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Sarkozy o You tube 3.0: el futuro del cine digital

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CulturaSociedad

En el Future Film Festival de Boloña, Italia, nada de trípodes y cámaras. Los teclados, los ratones y los programas informáticos son los protagonistas. Escuchamos a los profesionales.

Desde hace diez años, el Future Film Festival rompe límites en el universo de la animación, hacia terrenos cinematográficos innovadores en la era digital. Nadie sabe hasta dónde se podrá llegar. Vicki Dobbes Beck, directora de marketing del Industrial Light & Magic; Matt Aitken, supervisor de la animación digital de Weta Digital y, por último, Bruce Sterling, escritor de ciencia ficción, tratan de responder.

¿Cuáles serán los ingredientes del cine del futuro? Sin duda: costes menos elevados de producción, nuevos instrumentos tecnológicos y un inmenso potencial de creación. “Hace tan sólo diez años, me ocupaba del personaje de Gollum en la trilogía del Señor de los Anillos. ¡Y ahora me resulta todo tan lejano!”, suelta de entrada Matt Aitken. En 1997, las películas Titanic, Jurassic Park y Men in Black se basaban todos en la última generación de efectos especiales, el último grito del momento. Para Aitken, las dificultades de la época han quedado muy atrás: “¡El reto era que la piel pareciera piel, el agua, agua, que la luz pareciera real; en cambio ahora, con el aumento de la potencia de cálculo y la mayor capacidad de gestionar datos, hemos dado pasos de gigante!”.

De la pantalla a la consola

Ahora toca la cinematografía virtual, que debería aportarnos la llamada “motion capture”. Esta nueva técnica permitirá, en particular, a través de una pantalla digital, seguir en tiempo real la actuación del actor en cuestión. El realizador podrá ver al instante sobre su pantalla el producto acabado de la escena. Controlará mucho más el proceso de producción.

Otro aspecto del cine futurista será su adaptación al formato videojuego. Cualquiera podrá ser protagonista y revivir cualquier escena de una película a través del juego relacionado con ella. Nuestros expertos en efectos especiales, lejos de alucinar, parecen hechos a la idea: “Los espectadores podrán volver a casa habiendo visto una película y jugado con sus personajes en una videoconsola”.

Vicki Beck nos revela, además, que su patrón, la empresa Light & Magic (la sociedad de postproducción que ha trabajado para la trilogía de los Piratas del Caribe) ya posee un departamento de videojuegos y trabaja sin descanso para integrar las dos facetas de su actividad. De este modo, los juegos tendrán códigos fuente cada vez más sofisticados. Algo que no parece resultar un problema para los jóvenes artistas, pues las pasarelas entre estos dos oficios son frecuentes.

Makoto Shinkai mismo, ganador del festival con su película Byousoku 5 centimeters, comenzó su carrera en una sociedad de juegos electrónicos. Sin embargo, para el escritor Bruce Sterling, esta evolución le hace temer lo que él denomina el “efecto Pokemon”: las películas de alta tecnología corren el riesgo de convertirse en productos integrados en una compleja estrategia de marketing durante la que el consumidor pasará de la taza de café a las salas de cine, del videojuego al tono del móvil.

El cine tipo Renaissance Sarkozy

Una vez sumidos en la piscina del marketing, la imaginación y la creatividad pierden su peso. “Estamos en una sociedad de servicios, lo que efectuamos son pedidos”, subraya Vicki Beck antes de matizar: “Cada solución tecnológica que ofrecemos está al servicio del realizador. Le permite aumentar su margen de maniobra en el proceso de creación. La apuesta se centra en la nueva perfección de lo digital aplicada a desafíos muy reales.

Un futuro radiante a la vista... A escuchar estas palabras, Sterling se echa a reír: “¿Y por qué no pensar en un futuro a lo Bollywood, una mezcla de anarquía y tecnología? En la actualidad es la industria cinematográfica más grande del mundo. ¿Dónde queda, pues la industria europea? Con poca tecnología y mucha ayuda del Estado, el estilo Renaissance Sarkozy igual termina por influirnos a fuerza de películas con misión civilizadora”, se permite como digresión.

Este universo tecnológico es también la consagración de la era You Tube 3.0 que ya anuncian algunos. Una red hiperconectada en la que todos podemos se actores y realizadores alguna vez. “El mundo podría convertirse en una gigantesca escuela de cine, atestada de gente no muy profesional con toda una panoplia de medios tecnológicos”, imagina Sterling. Y añade: “Ya no tendremos películas, sino trozos de películas. Y en seguida nos preguntaremos que dónde han ido a parar los grandes maestros. ¡Aunque la verdad es que si nos tuviéramos que atener a profecías de futurólogo, Japón dominaría el mundo desde hace 20 años!”, concluye, divertido.

Japón, la estrella del festival del futuro de Boloña

Del 15 al 20 de enero de 2008, en el Future Festival, han sido presentadas no menos de 186 obras a más de 30.000 espectadores. En la sección de largometrajes, el gran vencedor ha sido Makoto Shinkai, quien se ha llevado el Lancia Platinum Grand Prize por su película de animación Byousoku 5 centimeters presentado en primicia europea durante el festival. Cuenta la historia de la amistad entre Takaki y Akari, que ven cómo poco a poco la vida va separando sus caminos. También ha merecido una mención especial otro trabajo japonés: Cemento amargo, de Michael Arias. En esta obra, amor, fraternidad y bondad parecen sentimientos prohibidos en una sociedad moderna y corrompida. “Temas afrontados sin retórica ni banalidad”, declara Enzo d'Alò, miembro del jurado.

Foto página de inicio: Palacio del Rey Enzo en la Sala Hera, Boloña (Foto, Emanuel Grifoni)

Translated from «Sarkozy o YouTube 3.0?», il futuro del cinema in scena a Bologna