Rajoy decide esconderse
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[OPINIÓN] El periódico español El País celebró el pasado lunes, 30 de noviembre, un debate entre los candidatos a la presidencia del Gobierno. Cuatro atriles para cuatro aspirantes. Sin embargo, uno quedó vacío. Fue el del actual presidente, Mariano Rajoy, que para evitar el aluvión de reprimendas decidió esconderse. Las críticas, no obstante, no se han hecho esperar.
Lo de la noche del lunes fue, sin duda, la crónica de un fracaso anunciado. El diario El País decidió seguir adelante con la celebración del debate de candidatos a la presidencia de España sin la presencia del actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Fue después de que este rechazara la oferta y de que los organizadores se negaran a aceptar la propuesta de su partido: Que fuera la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quien se ocupara de representar al Partido Popular. El País explicó que se trataba de un acto entre aspirantes a la presidencia y que, por tanto, no aceptarían a nadie que no fuese el cabeza de lista.
Se trataba de un debate a cuatro en un formato novedoso, a través de la web del periódico, que al final resultó ser a tres: Entre Albert Rivera (Ciudadanos), Pablo Iglesias (Podemos) y Pedro Sanchez (PSOE). Sin embargo, tanto Izquierda Unida como UPyD, a pesar de tener ambos representación parlamentaria, no tuvieron esa opción: Alberto Garzón y Andrés Herzog no recibieron su invitación ni para este debate ni tampoco para el próximo organizado por Atresmedia para el 7 de diciembre. A ellos no les dejan jugar.
Desde el primer momento, el atril vacío a la izquierda de la pantalla ya indicaba quien quedaba en último lugar. La "sonrisilla" en la cara de los tres candidatos que sí participaron en el debate lo decía todo. Las redes sociales también. Y es que, aunque el presidente del Gobierno se esfuerce en serlo en la sombra, aunque se tape la cabeza con una sábana o se esconda detrás de la cortina, se le ve. En Twitter y Facebook, durante las dos horas que duró el debate, Rajoy logró 50.767menciones. Y digo logró por decirlo de alguna forma. Porque, como es natural, dada su ausencia en un evento de tal relevancia para la política y para la ciudadanía, muchas de las menciones no fueron precisamente positivas.
Últimamente el presidente no ha estado muy lúcido en sus intervenciones públicas. Uno de los últimos ejemplos ha sido la entrevista en Onda Cero en la que aseguró que los catalanes perderían la nacionalidad española y la europea si se independizaban, lo que le procuró un buen chaparrón de burlas. Puede que por eso le interese más llenar su agenda de entrevistas con personajes del mundo del artisteo, como Bertin Osborne, que comparecer ante los periodistas o enfrentarse a sus contrincantes.
Con su ausencia se libró de un más que posible debate "tres contra uno". En su lugar, fue Pedro Sánchez quien se llevó muchas de las reprimendas que los dos partidos más jóvenes, Ciudadanos y Podemos, tenían que dar a la herencia recibida. Aguantó el tipo como pudo, como el único entre los presentes con una trayectoria política a su espalda y como único representante del bipartidismo. Ese bipartidismo que han encarnado PP y PSOE a lo largo de nuestra -ya adulta- democracia y al que muchos se siguen aferrando como a un clavo ardiendo.
Los analistas pueden, pues, estarle agradecidos a Rajoy, pues no han tenido que determinar quién ha tenido los argumentos más débiles o quién se ha salido más de su guión: Aquí el resultado estaba anunciado desde el momento en que nuestro Presidente decidió perder antes de empezar. El ganador, en cambio, se desmarcó, y con diferencia, según los votos de los lectores de El País. Pablo Iglesias recibió el 47% de los votos frente al 28% de Rivera y el 24% de Sánchez.
Los tiempos cambian y la política también. O no. Mariano Rajoy no participará tampoco en el debate a cuatro de la cadena Atresmedia el 7-D. Esta vez sí, la vicepresidenta le sustituirá. En rueda de prensa desde París, durante la celebración de la COP21, concluyó que sólo se enfrentará en un cara a cara a su rival histórico: el PSOE. De hecho, sus palabras fueron una ferviente reivindicación del sistema bipartidista: "En materia de debates he seguido la misma pauta que se ha seguido en nuestro país desde la vuelta de la democracia. Todos los debates que se han celebrado eran contra el principal líder de la oposición. En esta ocasión, voy a debatir con el señor Sánchez. Debatiré en un debate a dos, que es como son los debates importantes en unas elecciones".
Aunque el PP pretenda todavía excusar a su candidato, la prensa nacional e internacional se ha hecho eco de su ausencia y algunos medios, como por ejemplo la agencia estadounidense de noticias Bloomberg, advierten ya que este desplante le puede pasar factura al Presidente. En Francia, el diario Libération también ha criticado firmemente su estrategia, y ha añadido que, al negarse a participar en el debate, "el propio Mariano Rajoy, ha acentuado su imagen de tecnócrata alejado de los ciudadanos".
Desde la irrupción de Podemos en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, el panorama ya no puede ser el mismo: Las reglas del juego han cambiado. Podemos y también Ciudadanos, actualmente la tercera fuerza política en el país según las últimas encuestas, han entrado con fuerza en el panorama político español y los españoles quieren escucharles. Por ello, es incomprensible que el PP haya decidido regalarles más espacio en televisión y "auto-borrarse del mapa". Esconderse, Mariano, no resultará; el inmovilismo nunca ha sido una buena opción política. El próximo 20 de diciembre, ante las urnas, podemos elegir entre seguir el ejemplo de Rajoy y quedarnos quietos y sin hacer ruido, o pronunciarnos, hacer uso de la democracia y decidir cuál va a ser nuestro futuro.