Soy kurdo. Sí, pero de dónde
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Un grupo de kurdos en 2007 se manifestaban en Suleimaniya contra la incursión militar turca en Iraq.
El complejo mapa político iraquí hace vaticinar a analistas internacionales que a pesar de las diferencias y divisiones internas entre los kurdos, éstos jugarán un peso determinante en la nueva configuración del escenario de partidos en Iraq.
Según los primeros recuentos, en las provincias chiíes del sur es Estado de Derecho la lista que se lleva la palma con Nuri Al Maliki a la cabeza. Al norte y oeste, de mayoría suní, se prevé que sea el ex primer ministro Iyad Allawi quien podría haber obtenido mejor resultado. En cualquier caso, las grandes coaliciones ya cortejan a los kurdos del UPK y PDK reunidos en la Alianza del Kurdistán a pesar de la rivalidad entre ellos para formar gobierno.
El Kurdistán o el rosario de la aurora
El Tratado de Versalles marca el fin del Imperio Otomano y de la I Guerra Mundial. En este contexto de esperanza de paz, en 1920 se decide crear una nación kurda. A su vez, Turquía, reconocida como independiente en 1923, olvida esa promesa y divide el Kurdistán entre Irán, Iraq, Siria, la antigua URSS (hoy Armenia) y Turquía. En 1978, Abdulah Ocalan funda el Partido de los Trabajadores del Kurdistán y en 1984 se inicia la lucha armada a la que se unirán miles de kurdos turcos.
El capítulo más oscuro de la historia kurda llega durante la guerra entre Iraq e Irán, cuando Saddam Husseim lanza un sangriento ataque para combatir el apoyo kurdo a Teherán. Los kurdos se ven obligados a huir y se refugian en el Kurdistán turco. En 1995 (plena guerra civil kurda), Turquía arranca una operación militar con 35 mil efectivos para intentar eliminar la base del PKK en Iraq. Tres años después el líder fundador del partido es detenido y condenado a cadena perpetua, lo que desencadena una serie de atentados en Turquía y Siria en señal de protesta que a día de hoy no han terminado de sofocarse. Tras la caída del régimen de Husseim, el Kurdistán iraquí recobra parte de su autonomía, aunque todavía queda pendiente la ciudad de Kirkuk, muy rica en petróleo y disputada entre iraquíes y kurdos.
El PKK es un partido político kurdo de corte marxista-leninista ilegalizado y considerado terrorista por la Unión Europea, Estados Unidos y Turquía. Por mantener relaciones con él, también ha sido recientemente ilegalizado por el Tribunal Constitucional el Partido de la Sociedad Democrático, con veintiún escaños en el Parlamento turco, lo que también ha traído consigo numerosas protestas en contra. La Unión Europea ha advertido que la medida viola los derechos de la minoría kurda.
Al grito de “¡Viva el Kurdistán libre!”
El pasado 21 de febrero, un ciudadano sirio de veintisiete años lanzó un zapato al presidente turco Erdogan en su visita a Sevilla en protesta por la situación de violación de los Derecho Humanos en Turquía, donde habitan quince de los más de treinta millones de kurdos del mundo. Aunque no llegó a agredirle, al joven kurdo se le acusa de tres delitos: uno contra la comunidad internacional, otro de injurias y uno tercero por presentar resistencia a la autoridad.
A pesar de que su abogado, Luis Ocaña, defiende la regularidad de la situación del joven, la Policía española reclama que se le conmute la pena -si ésta es, según la Ley de Extranjería, menor a seis años de prisión- por su expulsión del país.