"Société Réaliste: Empire, State, Building": expo contemporánea sin bla bla
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por AM
Quién no va normalmente a ver exposiciones de arte contemporáneo suele salir de ellas diciendo que no ha entendido nada y que todo lo que ha visto le parece absurdo, por no decir una pérdida de tiempo y de dinero. La exposición de Société Réaliste « Empire, State, Building » que el Jeu de Paume presenta en París logra, extrañamente, posicionar tanto al espectador asiduo y amante de este tipo de eventos como al despistado que no ha podido entrar en uno de los clásicos” museos de París (debido a las interminables colas de turistas), en una especie de limbo donde uno se queda sin palabras y es incapaz, en un primer momento, o en una primera visita, de emitir ningún tipo de juicio. Esto que a priori parece carecer de valor consigue lo que la mayoría de exposiciones anhelan o deberían anhelar, pero que no llegan ni a rozarlo.
El espectador se interroga a la salida de la muestra sobre lo que ha visto, ya que toma consciencia de que en esa sala de 400m2 hay mucho más de lo que él ha percibido en una primera lectura superficial ; aunque no haya entendido lo que ha visto, no minusvalora la exposición. No culpa al artista ni a la institución sino que se pregunta qué es lo que no ha llegado a vislumbrar.
¿Qué más pueden pedir los artistas y el comisario?
El “cómo” lograr la atención, curiosidad e interés del visitante se materializa en los elementos que han elegido los artistas para expresar sus ideas, así como el modo de disponerlos en la sala. Ya desde la entrada nos sumergirnos en un gran jeroglífico, sin orden, al menos aparente, y en el que debemos forzar la imaginación al mismo tiempo que concentrar nuestra atención. Es una muestra muy difícil y más que aconsejable, indispensable, realizar la visita guiada y proponer todos los interrogantes que se nos presenten al “conférencier”.
« Empire, State, Building » nos habla de política y economía, de los signos visuales que desarrollan ambas y lo mezcla con las estrellas. Estrellas que utiliza a modo de indicador temporal de unos días específicos en los que históricamente ocurrieron cambios trascendentales en unos países que los artistas han escogidos por su relación al lugar físico donde se realiza la muestra por una parte, y por los conceptos que pretenden exponer por otra. Desde este punto enlazamos el discurso con el positivismo de Auguste Comte, padre de la sociología y del que los artistas utilizan, entre otros puntos tratados por este filosofo, el calendario humanista que propuso en su día.
Encontramos también el film “The Fountainhead” de 1949, basado en la novela de Ayn Rand, referente del pensamiento liberal del siglo XX y en la que se ensalza el individualismo versus el colectivismo. La presencia de la arquitectura como reflejo de la sociedad se enfatiza gracias al tratamiento de la película que los artistas han realizado, eliminando a todos los personajes y evidenciando así todas las construcciones y decorados. Esta breve y esquemática pincelada de mi visita a la muestra quizás resulte confusa, quizás no todo se puede explicar siguiendo un hilo argumental claro y directo.
Discurso y recorrido denso, concentrado y a la vez… disperso. Eso sí muy alejada del tipo de exposiciones que se suelen presentar y por tanto interesante, muy interesante.