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Robin Wood: los defensores de los bosques

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Política

A más de un monumento o coloso de hormigón se han atrevido a desafiar estos activistas medioambientales en su lucha por la conservación de los bosques. Sin faltar nunca la creatividad y la espectacularidad en sus protestas.

“El personal de seguridad no nos pudo detener”, recapitula Hanna la vez que ella y tres intrépidos camaradas más treparon con cuerdas de escalada a la Puerta de Brandemburgo en Berlín. Primero tuvieron que escalar el edificio vecino, más bajo, para ascender después a la Puerta con una segunda escalera más pequeña. La pancarta les estorbaba al subir, pero al final lo consiguieron, bien sujetos con cuerdas de seguridad. Una policía fue detrás de ellos, pero no se atrevió a seguir a esa altura sin el equipo adecuado y pidió apoyo. Cuando estuvieron arriba al lado de la mítica cuádriga, Hanna y los demás descolgaron su transparente de 20 metros de largo: “El carbón perjudica al clima, el futuro es renovable”.

Era marzo de 2006, y la protesta de Hanna iba dirigida a la cumbre energética organizada por la canciller Merkel, que tuvo lugar el 3 de abril siguiente. Robin Wood le exigía al Gobierno Federal la retirada inmediata de la producción de energía atómica, protestaba contra las centrales carboeléctricas y a favor de más energías renovables. “Fue un éxito absoluto”, recuerda la joven con una sonrisa.

Los príncipes ecológicos de lo deforestado

Hana Poddig, de apenas 22 años de edad, pertenece a la cúpula de un grupo de defensa de la natureza que se hace llamar Robin Wood, organizado a nivel nacional. En 1982 una docena de activistas de Greenpeace en Alemania llegó a la conclusión de que ya estaban hartos de la organización tan autoritaria y centralizada, en la que muchas iniciativas eran rechazadas porque no se adecuaban a la campaña. Eso molestaba tanto a algunos activistas que decidieron fundar Robin Wood.

En la página web de la organización se puede leer que su objetivo es luchar contra la lenta y silenciosa desaparición de los bosques. “Nuestras iniciativas nacen a menudo de una necesidad ingente. Si encuentro por ejemplo algo interesante mientras leo el periódico, envío un correo electrónico a los demás y después nos juntamos a planear una actividad”, explica Hanna. También hay eventos importantes para los cuales siempre se organiza una manifestación de protesta, una intervención pública, una caminata en zancos, un concierto, o se ponen puestos de información para los ciudadanos en la calle. Entre esos eventos estuvieron por ejemplo el congreso de invierno del Foro de Energía Atómica en Berlín, los pasados 6 y 7 de febrero, o las asambleas del gigante energético sueco, Vatenfall. En 2007, la compañía estuvo en boca de todos después de los incendios en las centrales nucleares de Krümmel y Brunsbüttel en Alemania.

Al comienzo, Robin Wood sólo tenía locales en Hamburgo y Bremen. Ahora existen ya 15 grupos regionales, organizados de distintas formas, llevando a cabo sus actividades de manera muy autónoma. Robin Wood es una organización alemana, pero ya ha trabajado en cooperación con grupos de otros países europeos.

Hanna piensa que el trabajo de información respecto al clima es necesario a nivel general, pero que debe evitarse que ello se convierta en una discusión exclusivamente europea. Sostiene, por ejemplo, que ya hay muchos refugiados por problemas climáticos en el mundo, y que el debate en torno al clima es desde hace mucho un problema global. Ella forma parte del proyecto desde hace cinco años y organiza actividades contra agentes contaminadores como Vatenfall. En ese marco, dice, estudiar ha pasado a ser algo secundario, puesto que ya ha encontrado el trabajo de sus sueños.

Fotos en texto: 1. Acción en la puerta de Brandemburgo de Berlín en 2006 (foto, Robinwood.com); 2. Acción sobre las vías de un tren (foto, Robinwood.com); 3.Pasacalle informativo (foto, Robinwood.com)

Translated from Robin Wood: Die Rächer der Entlaubten