Rodríguez Zapatero, dos años escapando de Las Azores
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El 17 de abril Rodríguez Zapatero cumplió el ecuador de su mandato como presidente español. Desde que sacó las tropas de Irak no ha dejado de hacer equilibrismos en Europa y en el mundo.
La “foto de las Azores” se había convertido en la imagen de tres amigos con un objetivo demasiado personal como para ser asumido por sus eventuales sucesores. Durante estos dos años, la forma de hacer política de Zapatero ha tenido algo de arriesgado, pero también de errático. Parte de un golpe en la mesa, una determinación política e ideológica, y los grandes gestos en política tienen siempre consecuencias difíciles de predecir o controlar. Prefiere asumir los riegos e intenta capear los temporales con mano izquierda y con una sonrisa: “El talante” que él hizo famoso y que le hizo famoso.
Se busca foto
Busca otra foto, pero le cuesta encontrar compañeros que posen con él en una Europa cada vez más centrifugada: una Francia debilitada y una Alemania que, con Angela Merkel, ha sabido compaginar firmeza y cordialidad con Estados Unidos.
Ahora mira con esperanza a Italia, donde es visto como un líder de izquierdas carismático a pesar de que el Vaticano no tiene muy buenas palabras para quien ha legalizado el matrimonio homosexual. Prodi retirará en breve a los militares italianos de Irak. Quien fuera presidente de la Comisión, Il Profesore, puede darle alguna amable lección a Rodríguez Zapatero y ayudarle a hacerse con un sitio en Europa. Sin embargo, en Bruselas, este presidente le ha dejado la batuta a su ministro de Exteriores, Moratinos. Rodríguez Zapatero sólo habla español, le falta el carisma de un gran líder y no se le ve cómodo en las grandes cumbres. Suyo fue el empeño de que el primer país en celebrar el referendo del Tratado de la Constitución Europea fuera España y defendió hasta tal punto el ‘sí’ que el estancamiento del proceso de ratificaciones le dejó descolocado.
Dicho esto, ha defendido en Europa que la política antiterrorista no dependa de las ayudas de Estados Unidos. El esperanzador alto el fuego permanente declarado por ETA el pasado 22 de marzo le dé quizás la razón: además de la inestimable ayuda de Francia, el gobierno español sigue recibiendo el asesoramiento del primer ministro irlandés, Bertie Ahern y, sobre todo, del británico, Tony Blair. España termina de reconciliarse así, de paso, con el otro protagonista de ‘la foto de las Azores’. Ya sólo queda resolver el conflicto con la Comisión europea del tercer compañero de las Azores, Durão Barroso, en relación al proteccionismo de España en el caso de la OPA del gigante alemán E-On a la eléctrica española Endesa.
Pendiente de Europa y… de EE UU
Uno no puede gobernar de espaldas a Estados Unidos. Esto ha supuesto que Rodríguez Zapatero aparque su intervención a favor del Sáhara Occidental en su enquistado litigio con Marruecos, histórico aliado de Estados Unidos. Ha supuesto el envío de más soldados a Afganistán y que no se indague sobre los vuelos secretos de la CIA aterrizados en España.
A comienzos de 2006, Estados Unidos negó a España la autorización de su tecnología en la fabricación de aviones militares que habrían de ser vendidos a Venezuela. Evo Morales, presidente de Bolivia, inició su gira de contactos internacionales visitando La Moncloa: la sintonía personal y los acuerdos políticos alcanzados entre Zapatero y los líderes de la izquierda nacionalista latinoamericana tampoco gustan en Washington.
Una cosa sí pone de acuerdo a la España de Zapatero y los Estados Unidos de Bush: el español ha heredado de Aznar la voluntad de que los turcos se se adhieran a la UE. Es más, Zapatero y Erdogan, primer ministro turco, lideran el bienintencionado pero confuso proyecto de la “Alianza de Civilizaciones”. Prodi, Zapatero, Erdogan: ¿la nueva Foto? Se busca fotógrafo.