Recuperar la fe en la independencia de los jueces
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El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, propone reformas para que los españoles recuperen la confianza en la independencia de los jueces. Encuentro con estudiantes de la Universidad a Distancia de Derecho y Ciencias Políticas.
Ya lo decía Montesquieu: "La separación de poderes garantiza la libertad del ciudadano". Esta división de los tres poderes del Estado (legislativo, ejecutivo y judicial), en la que se basa la Constitución Española, la llave de la libertad ciudadana, también está en crisis.
Según datos de la Comisión Europea sobre los sistemas judiciales de los Estados Miembros, España es el tercer país de la Unión donde más baja es la percepción de la independencia de la justicia por parte de los ciudadanos. Dicho de otro modo, ocupa el puesto 25 de 28.
Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGJP, órgano de gobierno de los jueces), ha reflexionado esta semana sobre ello. Asegura que los sistemas de justicia "se basan en la confianza, por lo que si no hay confianza en los jueces y en su integridad e independencia, no confiamos en el propio sistema de justicia". De hecho, ¿adónde acuden los ciudadanos cuando ya no saben en quién confiar? A la justicia. ¿A quién confian su inocencia, su tiempo, su vida? A un juez. Por este motivo resulta tan preocupante esta percepción tan negativa de la sociedad sobre una institución tan importante.
Los datos de la Comisión Europea son, cuanto menos, alarmantes. Bulgaria, España y Eslovenia son los únicos países en los que la ya de por sí mala percepción de la Justicia empeora y, ante tal resultado, el presidente de los jueces españoles es claro: "Hay que cambiar". En este sentido propone varias medidas, entre ellas, garantizar "un equilibrio de legitimidades" entre los componentes del CGPJ. Hasta ahora, los miembros que forman este órgano de gobierno judicial en España son designados por el Parlamento, o lo que es lo mismo, por el poder político. Lo que propone Lesmes es equilibrar la balanza, de modo que una parte mantenga esta fórmula de extracción política, pero que el resto de miembros respondan a una "extracción corporativa", es decir, propuestos y escogidos por los propios jueces.
Lesmes apuesta por este equilibrio tras analizar la composición de la justicia en otros países con mejor reputación, como los vecinos Francia (puesto 12) o Portugal (14), cuyo modelo responde a este "equilibrio de legitimidades entre los miembros del Consejo que son de extracción política y los que son de extracción corporativa" y, por lo tanto, generan mayor confianza entre sus ciudadanos.
No obstante, cabe remarcar que se está hablando de percepción ciudadana, siempre subjetiva y muy ligada a la cultura de cada país, lo que significa que los modelos que encabezan la clasificación no necesariamente funcionarían en España. Es el caso del modelo anglosajón, en cuarta posición, basado en el poder ejecutivo o en los partidos, que sería "muy contrario a nuestra cultura y generaría un mayor rechazo", asegura Carlos Lesmes. En Alemania, por ejemplo, los miembros de la institución judicial son designados por el Ministerio de Justicia de turno y los jueces pueden militar en partidos políticos. Son circunstancias que no afectan a la percepción de independencia en este país (puesto 7), pero cuyo modelo sería impensable en España.
Entre el resto de propuestas que lanza el presidente del Supremo, destaca la de evitar el riesgo de corporativismo, ya que "a mayor corporativismo, menor garantía de independencia judicial", explica. Además, también insiste en la importancia de garantizar la independencia judicial dotando a los jueces de más mecanismos. "Ahora mismo, cuando se produce una presión a un juez, éste sólo tiene la posibilidad de hacer una declaración de rechazo. La institución carece de instrumentos efectivos para restaurar el orden jurídico", asegura.
Marketing judicial
La percepción sobre la independencia judicial suspende en España, aunque no hay que olvidar que se trata de un parámetro subjetivo que, según Lesmes, no se corresponde con la realidad; por eso es importante la comunicación. Lesmes asegura que el “marketing” de las instituciones que preside ha sido una de sus prioridades desde que llegó al puesto en 2013. Reforzó el gabinete de comunicación del Supremo e intensificó el contacto con los medios para crear un canal fluido de información "neutral y compensada", una medida que, asegura, está teniendo muy buenos resultados.
Lesmes manifiesta su total confianza en la independencia de los jueces y magistrados españoles. "Estoy seguro de que, a la vista de los últimos casos que se están juzgando en nuestro país y que afectan a distintos poderes públicos de distintos colores políticos, nadie puede decir que nuestros jueces no están actuando con independencia o que son manejados por los partidos", dijo en referencia a causas como Nóos, Taula, Gürtel, Púnica... No obstante, reconoce que la naturaleza política del órgano que preside es lo que da lugar a esa apreciación social negativa. A este respecto, se muestra tajante: "Esta percepción de falta de independencia de los jueces, a mi juicio, no es real, pero tenemos que trabajar en ella para volver a generar confianza en la sociedad".