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recobrando el ánimo y creatividad con art labyrinth

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En el cen­tro de la ciu­dad más verde de Eu­ro­pa, Chisináu, la aso­cia­ción de crea­ti­vi­dad llamada Art Laby­rinth, con su re­la­ja­do am­bien­te y cuar­tos di­se­ña­dos para re­co­brar los áni­mos es­pi­ri­tua­les, te ofre­ce la opor­tu­ni­dad de dejar atrás la mo­noto­nía y el abu­rri­mien­to de la vida co­ti­dia­na.

Visto desde afue­ra, el an­ti­guo museo pa­re­ce estar aban­do­na­do. So­la­men­te los co­lo­ri­dos car­te­les en la puer­ta que anun­cian los con­cier­tos y fil­mes ve­ni­de­ros le dejan saber al pú­bli­co que algo está ocu­rrien­do aden­tro. Al en­trar por su vieja puer­ta nos en­con­tra­mos con un ne­bu­lo­so pa­si­llo cu­bier­to por ex­tra­ñas obras de arte con­tem­po­rá­neo. Sin em­bar­go, más ade­lan­te hemos des­cu­bier­to un her­mo­so jar­dín de los tiem­pos del museo. En el área para me­ren­dar, pe­que­ños gru­pos de jó­ve­nes dis­fru­tan una taza de té bajo el sol en mesas he­chas de li­bros y cris­tal. Fren­te a ellos se en­cuen­tra un grupo de per­so­nas bai­lan­do sobre una ta­ri­ma, mien­tras que en una es­qui­na mú­si­cos tocan los tam­bo­res como parte de una sec­ción de prác­ti­ca. 

Todos ne­ce­si­ta­mos un lugar en la ciu­dad

Aun­que Art Laby­rinth fue es­ta­ble­ci­do ini­cial­men­te como una or­ga­ni­za­ción sin fines de lucro luego del fes­ti­val ve­ra­nie­go del 2008, sus miem­bros ya ha­bían co­men­za­do a tra­ba­jar jun­tos desde hace va­rios años atrás.​ Al prin­ci­pio, ellos que­rían en­con­trar ac­ti­vi­da­des crea­ti­vas y ar­tís­ti­cas para rom­per con la mo­no­to­nía de la vida co­ti­dia­na. En­ton­ces, co­men­za­ron a hacer ce­rá­mi­cas, in­ten­tan­do even­tual­men­te nue­vos mé­to­dos y téc­ni­cas con los ma­te­ria­les. Los pro­duc­tos fi­na­les fue­ron mos­tra­dos en ex­hi­bi­cio­nes or­ga­ni­za­das por los miem­bros del grupo y sus ami­gos. La mú­si­ca era la otra pa­sión que los ins­pi­ra­ba. Luego de vi­si­tar va­rios fes­ti­va­les mu­si­ca­les, prac­ti­can­do su mú­si­ca - en es­pe­cial los tam­bo­res -, la mú­si­ca formó parte esen­cial de sus ac­ti­vi­da­des. La idea de un fes­ti­val ve­ra­nie­go - junto a otros pro­yec­tos - fue algo ines­pe­ra­do, y a su vez fue per­ci­bi­do como un ex­pe­ri­men­to ins­pi­ra­do par­ti­cu­lar­men­te por los even­tos lle­va­dos a cabo por las co­mu­ni­da­des in­ter­na­cio­na­les con­tem­po­rá­neas como Rain­bow Gat­he­ring. Sin embargo, el fes­ti­val cul­mi­nó con ex­ce­len­tes re­sul­ta­dos. Si bien se es­pe­ra­ban cerca de 50 par­ti­ci­pan­tes, casi 500 se die­ron cita en el lugar. Esto instó a los miem­bros de la or­ga­ni­za­ción a re­gis­trar­la como una ONG y crear así es­tu­dios de arte per­ma­nen­tes, y un cen­tro cul­tu­ral pú­bli­co. En el 2011, luego de va­rias mu­dan­zas, fi­nal­men­te se es­ta­ble­cie­ron en el edi­fi­cio de Mu­zeul Zemst­vei donde estos pue­den uti­li­zar al­gu­nos espacios con cier­ta li­ber­tad hasta el co­mien­zo del pro­gra­ma. 

La razón de ser de Art Laby­rinth fue y aún es re­afir­ma­da por el cons­tan­te flujo de vi­si­tan­tes. Este cen­tro cul­tu­ral pro­vee un re­man­so de paz para aque­llos que no lo­gran en­con­trar, en sen­ti­do fi­gu­ra­do y li­te­ral­, un lugar en la ciu­dad. Con unos di­se­ños úni­cos y un am­bien­te de re­la­ja­ción, Art Laby­rinth es el lugar per­fec­to para con­ver­sar y dia­lo­gar mien­tras se bebe una taza de té. Al mismo tiem­po, en otras par­tes de los pre­dios, se dan ta­lle­res de tam­bor, baile y len­guas, y se com­par­te junto a una fo­ga­ta de los di­fe­ren­tes even­tos mu­si­ca­les y tea­tra­les lo­ca­les e in­ter­na­cio­na­les, ade­más de la pro­yec­ción se­ma­nal de fil­mes. Todo esto le per­mi­te al vi­si­tan­te re­co­brar sus áni­mos y a su vez, prac­ti­car sus ac­ti­vi­da­des pre­fe­ri­das.

Alejandro, miem­bro prin­ci­pal de la aso­cia­ción, en­tien­de que esto úl­ti­mo es de gran im­por­tan­cia para la or­ga­ni­za­ción Art Laby­rith. “Uno debe con­ti­nuar me­jo­ran­do aque­llas ac­ti­vi­da­des de las cua­les uno par­ti­ci­pa y disfruta”, esto re­pre­sen­ta uno de los prin­ci­pios de su fi­lo­so­fía, la cual él tam­bién trata de apli­car para con la or­ga­ni­za­ción. Una sed por ex­pe­ri­men­tar nue­vas cosas y una mente abier­ta son dos de las ca­rac­te­rís­ti­cas que de­fi­nen a aque­llos que vi­si­tan Art Laby­rinth. Estos atri­bu­tos son ele­men­tos clave para el desa­rro­llo de uno mismo, sin em­bar­go, estos pue­den im­pe­dir la in­te­gra­ción de los vi­si­tan­tes de este cen­tro. Así pues, ¿puede Art Laby­rinth ofre­cer a sus clien­tes exac­ta­men­te lo que ellos bus­can: una co­mu­ni­dad, un re­man­so de paz, o aun un lugar de com­ple­ta li­ber­tad?

Una ex­pe­rien­cia li­ber­ta­do­ra

El even­to más im­por­tan­te de Art Laby­rinth, el fes­ti­val ve­ra­nie­go de tres días, el cual ten­drá lugar en el norte de Mol­do­via, cerca de Edi­net, per­mi­ti­rá ex­pe­ri­men­tar una gran li­ber­tad. El fes­ti­val ve­ra­nie­go anual de arte al­ter­na­ti­vo, cul­tu­ra, y eco­lo­gía re­fle­ja los com­po­nen­tes prin­ci­pa­les del even­to: crea­ti­vi­dad, sus­ten­ta­bi­li­dad eco­ló­gi­ca, y una par­ti­ci­pa­ción ac­ti­va de los even­tos. El fes­ti­val se en­fo­ca en desa­rro­llar nue­vas ex­pe­rien­cias con una mente abier­ta y lim­pia, lo cual re­fle­ja una gran di­fe­ren­cia de otros even­tos en donde los a­lu­ci­nó­ge­nos y otras dro­gas son con­su­mi­das. No al al­cohol, no a las dro­gas y no a la vio­len­cia, éstas son las re­glas prin­ci­pa­les para cada par­ti­ci­pan­te con el motivo de man­te­ner un am­bien­te sano y pa­cí­fi­co.

Ade­más de estas re­glas bá­si­cas, el lugar del even­to tam­bién juega un papel im­por­tan­te al ase­gu­rar una ex­ce­len­te ex­pe­rien­cia du­ran­te el fes­ti­val. Cada año el even­to se tras­la­da a un lugar cerca de algún río y lejos de cual­quier área desa­rro­lla­da. Ade­más de las am­bi­cio­nes del fes­ti­val en dejar a un lado el am­bien­te ur­bano, la au­sen­cia de áreas desa­rro­lla­das ha tomado im­por­tan­cia desde una pers­pec­ti­va prác­ti­ca ya que no se han te­ni­do que preo­cu­par por las fron­te­ras te­rri­to­ria­les, en­tra­das, ni blo­queos estos úl­ti­mos años. Aun­que la gran ac­ce­si­bi­li­dad y sim­ple­za del te­rreno es más dada a atraer nue­vos clien­tes al lugar, tam­bién puede atraer per­so­nas de malas mañas. El si­tuar el fes­ti­val en un te­rreno dis­tan­te y poco co­no­ci­do ga­ran­ti­za que solo los par­ti­ci­pan­tes más mo­ti­va­dos e in­tere­sa­dos se den cita allí. 

Los or­ga­ni­za­do­res co­mien­zan a arre­glar y mon­tar el fes­ti­val dos se­ma­nas antes de su aper­tu­ra. Ellos uti­li­zan so­la­men­te los ma­te­ria­les y fa­ci­li­da­des na­tu­ra­les que pue­dan ser en­con­tradas en el área para desa­rro­llar los espacios ha uti­li­zar­se. Este mé­to­do de cons­cien­cia eco­ló­gi­ca sim­pli­fi­ca la lim­pie­za del área al ter­mi­nar el fes­ti­val, y la aso­cia­ción tam­bién se aho­rra di­ne­ro al no tener que trans­por­tar el equi­po. La au­sen­cia de co­mer­cios es esen­cial du­ran­te el even­to. Los par­ti­ci­pan­tes no pue­den com­prar ni ven­der nada, sin em­bar­go, esto no pre­sen­ta di­fi­cul­ta­des ya que cual­quier ne­ce­si­dad puede ser sa­tis­fe­cha a tra­vés de la na­tu­ra­le­za. El cam­biar de lugar el fes­ti­val nos da la opor­tu­ni­dad de ser crea­ti­vos. El nuevo te­rreno no tan solo ins­pi­ra el di­se­ño y la posición de los espacios, sino que tam­bién pone a prueba a aque­llos que tra­ba­jan en la crea­ción del arte para el fes­ti­val uti­li­zan­do solamente los re­cur­sos na­tu­ra­les. No obs­tan­te, los ar­tis­tas no son los úni­cos que prue­ban sus habi­li­da­des, los vi­si­tan­tes tam­bién prue­ban sus destrezas a tra­vés de los ta­lle­res y se­mi­na­rios del yoga acro­bá­ti­co, crea­ción de fo­ga­tas, lec­cio­nes de tam­bor, o ta­lle­res de artes in­dus­tria­les. En adi­ción a estas ac­ti­vi­da­des de re­crea­ción ac­ti­va, even­tos de gru­pos lo­ca­les e in­ter­na­cio­na­les y com­pa­ñías tea­tra­les, además de pro­yec­cio­nes de fil­mes tam­bién ten­drán lugar du­ran­te los tres días del fes­ti­val. La par­ti­ci­pa­ción como prin­ci­pal com­po­nen­te del fes­ti­val no tan solo sig­ni­fi­ca el aten­der los even­tos, sino tam­bién ofre­cer­se de vo­lun­ta­rio en la or­ga­ni­za­ción y rea­li­za­ción del fes­ti­val. Los vo­lun­ta­rios pue­den unir­se al equi­po en cual­quier mo­men­to, los vo­lun­ta­rios siem­pre son bien­ve­ni­dos en el área de co­ci­na y cui­da­do de niños, por ejem­plo.

Una larga fila de ideas 

Sin em­bar­go, aun­que los miem­bros de la aso­cia­ción están ocu­pa­dos en va­rias ta­reas, ellos con­ti­núan bus­can­do nue­vas ideas para fu­tu­ros fes­ti­va­les. Ellos con­si­de­ran algo su­ma­men­te esen­cial el dejar claro que la ex­pe­rien­cia debe ser el as­pec­to prin­ci­pal en los fu­tu­ros fes­ti­va­les. Entonces, ellos desean promover los talleres y seminarios, y aun los juegos y actividades, los cuales incitan al público a participar e involucrarse en los eventos aún más. Ellos también quieren promover la sustentabilidad ecológica no tan solo durante el festival, sino también como un estilo de vida, y para esto ellos encuentran muy relevante el organizar aún más seminarios y paneles de discusiones, y quizás hasta crear un grupo, el cual podría impulsar un pequeño proyecto en la capital. En la organización Art Labyrinth nunca escasean ideas innovadoras, pero para poder llevarlas a cabo, Alejandro piensa que la asociación, al igual que sus métodos de trabajos, deben ser más organizados. Esto podría también abrir más puertas en relación a proyectos junto a otras organizaciones artísticas en la escena local e internacional, aumentando así sus oportunidades de trabajo. Esto último es de suma importancia para la organización ya que por el momento las donaciones y el ingreso de los eventos son sus únicas fuentes de ingreso. Aún necesitan descifrar el cómo y por qué de esto, no obstante, yo creo que con su gran energía e ímpetu, esta organización logrará alcanzar el éxito.

Translated from Gathering in Moldova - spiritual recharging and creative amusement with Art Labyrinth