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Senegal: pagar la salud en comunidad

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Sociedad

En la región de Thies, al norte de Senegal, se crean cada año tres mutuas de salud comunitarias. Un sistema de reembolso de los cuidados médicos a escala en una zona rural que parece tener mucho éxito.

"Las ayudas no duran siempre. La población debe cuidar de sí misma. Sabemos que no podemos esperar nada por parte del Estado", explica Thomas Diop, presidente de la mutua del pueblo de Lalanne, en Senegal. Forma parte de los pioneros de las mutuas de salud comunitarias. En 1993, junto con un grupo de jóvenes, buscó la manera de resolver los problemas de hospitalización de los enfermos. Por entonces eran las religiosas francesas quienes, de manera gratuita, se hacían cargo de los cuidados primarios. En los casos críticos, acompañaban personalmente a los enfermos al hospital y pagaban sus cuidados. "La población estaba adormecida por la presencia de las dominicanas", recuerda.

Una alternativa a la falta de cuidados

En una zona rural donde el 80% de la población vive de la agricultura o del sector informal, resulta evidente que la mayor parte de sus habitantes tenga dificultades para encontrar los 6.000 francos CFA de un día de hospitalización (8 euros), teniendo en cuenta que los ingresos netos medios son de 30.000 francos CFA al mes (45). Como respuesta a esta situación, la idea de un sistema comunitario empieza a ver la luz. El pueblo de Fandeme es el primero en buscar una alternativa: en 1989 se crea la primera mutua de salud comunitaria de Senegal. Entonces, cada asegurado cotizaba 100 francos CFA (0,15 euros) al mes y por persona. Una suma que da derecho al 70% de los costes de los cuidados primarios y al 100% de los gastos de hospitalización. ¡Una forma de asistencia que fue adoptada por 2.700 habitantes de un total de 3000.

La experiencia se convierte en un modelo: aparecen nuevas mutuas en la región y se establece un comité para el control y la coordinación de estas mutuas de salud. La ONG GRAIM, con sede en Dakar desde 1972, asiste y forma a los gerentes, y coordina todas las actividades desde 1997. Hoy, 18.550 familias de la región de Thies están cubiertas por una mutua comunitaria, lo que supone 100.000 beneficiarios de total de un millón de habitantes. Para un presupuesto equilibrado son necesarios 1000 asegurados, con lo que cada año se crean tres mutuas de salud comunitarias y el índice de adhesión aumenta sin cesar.

La desconfianza, el mayor obstáculo

Sin embargo, al principio había numerosos obstáculos: en primer lugar, la desconfianza. "¿Cómo puede ser que dando 100 francos CFA al mes vayan a pagar unos gastos de hospitalización de 30.000 francos CFA? ¡Muchos creía que se trataba de una operación para robar dinero!", recuerda Nogaye, presidenta de la compañía Jappoo Faju en Thienaba. "Además, algunas creencias populares difundían la idea de que cotizar para prevenir la enfermedad era atraerla", continúa. Algunas afirmaban incluso que el Corán estaba en contra de las mutuas de salud…

Las frecuentes reuniones para convences en primer término a los cabezas de la comunidad, jefes religiosos y políticos y, en concreto, a los morabitos, permitieron superar las reticencias iniciales. Niass, el médico responsable del centro de salud, ha advertido un aumento de las consultas: "Antes los enfermos no venían dada la falta de dinero. Se decidían a venir en el último momento, cuando no les quedaba otra. Eran muy difíciles de curar ya que la enfermedad estaba en un estado avanzado. Hemos pasado de 2.000 a 8.000 visitas al año. El estado de la población cubierta ha mejorado mucho. Además, como nuestro centro de salud funciona mejor, podemos invertir y aumentar la calidad de los cuidados”.

La enfermedad no espera

No obstante, todavía existen dificultades. Penda Seck es mutualista desde el nacimiento del sistema. Tras la muerte de su marido tiene problemas para pagar la cotización: todos los gastos han recaído sobre ella. Debe, con un presupuesto limitado, pagar la alimentación, la vivienda, estudios… Y con seis hijos no puede desembolsar 1.400 francos CFA cada mes. Así pues, se ve obligada a aplazar sus cuidados, "mientras que la enfermedad no espera".

Thomas Diop se muestra prudente y también relativiza el éxito de estas mutuas: "Todo el sistema puede hundirse ya que la cotización es voluntaria. Quince delegados reconocidos por la población pasan a recoger la colecta casa por casa. Son una pieza esencial: deben ser leales e íntegros".

"Me gusta lo social: uno siente el sufrimiento de la gente y sus inquietudes y decide participar en la solución. Es una manera de cambiar las cosas", continúa Thomas Diop. Todas las actividades llevadas a cabo en Thies por GRAIM tienen hoy el mismo objetivo: la instauración de un gobierno colectivo mediante la formación de ciudadanos. Más allá de la salud, la oenegé dirige un proyecto político y de sociedad.

Translated from Sénégal : payer la santé en communauté