Sílvia Pérez Cruz: “Tengo la sensación de haber hecho las cosas de corazón, estoy tranquila”
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La cantante catalana estrena su cuarto disco, un trabajo fruto de “la valentía, la locura, y un recuerdo pendiente”. Hablamos con ella en Fontainebleau (Francia) donde ha ofrecido un concierto con algunas de sus canciones más queridas. Ella, su voz y una guitarra.
Para Sílvia Pérez Cruz (Palafrugell, 1983) la vida sin música no es vida. Desde su primer bolo cobrando con trece años hasta ahora, la cantante ha ido volando a su propio ritmo, unas veces acompañada y otras en solitario. Ha llenado teatros en grandes ciudades pero también en pueblos pequeños de muchos rincones del mundo. Tiene en su haber dos premios Goyas de cine a la mejor canción original (Blancanieves, 2012; y Cerca de tu casa, 2017) y en 2014 la Revista Rolling Stone España la eligió como mejor solista del año. Se ha atrevido con letras de Federico García Lorca, Edith Piaf o Caetano Veloso, entre muchos otros, y lo ha hecho en castellano, en catalán, en inglés, en francés y en alemán. Ha experimentado con el jazz, el flamenco, las habaneras, el fado o la música clásica con el deseo de encontrar su lugar en un arte que es “inalcanzable, como el aire, que no se acaba nunca”. Pero quizá, a sus 34 años, este triunfo del que dice “no ser del todo consciente” no sea su mayor logro. Lo que verdaderamente le reconforta es estar en paz consigo misma. “He intentado hacer las cosas de corazón de verdad. El proceso es más lento, pero a la larga merece. Yo no quiero que hablen de mí, yo quiero vivir de esto. Canto en teatros para mil personas pero también para treinta. Y soy igual de feliz”.
Tras licenciarse en canto jazz por la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC) y después de varios años de proyectos artísticos con grupos como Las Migas o músicos como Javier Colina o Ravid Goldschmidt, en 2012 estrena su primer trabajo como solista, 11 de Novembre, al que le siguen Granada (2014, junto al guitarrista Raúl Fernández Miró), Domus (2016) y ahora Vestida de Nit (2017). Poco a poco, su voz libre, fuerte y melancólica, se ha ido colando entre el público como el agua lo hace entre las rendijas hasta tal punto que al escucharla, su voz ya no recuerda a la de nadie más, porque solo proviene de ella. Amante de hacer las cosas “bien” y con constancia de por qué se hacen, ha decidido tras muchos años de trabajo sin interrupción, “bajar el ritmo y dedicar más tiempo a cada cosa”, eligiendo a su manera qué conciertos o entrevistas dar. Tal vez solo por eso, esta tarde de finales de marzo haya que guardarla en el recuerdo.
cafébabel: Entonces, ¿qué tal es lo de vivir en paz?
Sílvia Pérez Cruz: (Sonríe) Es muy existencial. Este último mes tengo como una sensación de paz interior de estar muy contenta con lo que ha pasado. Con los problemas, incluso. Una sensación de haber hecho las cosas de corazón, de estar tranquila. De no necesitar nada más. Aunque bueno… es un ratito, tampoco es eterno.
cafébabel: Consigues que muchas personas, de diferentes edades y procedencias, salgan de manera diferente (y con alguna lágrima en los ojos) después de cada concierto. ¿Cuál es el secreto?
Sílvia Pérez Cruz: Todo esto, por suerte, no se planea. Aunque cuando preparas un repertorio piensas mucho, en el escenario eres libre, animal, emocional. Yo creo que el truco, si es que lo hay, es la emoción y el efecto espejo. Si tú y yo estamos hablando, y yo te contesto con ganas, tú me contestarás con más aún. Si yo me abro, la gente se abrirá y se encontrará con sus propias cosas, aunque claro, yo no sé lo que le pasa a cada uno.
cafébabel: Decía el poeta alemán Reiner María Rilke que una obra de arte para ser buena tiene que haber nacido por pura necesidad. ¿También tú lo piensas?
Sílvia Pérez Cruz: Totalmente. Cantar es mi vida. Es cuando más libre me siento. Si no canto, me ensucio. Es una manera de comunicarme, de compartir y de ser. Por eso no me gusta decir ‘mi carrera’ porque es mi vida. Es como comer. No voy a hacer el imbécil. No puedo hacer cosas porque sí o por dinero. Es pura necesidad y es de verdad. A algunos les gustará y a otros no.
cafébabel: En una ocasión, dijiste que tú no cantas ni tus penas ni las mías, sino las de todos. ¿Hay que cantar canciones tristes para ser felices?
Sílvia Pérez Cruz: Para mí cantarle a la tristeza es como una limpieza. Tengo ganas de hacer un disco alegre pero hasta ahora las canciones que me han seducido o que me ha apetecido cantar son muy intensas, igual que lo soy yo en la vida. Son canciones que me permiten pasar por muchos estados y olvidarme de mi cuerpo. Yo canto desde ahí, desde ese lugar donde se juntan todas las penas. De forma abstracta y universal.
cafébabel: ¿Crees que la música puede curar un alma atormentada?
Sílvia Pérez Cruz: Hasta puede quitar el dolor físico y llegarte a hacer olvidar por unos instantes tu cuerpo. Hay canciones que han acompañado desamores, amores, partos y muertes. Una vez fui a cantar a un psiquiátrico y al final un hombre se me acercó y me dijo: ‘Hoy has hecho algo muy importante’. Después apareció la enfermera y me contó que ese hombre hacía un par de meses que no hablaba. ¿Qué fuerte no?
cafébabel: ¿Y por qué si la música y la cultura en general es algo tan poderoso, siempre acaba siendo la primera en sufrir recortes?
Sílvia Pérez Cruz: Es verdad que mediante el arte puedes colar muchas cosas, mucha información, supongo que igual que se quemaban los libros antes, ¿no? El otro día escuchaba al embajador francés en Madrid hablar de los artistas y casi lloro. Decía que son visionarios. En España cuesta tanto defender la cultura... Por supuesto que hay cosas más importantes como la salud y la educación, pero la cultura es crucial para recordarte quién eres y para seguir siendo, soñando y buscando.
cafébabel: ¿Cómo has logrado saber quién eres tú?
Sílvia Pérez Cruz: Mi madre, que tenía una escuela de artes plásticas siempre me dio recursos, libertad y confianza. Y también acudía a clases de piano, saxo, pintura, coral, escultura… Esto te ayuda a trabajar tu manera de hacer las cosas. Es algo que no se practica mucho, ni en las escuelas ni en la vida. Siempre imitas o buscas un referente para gustar a unos y a otros e incluso a tus propios padres. Tienes que pensar qué soy, qué me gustaría saber. Hay que ser valiente para ser lo que te ha tocado ser.
cafébabel: Tan valiente como para grabar un disco (Vestida de Nit) en dos días y en directo con un quinteto de cuerda sin partituras delante. ¿Cuál es el resultado?
Sílvia Pérez Cruz: Vestida de Nit, que además es el título de una canción de mis padres (los músicos Gloria Cruz y Castor Pérez Diz) que nunca había grabado en un disco, se compone de canciones que yo ya conozco, pero con un formato nuevo. Es más una investigación sonora que siempre quise hacer desde que estudiaba en el ESMUC. El quinteto viene de la música clásica y yo quería romper con eso, así que les quitamos la partitura, su protección, para que fuera todo emoción. Este disco es de verdad. Late. Está vivo. Hemos roto con los tópicos.
cafébabel: Hablando de tópicos, tú tienes 34 años y eso te hace parte, aunque de forma límite, de la Generación millenial, de esa que se dice que compra las entradas por internet pero luego las imprime. Que si somos más independientes, más tecnológicos, más precarios… ¿A ti qué te parece?
Sílvia Pérez Cruz: (Se ríe) Me encanta lo de las entradas. Es buenísimo. Yo creo que es la generación de las experiencias. Queremos muchas cosas y todo muy rápido. Yo lo noto a nivel emocional por ejemplo. Somos hijos de los primeros separados, estamos un poco en prueba, y por eso, somos un poco desastre. En cambio, a nivel artístico, yo creo que éramos gente bastante valiente y luchadora. Los cuarenta de ahora son muy distintos a los de antes.
cafébabel: Entonces, ser millenial y tener un sueño no es incompatible…
Sílvia Pérez Cruz: En el mundo de la música, por ejemplo, cuesta mucho ganarse la vida. Hay muchos recortes, se cierran muchas salas. Pero, en ese sentido, tampoco creo en la suerte. El punto mío es que no es un sueño que voy a buscar. Es algo interno de coherencia conmigo misma. A nivel artístico, no tengo la presión de las modas, ni de llegar a ser nada. También es verdad que soy muy trabajadora, pero porque me apasiona. Soy positiva y me motivan muchas cosas, pero también soy muy existencialista y caótica, tengo a mi hija (de nueve años) y mi vida fácil tampoco es.
cafébabel: ¿Ser madre cambia la visión de las cosas?
Sílvia Pérez Cruz: Me ha enseñado a aprovechar el tiempo mucho más. Me lo ha hecho todo más difícil pero también más fructífero. No sé dónde estaría yo si no tuviera a “la hija”. También al parir se te quitan las tonterías. Las cosas las hago siempre a tope. Si no me siento muy mal. Por ejemplo, si me sentara aquí contigo para hacer esta entrevista solo por hacerla, me sentiría fatal.
cafébabel: Con Domus (2016), el álbum que compusiste para la película Cerca de tu casa (de la que también fue actriz protagonista), le pusiste banda sonora a un drama, el de los desahucios. ¿Pretendías remover conciencias?
Sílvia Pérez Cruz: Yo canto para limpiar, para hacer una revolución emocional que nos despierte para defendernos de todo lo demás. Muchas veces la gente repite el discurso de otros, pero ¿qué piensan realmente? Yo no quiero decir nada que no controle ni que no sienta profundamente.
cafébabel: En muchas ocasiones has acudido a diferentes eventos culturales internacionales, como por ejemplo, un concierto de voces del Mediterráneo en la sala de los Derechos Humanos de la ONU, una presentación en el Instituto Francés de Madrid o un concierto aquí en Francia organizado por el Instituto de lengua y cultura catalana Ramon Llull. ¿De dónde te sientes?
Sílvia Pérez Cruz: La única vez que he tenido un sentimiento de identidad fuerte fue con el paisaje del Ampurdán (en Cataluña), donde está mi pueblo. Lo miré y dije: yo soy de aquí, pero no por una forma de ser determinada o una bandera. También me siento del mundo.
cafébabel: ¿Viviendo en Cataluña, con el proceso independentista como telón de fondo, te has sentido alguna vez utilizada en favor de unos u otros?
Sílvia Pérez Cruz: Yo no me he dejado utilizar nunca. Algunos partidos sí que me ha pedido hacer algunas cosas u otras...pero yo siempre he dicho que no. Tengo preferencias, claro, pero desde el arte, que es un lenguaje que controlo y me gusta. Solo tuve una vez un problema en Madrid donde canté un repertorio en lengua mallorquina y un hombre se levantó y dijo que ahí solo se cantaba en el idioma de la nación. La gente se rio, él se levantó y se fue. Yo no tengo ningún problema. He pasado por muchos estados con respecto a este tema (la independencia), pero nunca he sido nacionalista. Hay mucha gente que lo es. Es una realidad. Ojalá hubiera un poco de escucha. Lo primero que uno quiere es que al menos le entiendan... En realidad creo que estamos todos muy perdidos
cafébabel: ¿Hay luz al final del túnel?
Sílvia Pérez Cruz: Lo veo difícil, no sé. Yo, la verdad, nunca soy de separar pero entiendo que haya mucha gente que se quiera marchar. Y lo respeto. A veces me gustaría que si se votara, saliera mayoría para que se lo tomaran en serio, no para que sucediera en sí. Yo en la mente tengo mi paisaje y yo canto para unir. Pero unir con amor, no por cojones.