Ser Queer en Túnez: ¿Eres maricón?
Published on
Translation by:
Teresa Molés CasesSon jóvenes, queer* y sufren. Tres años después de la Primavera Árabe, la pluma y la bisexualidad siguen siendo no sólo un tabú en Túnez, sino que además están penalizadas. A pesar de todo esto, la joven generación queer lucha por sus derechos, pero le falta unión, estrategia y valor para iniciar un movimiento con fuerza.
En enero de 2011, durante las manifestaciones contra el dictador Ben Ali, sucedió algo especial: los jóvenes tunecinos sacaron por primera vez en público las banderas del arcoíris. Aquel momento representó un símbolo del cambio. Ràm'y guarda una foto de ese día en su portátil. La muestra orgulloso en una cafetería en La Marsa, la ciudad más chic de Túnez. No le molesta que otras personas la vean, porque allí no es necesario esconderse. Se trata de un lugar de estilo hipster, con una clientela joven, acomodada y con estudios. Si no fuese por la brisa mediterránea que sopla por la terraza, podríamos pensar tranquilamente que la cafetería se encuentra en Berlín o en París.
Ràm'y está sentando, fuma y cuenta que su madre sabe que es gay. Su padre, en cambio, lo ignora, pero a él le es indiferente, vive su vida. En Facebook cuelga fotos y comentarios sobre gays, bisexuales y lesbianas. Además no tiene pelos en la lengua, incluso cuando percibe cierto malestar general y recibe notificaciones del tono "¿eres maricón?". "Quiero que la gente se acostumbre a ello. Con el tiempo, la homosexualidad será algo normal", dice Ràm'y. A pesar de sus 20 años, habla de forma sorprendentemente madura. Tiene grandes aspiraciones y desea que en un futuro la cultura queer lo tenga más fácil en Túnez. "Me gustaría que tuviésemos más oportunidades: un orgullo gay, grupos de autoayuda, más aceptación".
Se trata del futuro de jóvenes cuya identidad sexual ha recibido y recibe desprecio por parte del estado y la sociedad tunecinos. El párrafo 204 del Código Penal condena hasta con tres años de prisión a aquellas personas que mantengan una relación sexual con personas del mismo sexo, aunque esto se aplica en pocos casos. Sin embargo, recuerda que los gays y bisexuales siempre serán víctimas de persecución, porque para la sociedad tunecina esto es igual de tabú que ser transexual.
DOS VECES CASADO POR UNA APARENTE VIDA HETEROSEXUAL
Eso es lo que ha vivido Methi (nombre cambiado por la redacción). Vive a dos horas y media de Túnez. Necesita estar distanciado de su familia y "respirar aire fresco". Desde su apartamento unipersonal disfruta de vistas al mar de una ciudad turística de la costa este tunecina. En su apartamento cuelgan óleos pequeños, bosques verdes alemanes. A Methi le encanta Alemania, un país en el que vivió siete años y donde estudió Filología germánica. Fue la etapa de su vida en la que gozó de más libertad, cuenta. Ahora tiene 35 años. Desde la pubertad, tiene claro que es bisexual, aunque siente preferencia por los hombres. Una salida del armario como la actual no entraba en sus esquemas por aquel entonces: "demasiado peligroso". Presionado por su familia, se casó dos veces con la misma mujer, con la que actualmente tiene un hijo. Se ha separado dos veces y ahora vive solo.
La revolución ha cambiado muy poco para él, al igual que para muchos otros gays y bisexuales tunecinos que superan la treintena. "La situación para los homosexuales bajo el mandato de Ben Ali no era tan difícil", dice Methi. Él temía sobre todo un empeoramiento en el caso de que el lado conservador de tendencia salafista ensanchase su poder.
Por eso para Methi está claro: se volverá a casar y volverá a tener una vida aparentemente heterosexual. La situación para los jóvenes tunecinos es mejor: "internet no sólo ha traído hasta aquí la revolución, sino que también ha reunido a personas con el mismo modo de pensar". "Esa es la auténtica revolución", opina.
CONDENADA LA PRIMERA REVISTA QUEER
Internet es el lugar a través del cual los miembros de la cultura queer conectan. La comunidad de citas Planetromeo pone a hombres en contacto, ya sea para sexo, para buscar una relación o para hacer nuevas amistades. En Facebook muchos queers tienen un segundo perfil anónimo para relacionarse y organizarse. Del mismo modo también hay páginas como Kelmty, la primera organización tunecina LGBT online. Asimismo, un grupo de activistas ha fundado la primera revista queer tunecina GayDayMagazine. Pero tras el boom de su publicación, apenas se ha actualizado, ya que el ministro tunecino de Derechos Humanos la condenó públicamente. “Desde entonces su fundador vive con miedo y se muda de casa cada dos meses, para que no lo encuentren”, dice Ali.
Este joven de 25 años trabaja, entre otras cosas, como administrador web de la revista y además es miembro activo de Amnistía Internacional. Se trata de uno de esos jóvenes tunecinos que tienen mucha visibilidad en la red y que luchan por una mayor democratización. En vez de pasar las noches delante de la televisión, asiste a debates en centros culturales alternativos. Sus amigos no sólo están para pasar el rato, sino que quieren moverse juntos, también por los derechos de los queers. Pero hace falta tiempo. Ali espera a que llegue el momento adecuado. Eso lo diferencia del resto de jóvenes que tras la revolución emprendieron iniciativas rápidamente: "Todos han empezado algo, sin saber a lo que podrían llegar concretamente".
INCLUSO EN LA COMUNIDAD FALTA SOLIDARIDAD
Al contrario, el comportamiento de Ali es más sosegado. Hasta el momento ha analizado cómo podría ser la estrategia para crear el movimiento queer. Habla con activistas de otros países, atiende consejos, intenta conectarse con otros queer. Especialmente esto último no es fácil. Muchos tienen miedo de que su compromiso se convierta en una salida del armario involuntaria y obligatoria. Además, todavía no existe una comunidad sólida que actúe en nombre de todos. Por ejemplo, en las diferentes partes de Túnez hay grupos informales de gays y lesbianas. No obstante, éstos están en competencia continua unos con otros. “Y es que si no somos solidarios entre nosotros será difícil recibir solidaridad de fuera”, dice Ali.
Para él, tres años después de la revolución, estamos sólo ante los albores del movimiento queer. Pero el tiempo apremia, porque si no todavía más queers como Methi estarían condenados a un matrimonio y vida modélica forzados por tabús sociales. Nada deseable.
*Queer: la teoría queer es una hipótesis sobre el género y la sexualidad, según la cual la identidad sexual es el resultado de una construcción social y, por tanto, es variable.
Este reportaje forma parte del Dossier Euromed Reporter llevado a cabo por CaféBabel en la ciudad de Túnez.
Translated from Queer in Tunesien: „Bist du eine Schwuchtel, oder was?"