Sevilla, cooperativas jóvenes contra la crisis
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Marta MireteSu pequeña empresa no conoce la crisis. En Sevilla, Mayte, Alejandro y Ana tuvieron la loca idea de montar su propia compañía a pesar de que la economía española se estaba hundiendo. A día de hoy siguen en pie, con un punto en común: la cooperativa.
Tanto en Francia como en España, la "cooperativa" nos recuerda más a menudo a viñadores bigotudos que a jóvenes empresarios. Pensamos, sobre todo, en un modelo de utopía post-ochentera, dispuesta a tirar la toalla cuando el mañana no pinta bien. Sin embargo, en Andalucía, región duramente azotada por la crisis, las cooperativas crecen como setas. Lejos de limitarse a la agricultura sin complicaciones (que sólo representa el 14% de las cooperativas españolas), descubrimos que "coop" también se conjuga con 2.0. El principio es simple: tres socios como mínimo que contribuyen a partes iguales, poder de decisión establecido equitativamente, nada de jerarquía. Contrariamente a una empresa clásica, los trabajadores también invierten, y están implicados en todas las etapas de producción.
Lejos de los clichés, la "Coop" versión 2.0
En un barrio moderno a las puertas de la ciudad trabajan Ana y Alejandro, jefes de Marketing Online. Ironías del destino: el complejo situado en Avenida Tecnología y construído justo antes de la crisis para albergar empresas se encuentra medio desierto. Los dos socios decidieron dar el paso a pesar de que sus trayectorias eran completamente diferentes. Ana, de 40 años, fue una de las últimas en dejar su agencia de comunicación antes de que ésta echase el cierre de forma definitiva. A sus 27 años, Alejandro ya va por su segunda cooperativa.
Un ejemplo de lo que produce Marketing Online.
Él siempre ha querido ser su propio jefe, ella ha llegado a serlo casi por casualidad. Pero, en el momento de tirarse a la piscina, una elección parecía evidente: la de un modelo cooperativo. No fue por idealismo, explica Ana: "Nuestra elección es pragmática. Teníamos un proyecto en común, y la cooperativa es lo que más se ajusta a nuestros objetivos económicos y humanos". Y funciona: desde su creación, el libro de pedidos de Marketing Online no deja de aumentar su volumen, con una clientela que va desde un gabinete de psicología a una fábrica de conservas.
Vaginas de Caucho y terapia ecuestre
Laura Castro y Salomé Gómez ven cada vez más proyectos como los de Ana y Alejandro. Como responsables de la federación andaluza de las cooperativas en Sevilla (FAECTA), con la crisis vieron evolucionar el perfil de estos empresarios solidarios. "Vemos cada vez más empresas de servicios, dirigidas por jóvenes diplomados, muy bien formados". En una región donde la tasa de paro sobrepasa el 30%, la cooperativa aparece como una alternativa a la emigración. "Emprender se convierte en una necesidad", resumen.
Andalucía es pionera en la materia. Con sus 3.500 cooperativas, el sector representa varias decenas de miles de empleos. Entre los que se encuentra una mayoría de mujeres, insiste Salomé Gómez: "Esto se explica por el hecho de que son estructuras que favorecen la igualdad. El principio es simple e invariable: una persona equivale a un voto. Y en una sociedad donde las mujeres continúan asumiendo la mayor parte de las tareas domésticas, trabajar en una cooperativa permite conciliar más fácilmente la vida familiar y profesional". Lo menos que podemos decir es que los socios andaluces tienen imaginación: Laura y Salomé han visto de todo, o casi todo, en los proyectos apoyados por la FAECTA: de terapias ecuestres a vaginas de caucho, pasando por ataúdes.
Audacia
Hace casi tres años que Mayte dejó su vida privada entre paréntesis. Cofundadora de la librería La extravagante, habla con energía de aquellos que quieren conquistar el mundo. Sus ojos revelan, sin embargo, las horas pasadas haciendo contabilidad o clasificación. "La gente cree que ser librero es quedarse sentado leyendo, ¡pero no es verdad!", dice riendo. En otra vida, Mayte fue profesora de literatura en Puerto Rico, directora de relaciones públicas de un teatro y después... librera en la FNAC. Fue este el trabajo que abandonó para crear su librería con tres amigos.
La vivaracha Mayte se lanza a la aventura de la "coop" con muchos sueños y quimeras en los bolsillos. Hoy no se arrepiente de su elección y asume la parte de locura inherente al proyecto. "Tenía montones de ilusiones: todo me parecía posible y fácil. Pero, precisamente por el hecho de que todos partíamos con el mismo nivel de ignorancia, el proyecto funcionó. Al llegar al despacho técnico no sabía ni siquiera que podía crear una cooperativa, no sabía nada. Los comienzos siempre son difíciles porque, incluso aunque tenga alma de empresaria, ¡los números no son lo mío!".
Alejandro y Ana, como Mayte, reivindican esa pizca de locura que les llevó a dar el gran salto. Y puede ser que sean estos locos los que levanten poco a poco la economía andaluza. Las cifras de la FAECTA muestran que las cooperativas resisten mejor a la crisis que las empresas clásicas. Los socios, apegados a su proyecto, sólo contemplan el cierre como último recurso. Esta dimensión solidaria cobra todo su sentido en un contexto de crisis, donde la empresa individual se convierte en algo casi imposible, no sólo por razones financieras. La otra cara de la moneda es que muchos son los que trabajan demasiado por un salario a menudo insuficiente. Sólo queda lo esencial, a saber, un sentimiento de libertad compartida.
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Este artículo forma parte de una edición especial dedicada a Sevilla y realizada en el marco del proyecto 'eu-topia time to vote' iniciada por cafébabel en colaboración con la fundación Hippocrene, la Comisión Europea y el Ministerio de Asuntos Exteriores francés.
Translated from Séville : face à la crise, les jeunes brandissent la « Coop »