libertad.
Translated from « Le droit au bonheur » : devise de la Berlinale 2016