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Responsabilidad, responsabilidad y responsabilidad

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Colores Unidos de Francia: ¿cuántos colores tiene el No francés al Tratado Constitucional Europeo?

Derecha e izquierda, liberales y antiliberales, pacifistas y revolucionarios, nacionalistas y federalistas, extremistas y moderados, jóvenes y viejos, religiosos y laicos, hombres y mujeres. No se había visto nunca un frente político tan transversal y heterogéneo. Desde Jean-Marie Le Pen y pasando por Attac, casi nunca en la Historia europea experiencias políticas y culturales tan diversas entre sí -aparentemente contradictorias- se habían puesto de acuerdo.

Colores Unidos de Francia

Pero el mundo complejo de los “Colores Unidos de Francia” nunca hubiera vencido basándose sólo en lo nacional, patriótico y nacionalista. La victoria del No es antes que nada la victoria de un malestar difuso en la sociedad francesa –así como en toda Europa– respecto a un “modelo europeo” donde el coste social del empleo más estancado del mundo no se corresponde con el beneficio que la democracia conlleva. Asistimos al fracaso de un escenario en el que la agenda política de Europa se decide –tal y como sucede en el sistema federal de los EE UU– por un voto democrático, sino por un entramado de niveles de toma de decisión en el que es imposible seguirle los pasos a la responsabilidad política de los que gobiernan. Asistimos además al fracaso de las elites políticas europeas que se han mostrado –como suele suceder– tímidas y retraídas ante las respectivas opiniones públicas.

No es suficiente un voto para reconstruir Europa

¡Pero cuidado! La victoria del malestar actual no se traducirá necesariamente en un progreso del bienestar. Un voto no es suficiente para reconducir la reconstrucción europea sobre el justo camino: el proceso iniciado en París, sólo tendrá continuidad sobre si se rectifica esta Constitución europea tratando de no repetir los errores del Presidente de la Convención que la redactó, Giscard d´Estaing.

Quiero una Constitución de siete artículos

Entonces, esta nueva Constitución tendrá que ser adoptada democráticamente y no aprobada por cooptación de los gobiernos y parlamentos respectivos. Si se redactase un nuevo texto constitucional, éste no debería ser una réplica del actual, sino una nueva oportunidad para Europa. Si se presentasen nuevos textos constitucionales a los ciudadanos, éstos no deberían ser más largos que la Constitución americana, de sólo siete artículos. Si se trata de encontrar una nueva cohabitación entre Bruselas y las capitales nacionales, se precisa de una separación clara de competencias, dejando a un lado el vago principio de subsidiariedad. Si se persigue un nuevo modelo de toma de decisiones, se precisa de una democracia federal. Si se pretende organizar un nuevo referéndum, debería ser una consulta paneuropea y no una cosa hecha en casa, entre franceses y franceses.

Los sinceros partidarios del No, no desean el retorno del Estado-Nación de los viejos tiempos. Ha sido la conciencia de los límites de esta Europa, la que ha hundido para siempre la Constitución de Giscard d’Estaing; sólo volviendo a una Europa con más federalismo y más democracia se podrá por fin superar la crisis abierta en París.

Responsabilidad, responsabilidad y responsabilidad: sólo así los Colores Unidos de Francia contribuirán a los Estados Unidos de Europa.

Translated from Accountability, accountability, accountability