Redeye: París-Texas, pero en versión folk
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Cristina CartesRedeye es una voz a través de la que desfilan el polvo, los sombreros de cowboy y el whisky. El nuevo proyecto de Guillaume Fresnau, que toma forma de EP de cinco títulos, es un disco de viaje. Sin embargo, al artista no le gusta irse por las ramas: él hace folk americano. Redeye nos recibe en un café. Y nos traslada a sus tierras.
Lleva botas camperas azules, tiene el cabello fino y es de sonrisa fácil. Guillaume Fresnay es franco-americano. La última pregunta de le entrevista intentó adentrarse en su vida privada. Pero Redeye la esquiva. Redeye , ese vuelo que sale tarde de noche y llega pronto por la mañana. Redeye no tiene los ojos rojos. Y a pesar de su maniobra para escabullirse, Guillaume ha decidido hablar de sí mismo. Porque el vuelo nocturno recorre su vida.
“Todo llegó poco a poco”
“Mantengo mi doble nacionalidad. Me importa, es parte de mi vida, es algo que siempre llevaré conmigo. Es una especie de fuerza en la medida en que me permite construir puentes, asimilar otras influencias, volver a la base”. Eso es Texas. Allí creció el artista entre los 5 y los 11 años, cuando su padre, musicalmente "monomaniaco", fan de Chuck Berry y de Fats Domino, decidió mudarse a este estado del sur de Estados Unidos. Inevitablemente, cuando se hace folk americano, las influencias son recogidas del mismo suelo. “Me he empapado de ellas, pero hay cosas que no comprendí rápidamente. Desconfiaba un poco del country. Después cambié de opinión. Si ignoramos el lago kitsch-paja-sobrero de cowboy hay cosas buenas. En el documental Heartworn Highways, los personajes llevan sombreros, fuman tabaco de liar y beben whisky pero después tocan música realmente bonita”
“Es un proyecto intimista. Tenía ganas de volver a lo esencial”
“De hecho, todo llegó poco a poco”. Sí, porque Redeye se ha tomado su tiempo antes de recordar su pasado en el mundo de la música. El artista empezó tarde: “tiempo para escribir cada parte, para pensar en las líneas directrices, empecé a grabar el EP en enero de 2011”. Para llegar pronto, como el primer día: “es un proyecto intimista. Tenía ganas de volver a lo esencial”. No nos equivoquemos, el hombre sincero es. El disco de cinco títulos es un segundo nacimiento. Redeye es el hombre born-again.
La resurrección hecha canción
Para afrontar el reto de la resurrección en canción, bastaba con seguir los trozos de la vida que él había ido sembrando hasta ese momento. Comenzando por la lengua: “En francés, hay siempre una historia de sentido. Es una lengua muy literaria donde se involucra mucho el intelecto. Es menos espontánea, menos fluida. El inglés tiene ese lado inmediato, instintivo, que hace que tengas ganas de expresarte. Son unas cuestiones sobre las que me apetecía relexionar. No para hacer el proyecto interesante, sino para ir a lo esencial”. Mientras muchos artistas optar por olvidarse durante un rato, Redeye decidió reencontrarse para definirse mejor. Empezando por alejarse de su banda de antes, Dahlia: “Con Dahlia hacíamos cosas más rock. Con Dahlia, teníamos un funcionamiento de grupo en el que era necesario que todo el mundo diera el visto bueno. Yo deseaba realmente algo de Do it yourself”. En fin, para recuperarse , en la oscuridad de un vuelo nocturno hace falta buscarse. Solo. “Tenía ganas de ser un poco egoísta. Y puedo decir que es más fácil conservar la integridad cuando se es independiente. Tu búsqueda de independencia se diluye en la música cada vez que te dan opiniones a diario. Estoy contento con lo que hago, soy sincero. Y me costaría hacer otra cosa”.
De Elliott Smith a Eddie Vedder
Por lo demás, Redeye traslada. Las habituales ida y vuelta a Estados Unidos transpiran en las cinco canciones que forman parte del EP llamado Be the one. "Ser el primero", como para dar cuenta del viaje de una persona que se fue para buscarse a sí misma a través de un camino de la vida cuyas huellas simbolizan las notas que Guillaume susurra o los acordes que Redeye acaricia. Si su nombre se asocia en la prensa a los de Elliot Smith o Jeff Buckley, su voz nos hace más bien pensar en las baladas de Eddie Vedder en la banda sonora original de Into the wild. Es algo evidente, querido amigo. Sus estrofas nos trasladan a esas zonas de pinos, plantados en una naturaleza virgen, al lado de un arroyo en el que se refleja la luz del sol filtrándose a través de las hojas. ¡Ah, claro, mierda! Pero si esa es la portada del álbum. Una foto que él mismo tomó « en un viaje a Estados Unidos, en Oregón”. Sí, porque Redeye es también fotógrago, grafista, pintor. Cuando se olvida un poco de todo. Después, vuelve a coger su guitarra y se lanza al encuentro de las influencias musicales que le acunaron, en una tierra polvorienta, con cowboys que beben whisky. Y que hacen buena música: folk americano.
¡Ah! Se me olvidaba. Redeye tiene los ojos azules. Y os proponemos en exclusiva su playlist
The hand and the heart – Lost in my mind Alexi Murdoch – At your door
The Black Angels – Bad vibrations
The Horrors – Sea within a sea
Este artículo ha sido escrito en música, "Be the one", de Red Eye. Cinco veces
Fotos: Portada y texto © Caroline Ruffault ; video, Redeyewithatube/Youtube et cargovideo/Youtube
Translated from Redeye : Paris-Texas, version folk…