Se apaga el último cigarrillo; muere Helmut Schmidt
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Rebeca MartinezEl antiguo canciller alemán, europeo, editor de la revista "El tiempo" y pensador Helmut Schmidt ha fallecido este mediodía rodeado de su familia.
"No quiero cumplir 100 años, pero tampoco puedo evitarlo.", dijo Helmut Schmidt a Sandra Maischberger en la que sería su última aparición en televisión, en abril de este año. Su deseo fue escuchado este mediodía. Ha fallecido en su casa de Hamburgo en compañía de su familia.
A principios de septiembre se dió a conocer que había dejado de fumar. Un trombo en su pierna derecha fue la causa. Cuando se publicó la noticia pensé en mi abuelo, que vivió conmigo y con mi madre hasta su muerte. A sus 93 años aún encendía con gusto su cigarro, envolviéndo así toda la casa en una neblina de humo. Sinceramente eso me irritaba bastante porque el humo se impregnaba en mi ropa y mi pelo. Todo el día. Aun así le permitíamos fumar. En realidad él no fumaba, simplemente soplaba el humo. Pero eso no importa. Con brillantes ojos sostenía el puro entre sus temblorosos dedos. Tan paradójico como pueda sonar, el puro era el elixir de su vida.
Gracias a mi abuelo puedo ponerme en el lugar de Helmut Schmidt y entender lo que significa que el médico te prohíba fumar. Es como una muerte antes de tiempo.
Humo y debate
A lo largo de su vida, Helmut Schmidt prescindió de fumar durante 15 años y 2 meses - desde nacer hasta la adolescencia y en sus últimos meses de vida-. Ninguna persona en la historia ha representado el fumar con tanta clase y carisma como él. "Quedar para un cigarrillo", así decía él cuando dirigía coloquios de intelectuales y filósofos. Todos conectados por su trabajo y su pasión por la nicotina.
La crisis del petróleo, el "doble acuerdo" de la OTAN, la fracción terrorista del Ejército Rojo - mientras, el zigarrillo permaneció. El "creador", "director de las crisis" y socialdemócrata se mantenía firme en sus principios morales y politicos y se distinguía constantemente por su linealidad.
Gran "hombre de estado"
En 2013 una encuesta reveló que Helmut Schmidt es considerado el canciller más importante de la posquerra. Terminó su cargo como canciller en 1982. 31 años después no ha cambiado su punto de vista. Continuó siendo uno de los hombres más solicitados. Los programas de televisión se lo disputaban. La audiencia se disparaba cuando Helmut explicaba con hanseática sequedad y transparente juicio su visión de las cosas. Para evitar interrupciones se retiraban, por cierto, los detectores de humo de los estudios de televisión. Sí, Helmut Schmidt recibió su salchicha extra, y con razón.
No sólo mi abuelo vió en él un gran ejemplo a seguir, generaciones enteras han sido modeladas política y personalmente por él. A pesar de la fama mantuvo la humildad toda su vida. Para su tumba reflexionó él mismo, hace unos años, la siguiente frase: " Un hombre que ha intentado cumplir razonablemente con su deber"
Translated from Die Glut der letzten Zigarette verglimmt: Helmut Schmidt ist tot