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Serguéi Filin bajo la maldición del Bolshói

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Cultura

La agresión sufrida por el director artístico del teatro Bolshói, Serguéi Filin, de 42 años, esconde una carrera entre bambalinas llena de amenazas, peligros y envidia. Aunque la Policía no descarta que el ataque no esté relacionado con motivos profesionales, las críticas con respecto a su dirección han sido constantes, así como sus cuentas de correo y Facebook habían sido pirateadas.

En el corazón de Moscú se alza la imperial figura del teatro Bolshói, joya arquitectónica, símbolo de las artes escénicas y orgullo de Rusia. Una pieza así, codiciada desde hace décadas como el icono de la cultura rusa, solo está al alcance del elegido. Desde marzo de 2011, Serguéi Filin es su director artístico. A partir de ese momento, la insigne figura del ballet clásico alcanzó su mayor gloria, pero, a la vez y sin saberlo, heredó la maldición que rodea el puesto.

Filin probó la noche del viernes las otras mieles del éxito: aquellas que esconden entre bambalinas las miserias de la vista del emocionado público. Cuando se encontraba en la puerta de su casa, un desconocido le llamó por su nombre para seguidamente arrojarle un líquido en la cara. El producto resultó ser ácido y, tras el asalto, el atacante se perdió en la noche moscovita. El director trata ahora de sobreponerse a una agresión que casi le priva del sentido de la vista y que le ha causado quemaduras de tercera grado en la caro y el cuello.

La historia del Bolshói ha ido ligada a la de sus principales figuras: los mejores coreógrafos y artistas con los que el templo de la danza alcanzaba la gloria. Pero los exigentes aplausos, eclipsaban una verdad no siempre conocida: la envidia, que no entiende de tiempo, ni de condición y es junto con la muerte lo que iguala al ser humano. Tras el telón se libra siempre una guerra, fratricida en ocasiones, para hacerse con la ansiada fama.

El 28 de octubre de 2011 volvió a abrirse tras una reforma que ha durado seis años. Con ella, se han reducido las plazas y se ha mejorado la acústica.

Lo ocurrido con Filin ha despertado una verdad callada que ahora sale a la luz. La maldición ha perseguido en los últimos tiempos a los responsables de llevar a escena los espectáculos del Bolshói. El anterior director, Guennadi Yanin, dimitió tras la difusión de unas imágenes pornográficas en Internet en las que supuestamente aparecía. La lista de carreras amenazadas y truncadas por la traición es igual de grande como el propio Bolshói. Quizá porque todo al final en esta vida es puro teatro.

Fotos: portada, (cc) ameliabADELIA/Flickr; texto, (cc) Edmund Nigel Gall/Flickr. Vídeo: euronewses/YouTube.