Radio: Europa de buena onda
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mariola moreno burgosDe un barrio de Nancy a las instituciones bruselenses; de las ondas a la red; el boca a boca ha hecho el resto. Desde hace dos años, el paisaje mediático europeo se encuentra en plena ebullición.
¿Deseos de hacer oír Europa de un modo diferente? Ahora bien, ¿cómo hablar con exactitud de Europa cuando las redacciones y los corresponsales son 100% franceses, españoles o alemanes? Verdaderas torres de babel radiofónicas, dos emisoras y un programa han sido lanzados hace poco en Francia: Eur@dioNantes, EurosphR y Europe N’ Roll.
En un primer momento, se produce un efecto desconcertante para los tímpanos franceses, ya que los avances informativos se leen con acento griego o alemán. En estas frecuencias se escucha también música procedente de los cuatro rincones de Europa, sin caer en tópicos. Mientras que Europe N’ Roll difunde reggae húngaro, el programa Contrabando de Eurosph’R logra dar con verdaderos filones locales.
El periodista europeo de proximidad
Fue en la primavera de 2005 cuando Florence Aubron, una periodista de Nantes, decidió lanzar un proyecto piloto de radio local con clara vocación europea, bautizada Eur@dioNantes. Su objetivo era crear una plataforma de periodistas llegados de todos los puntos de Europa para abordar la actualidad local nantesa desde su formación y cultura propias, comparándola con sus países de origen. “Quiero crear una radio destinada tanto a los franceses como a los extranjeros, que multiplique los puntos de vista de Europa”, explica.
Aubron quiere hacer de Eur@dioNantes una radio-escuela que forme un nuevo tipo de periodista, “el periodista europeo de proximidad”, fruto de una generación que ha asumido la movilidad europea, habla varias lenguas y ve la actualidad local con otros ojos. Otra preocupación: destacar la vida diaria de nuestros vecinos con el fin de descubrir similitudes y diferencias.
Para Sophie Barbier, presidenta de Eurosph’R, cuyo lanzamiento web se produjo el 9 de mayo de 2006, “crear una frecuencia europea suponía un viejo sueño”. Adolescente en los años ochenta, conoció la primavera de las radios libres y hoy constata que las “grandes radios comerciales como Skyrock” han fagocitado a las más pequeñas.
Al inventar la “primera weblog-radio dedicada a Europa”, Barbier quiso recuperar esta libertad en fondo y forma de las primeras radios asociadas, todo ello proponiendo un “nuevo modo de consumo de radio”, vía Internet. En cuanto a la indiferencia general frente a Europa, aspira a combatirla a través de un medio de comunicación dinámico y original, que analice la información con una preocupación constante: la claridad.
Sin propaganda
Margot Reis y su equipo necesitan buenas dosis de pedagogía para hacer entender Europa a la gente de entre 15 y 25 años. A propuesta del director de Radio Fajet –una pequeña emisora asociada de Nancy-, esta estudiante de la diplomatura francoalemana de Ciencias Políticas de la región de Lorena ha puesto en marcha un equipo constituido por sus compañeros de promoción. Una vez conformado el equipo, el programa Europe N’ Roll arrancó en octubre de 2006. Acto seguido, Reis echó mano de la eficacia de la red de estudiantes Erasmus.
Con el fin de sensibilizar a la juventud de Nancy en la cuestión europea, la redacción busca un tratamiento periodístico inesperado a la vez que lúdico, con frecuencia centrado en el día a día de un país europeo. “Se comenta la actualidad europea”, explica Margot, “para hacerla más accesible a los jóvenes, sobre todo a los que tienen entre 15 y 18 años. Y ponemos especial celo a la hora de emplear un vocabulario adecuado, sin caer en la propaganda”.
Para estas mini radios que pretenden ser independientes y buscan anunciantes europeos prescindiendo de los grandes grupos, la situación es más bien precaria. Son escasas las que consiguen dar respuesta a los criterios de selección de los “Proyectos de juventud” o “medios de comunicación”, subvencionados por la Comisión europea.
Para financiar Eur@adionantes, sin ir más lejos, Laurence Aubron se vio envuelto en un auténtico procedimiento burocrático interminable para terminar por conseguir ayudas de las colectividades locales y de la delegación del ministerio de Asuntos Europeos. Sin embargo, no logró ninguna subvención europea. Igual sucedió en Eurosph’R que a día de hoy no ha encontrado ningún inversor “porque la cuestión europea no aporta mucho”, critica Sophie Barbier.
La estructura misma de estas radios que, en ocasiones sobreviven sólo gracias a la enorme motivación de sus promotores y de sus voluntarios, presenta también el problema de la calidad y de la objetividad de la información difundida. Es cierto que dan la palabra a ciudadanos europeos más que a los representantes políticos o a los periodistas profesionales y que la vida diaria prevalece sobre lo institucional.
Es grande el riesgo de que el medio dé paso al gran foro de discusión entre periodistas improvisados y militantes muy comprometidos en la causa europea. En cuyo caso, la falta de objetividad y la propaganda “pro-europea” son escollos difíciles de sortear. ¿La primavera de las pequeñas radios europeas dará sus frutos?
Translated from Radio : l’Europe jusqu’au bout des ondes