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Rumanía: jóvenes periodistas independientes

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Pablo Ángel

Sociedad

En Bu­ca­rest, unos jó­ve­nes pe­rio­dis­tas de­cep­cio­na­dos por los me­dios de co­mu­ni­ca­ción han de­ci­di­do vivir jun­tos en una gran casa trans­for­ma­da en una sala de re­dac­ción y lugar de fies­tas. En este ca­se­rón, poco común y abier­to al pú­bli­co, un la­bo­ra­to­rio de ex­pe­ri­men­tos pe­rio­dís­ti­cos surge y pone patas arri­ba el pai­sa­je me­diá­ti­co de Ru­ma­nía.

La pri­ma­ve­ra re­nue­va la ima­gen de la ca­pi­tal ru­ma­na. Bi­ci­cle­tas y pa­ti­nes salen a la calle, mien­tras que las bar­ba­coas lle­nan el am­bien­te con el olor de la carne a la pa­rri­lla. En la calle Vii­to­ru­lui, los pa­dres están sen­ta­dos al sol, fren­te a sus casas, mien­tras que los niños jue­gan al fút­bol. Radu y Ste­fan dis­cu­ten y fuman al fondo del patio del nú­me­ro 154. "Vlad está arri­ba", me dicen. En la plan­ta su­pe­rior se en­cuen­tra Vlad, des­cal­zo sobre la al­fom­bra y tra­ba­jan­do con su por­tá­til. Un bo­te­llín de cer­ve­za corona el es­cri­to­rio entre va­rios pa­pe­les y re­vis­tas. No muy lejos hay una ca­be­za de ma­ni­quí en­vuel­ta con una chap­ka que nos mira fi­ja­men­te. En este am­bien­te es donde Vlad, Radu, Ste­fan y otros jó­ve­nes re­dac­to­res dan vida a la Casa Jur­na­lis­tu­lui, "la casa del pe­rio­dis­mo".

Un OVNI entre los me­dios de co­mu­ni­ca­ción

Antes de crear la Casa Jur­na­lis­tu­lui en 2012, Vlad tra­ba­jó en una re­dac­ción du­ran­te dos años con otros pe­rio­dis­tas que, como él, tam­bién re­cha­za­ron los me­dios de masas, que están en manos de po­lí­ti­cos y gran­des em­pre­sas. Ahora, Vlad y sus com­pa­ñe­ros, ofre­cen un lugar in­de­pen­dien­te y abier­to al pú­bli­co. Aquí, la gente puede ob­ser­var sus tra­ba­jos y sus pro­ce­sos de es­cri­tu­ra: "al prin­ci­pio, la idea me pa­re­cía ex­tra­ña, pero al final fun­cio­nó mejor de lo que es­pe­ra­ba. Ha lle­ga­do a ser una forma na­tu­ral de tra­ba­jar para mí", dice Vlad.

Ade­más del sitio y los re­por­ta­jes, los miem­bros de las Casa Jur­na­lis­tu­lui or­ga­ni­zan even­tos en sus só­ta­nos, donde pre­sen­tan sus úl­ti­mos tra­ba­jos rea­li­za­dos, siem­pre cer­ve­za en mano. El pa­sa­do enero, cerca de dos­cien­tas per­so­nas asis­tie­ron a la emi­sión de un epi­so­dio del do­cu­men­tal crea­do por ellos sobre las ex­tra­ñas re­li­gio­nes de Ru­ma­nía

Mu­chas per­so­nas son las que han re­cu­rri­do a ellos para se­guir de cerca las no­ti­cias de la ac­tua­li­dad, ya sean los re­por­ta­jes de Radu en Ucra­nia o las ma­ni­fes­ta­cio­nes con­tra un pro­yec­to de mina de oro en Roșia Mon­tană. Este es­pi­so­dio, ade­más de haber sa­cu­di­do Ru­ma­nía entre agos­to y di­ciem­bre de 2013, pro­vo­có el re­tro­ce­so del go­bierno. Para Vlad, la Casa Jur­na­lis­tu­lui ha te­ni­do un "im­pac­to po­si­ti­vo" en la con­cien­cia de la gente. "Con Roșia Mon­tană, la gente co­men­zó a hacer pre­gun­tas de las que los me­dios no res­pon­dían. No­so­tros, que es­tá­ba­mos allí, sa­bía­mos a dónde ir y cómo hacer las pre­gun­tas ade­cua­das", ex­pli­ca Vlad.

Los po­lí­ti­cos les odian, sobre todo aque­llos que han sido acu­sa­dos de co­rrup­ción y los que tie­nen gran­des pri­vi­le­gios en sus pues­tos. En cuan­to a las reac­cio­nes de otros pe­rio­dis­tas, hay di­ver­sas opi­nio­nes: "al­gu­nos nos ayu­dan y otros no en­tien­den la ini­cia­ti­va". Des­pués, tam­bién hay sos­pe­chas: "te­ne­mos una es­pe­cie de pa­ra­noia en Ru­ma­nía, se dice que todos los pe­rio­dis­tas están a la en­te­ra dis­po­si­ción de los po­lí­ti­cos, que cada uno tiene siem­pre a al­guien de­trás. Pero no­so­tros somos com­ple­ta­men­te in­de­pen­dien­tes". 

pE­RIO­DIS­MO "DO IT YOUR­SELF"

Para pagar el al­qui­ler y man­te­ner las ne­ce­si­da­des, los pe­rio­dis­tas en­vían ar­tícu­los a otras re­vis­tas y so­li­ci­tan do­na­cio­nes. Vlad no tiene in­ten­ción de ob­te­ner el es­ta­tu­to de aso­cia­ción para la Casa Jur­na­lis­tu­lui: "No veo tal pro­pó­si­to. No ne­ce­si­ta­mos mucho di­ne­ro. Cuan­do salen para hacer los re­por­ta­jes, duer­men en casas de otras per­so­nas, hacen au­tos­top o re­co­gen a los au­to­es­to­pis­tas, se las arre­glan con lo que tie­nen: "Esto tiene una ven­ta­ja, pre­fe­ri­mos tener pro­xi­mi­dad con la gente. Co­rres­pon­de más a nues­tro es­ti­lo de es­cri­tu­ra, un pe­rio­dis­mo gonzo", se­ña­la Vlad. A veces, es por este mé­to­do que ellos des­cu­bren lo que otros me­dios no ob­tie­nen; du­ran­te el escándalo sobre la carne de ca­ba­llo, Radu y otros com­pa­ñe­ros es­ta­ban ha­cien­do un re­por­ta­je sobre el ma­ta­de­ro Doly Com. Cuan­do re­co­gie­ron a un hom­bre, re­sul­tó ser un viejo guar­dia de se­gu­ri­dad del men­cio­na­do ma­ta­de­ro. El tipo les pro­por­cio­nó in­for­ma­ción sobre los ma­ta­de­ros clan­des­ti­nos y les mostró cómo tra­ba­ja­ba él mismo para uno de ellos.

Vlad no se ve tra­ba­jan­do de otra ma­ne­ra: "A di­fe­ren­cia de en mi an­te­rior tra­ba­jo, puedo per­mi­tir­me todo el tiem­po del mundo para com­pren­der los su­ce­sos. Al final, el ar­tícu­lo se hace exac­ta­men­te como yo quie­ro, tanto el texto como las fotos".

EX­PE­RI­MEN­TA­CIO­NES ES­TI­LÍS­TI­CAS

En la pared, llama la aten­ción una larga hoja de papel, que tiene como tí­tu­lo Stela. Fle­chas rojas se en­tre­la­zan y co­nec­tan nom­bres con tro­zos de fra­ses: "Se­te­fan está ex­pe­ri­men­tan­do un nuevo es­ti­lo de na­rra­ción. En el papel ha es­cri­to un re­tra­to de al­guien ex­clu­si­va­men­te con la voz de esa per­so­na en cues­tión, man­te­nien­do su forma de ha­blar. El pe­rio­dis­ta no exis­te en la his­to­ria. Stela habla y el texto está cons­trui­do por el pe­rio­dis­ta des­pués de una en­tre­vis­ta de va­rias horas". Para ellos, el pe­rio­dis­mo debe ser di­ná­mi­co. Siem­pre que la au­ten­ti­ci­dad sea res­pe­ta­da, la his­to­ria puede ser con­ta­da de va­rias for­mas.

Al mismo tiem­po, en el patio, los ami­gos de Stela pre­pa­ran su fies­ta de cum­plea­ños sor­pre­sa. La bar­ba­coa crepita mien­tras que al­gu­nos pre­ser­va­ti­vos cuel­gan como com­ple­men­to de­co­ra­ti­vo. Cuan­do llega Stela le can­tan el "cum­plea­ños feliz", se mez­cla con los rit­mos de ma­ne­le y con los ruidos de un balón de fút­bol que gol­pea con­tra la puer­ta. El ar­tícu­lo Am fost  smar­doaică (He sido una ani­mal) será pu­bli­ca­do en pocos días. Narra la vida de Stela, sus amo­res, sus de­cep­cio­nes, su lucha con el VIH que ella pa­de­ce. En una se­ma­na, el ar­tícu­lo ha sido visto 20.000 veces y con un total de 6.000 "me gusta". El pe­rio­dis­mo ha en­con­tra­do su forma hu­ma­na.

Translated from Roumanie : journalistes nouvelle génération