Santral Istanbul: la nueva fabricArte
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Fernando Navarro SordoPreparándose para encarnar la capitalidad europea de la cultura en 2010, Estambul hace aflorar poco a poco todo su potencial creativo y artístico.
“Vosotros también podéis tener una Tate Modern.” La profecía, lanzada por Donald Hyslop, uno de los responsables de este nuevo y célebre museo británico de Arte Contemporáneo, entusiasmó a los ciudadanos de Estambul congregados durante una conferencia en la universidad Bilgi de la capital económica turca. Y dicho y hecho, o casi. Santral Istanbul, uno de los mayores proyectos culturales europeos de los últimos años, abrirá sus puertas a principios de 2007.
Abordado en primera instancia por la Universidad Bilgi de Estambul, la tarea de reconversión de la central eléctrica de Silahtara, situada en el corazón del Cuerno de Oro, uno de los más veteranos barrios industriales de la urbe, tiene por objetivo establecer un museo de arte contemporáneo que haga también las veces de residencia de artistas, biblioteca y Museo de la energía, propulsando a la vieja Constantinopla hacia la galaxia global de la creación contemporánea.
Del Guggenheim al Bloom de Milán
Durante la conferencia de presentación de este nuevo emplazamiento cultural, la intervención de uno de los fundadores de la Friche de la Belle de mai, antigua fábrica de tabacos de Marsella convertida ahora en plataforma cultural, tomó el relevo de una alocución del ex director del museo Guggenheim de Bilbao, Thomas Messer. Un padrinazgo prestigioso que dice mucho de la ambición con la que mace la iniciativa.
Santral, con 118.000 m2, aunará dos aspectos de la vida artística: las obras reconocidas por la gran industria cultural y las alternativas más anárquicas. Será a la vez, centro de arte contemporáneo de envergadura internacional y vivero de más de 1.000 jóvenes talentos, creadores e investigadores previstos como residentes cada año.
Los objetivos en mente de los fundadores de Santral Istanbul -creación, intercambio y multiplicidad disciplinar– son el compendio de las últimas tendencias en el mundo de la creación alternativa. Desde la Friche de la Belle de Mai de Marsella a la UfaFabrik de Berlín, pasando por el Mercado de Shaerbeek en Bruselas, la Fábrica de Ginebra, el Bloom de Milán o el Ateneo popular de Barcelona. Además, nacer bajo el auspicio de una estructura institucional no le restará a la iniciativa de Estambul su voluntad de abrir el espacio urbano y actuar sobre él. En su ambición participativa, pretende extender su radio de acción más allá de la central eléctrica mediante talleres urbanos de creación movilizando a toda su zona de implantación y a sus habitantes. Un nuevo soplo de vida para este viejo barrio industrial en la ribera del Cuerno de Oro degradado desde hace tiempo.
De aquí a 2010, la Marcha Turca será cultural
Dicho esto, Santral no es el único proyecto que verán florecer los ciudadanos de Estambul. En su marcha hacia la adhesión a la Unión Europea, y progresando hacia su futuro estatuto de capital europea de la cultura para 2010, la ciudad, que acaba de dotarse hace poco de tres nuevos museos de estatura internacional, se encuentra rehabilitando numerosos espacios destinados a la cultura. Las obras de Picasso o de Rodin se encuentran desde ya con miles de metros cuadrados de exposición a sus pies al borde del Bósforo, en donde el arte contemporáneo se codea con las centenarias obras de la era otomana. Los mayores artistas de la creación moderna turca también han encontrado su lugar en esta pléyade de nuevas salas. Una punta del iceberg que el lifting de la ciudad sumará a la segunda vida destinada a los edificios otomanos y antiguos centros administrativos convertidos dentro de poco en monumentos admirables.
Translated from ‘Santral Istanbul’, l'art usine