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Quien dice cultura alternativa, dice Zagreb

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Jorge M.

CulturaSociedad

¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando piensas en Croacia —y no vale responder lo paradisíaco de sus costas o alguna que otra oferta en lastminute.com—? Aunque probablemente no sea lo primero que se te ocurra, la capital del país, Zagreb, está en proceso de convertirse en uno de los núcleos culturales alternativos más relevantes de Europa.

“Cuando llegué por primera vez a Zagreb, el centro cultural Medika ni tan siquiera existía”, afirma Christian, un artista alemán que lleva viviendo unos cuantos años en la capital croata. “No había ningún lugar al que pudiéramos ir a tomar una birra, escuchar música y recrearse en un ambiente alternativo. Tras haber disfrutado de la diversa vida nocturna de Berlín, la situación aquí se tornó algo deprimente”. Christian nos invita a dar una vuelta de noche por el centro de la ciudad, durante la cual nos revela que uno de sus trabajos —realizar juegos malabares cerca de los pasos de peatones— le reporta un dinero extra, lo que le ayuda a llegar a fin de mes.

Asimismo, también dirige una compañía independiente de producción teatral: “Este tipo de empresas suele funcionar en mejores circunstancias que las que están subvencionadas con dinero público”, asegura. “Sin embargo, debido a una política corta de miras, los teatros financiados por el gobierno suelen recibir más prestigio y visibilidad, de ahí que, en mi opinión, crea que haya políticas desprovistas de visión. Para poder explicar con éxito a los políticos cómo funciona el mecanismo del subsidio artístico, deberíamos convertirnos en miembros de su clase. Es un gran riesgo el que conlleva fallar políticamente, por lo que, cuando obtienes el triunfo, debes conformarte y vender tu alma”.

ATTACK!: asalto a la cultura

Este centro zagrebiense podría definirse entre un club cultural y una casa okupa.Hasta ahora, cualquier organización croata que quisiera oficialmente trabajar en nombre de la cultura tenía que saltarse las leyes y okupar. Este es el caso de ATTACK!, una ONG fundada en 1997 como resultado de las campañas sindicales antiguerra y los movimientos anarquistas vinculados con la educación humanística informal, y del club Močvara, que organiza recitales de poesía, conciertos y exposiciones. En 2007, Medika se convirtió en la primera casa okupa de la ciudad en ser reconocida legalmente. Sanja Burlović, de 35 años, sostiene que la escena cultural en Zagreb y Belgrado es más alternativa que en cualquier otra ciudad porque es mucho menos comercial: “Hay que tener en cuenta que no todos los créditos van para la ciudad, sino también para nosotros”, apuntala. “Durante los primeros años de Medika, cuando los edificios eran originalmente empleados como una planta farmacéutica, vivía como si estuviera en un gueto: dormía y trabajaba aquí mientras intentaba protegerme de las amenazas de desalojo”.

Una de las principales promotoras de la cultura alternativa en Zagreb, subraya que “no todos los créditos van para la ciudad, sino para nosotros también”.

Luka medita en voz alta: “Si estamos hablando de cultura alternativa, ¿por qué Zagreb?. Močvara es simplemente un mito. Es sinónimo de la época de instituto, junto con el club Purgeraj, ya que nadie en la actualidad quiere salir de fiesta tan lejos. Por el momento, tienes que pagar unas 40kunas (5 euros) para entrar. En cuanto al Medika, ya no es lo que era. No cabe en la mentalidad de un okupa. A mis 23 años, no puedo asegurar que Zagreb tenga mucho que ofrecer. Solo si hablamos de arte clásico —museos tradicionales, conciertos de música seria...—, la situación no es mala. Sin embargo, el panorama artístico alternativo no va tan bien. Teniendo en cuenta la actividad cultural de la ciudad, Zagreb no es comparable con Sarajevo, Belgrado y Liubliana”.

No obstante, Luka admite que hay quienes están intentando levantar y mover la escena cultural de la ciudad. “Algunas iniciativas llaman la atención de verdad como, por ejemplo, Screen on the Green —que consiste en visionar películas tumbados sobre el césped—; el Museo de las Relaciones Rotas, que empezó en 2007; y el festival internacional Animafest, que se desarrolla entre dos salas legendarias: Tuškanac y Kino Europa. Eso sí, es una pena que la mayoría de estos eventos tengan lugar solo en la costa”.

El Centro de Estudiantes: otro foco cultural

Pese a que quizás suena demasiado institucional, el Centro de Estudiantes de Zagreb parece ser uno de los principales motores de la cultura croata. Detrás de una valla y tras atravesar un decadente patio, nos encontramos con varios edificios destartalados y cubiertos por un andamiaje que evidencia que están bajo reformas. Toda una analogía con la situación del arte contemporáneo en Croacia. De todas las personas que hay aquí, solo una cincuentena tiene una estrecha relación con la cultura, la cual desarrollan a través de iniciativas como actuaciones, conciertos y talleres que sirven para apoyar el teatro, el cine —y el arte visual en general—, la música y los medios de comunicación. A pesar de la falta de infraestructuras y de personal, varias personalidades del arte fueron descubiertas en este centro: entre otros, Tudor Ordan, Ana Horvat (música), Oliver Frljić, Miran Kurspahić (teatro), Ines Matijević y Jelena Kovačević (arte visual).

Fundado en 1957, aspiraba a mejorar las condiciones de vida de los estudiantes. En la actualidad, alrededor de 1.000 personas ocupan este espacio.

Silvija Stipanova se encarga de la planificación de los eventos teatrales de esta institución. Mientras que todavía espera a que el talento croata dentro de la música jazz obtenga el mismo reconocimiento que el cuarteto Amstel de Ámsterdam, crítica con dureza la posición de Luka: “Todo depende de tus intereses y de tu punto de vista con respecto al arte”, asiente. “Créeme, si alguien quiere pasárselo bien en Zagreb, no tiene por qué tener mayor problema. Diría que la cuestión esencial es si la cultura puede considerarse experimental, alternativa o independiente. Para nosotros, es la calidad lo que importa. Si una creación artística no merece ser institucionalizada por su calidad, no veo entonces por qué hay que prestarle atención”.

Esta joven croata, que viste un pañuelo de colores y jersey verde en la imagen, colabora en la promoción de “Beckett à sa place”, una película realizada por la directora belga Leentje Vandenbussche.

De la misma manera que la Unión Europea tiene actualmente una cierta inclinación por Croacia, parece ser que la cultura de este país seguirá su camino con las mismas ganas, particularmente en aquellas salas como Kino Balkan, actualmente denominada Kino Europa. Será a partir del 1 de julio de 2013 cuando probablemente escuchemos de los primeros cambios en la cultura independiente croata.

Este artículo forma parte de Orient Express Reporter II, una serie de reportajes sobre los Balcanes que ha sido desarrollada por cafebabel.com entre 2011 y 2012. Este proyecto ha sido cofinanciado por la Comisión Europea y cuenta con el apoyo de Allianz Kulturstiftung.

Fotos: © Julien Faure; plano del Centro de Estudiantes de Zagreb © Studentski Centar u Zagrebu.

Translated from Zagrzeb: kulturalnie, alternatywnie (?)