¡Qué judío!
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quim guitartLas expresiones antisemitas aún presentes en las lenguas europeas demuestran que el miedo o la desconfianza en las comparaciones con los judíos se ha fosilizado en nuestras sociedades. Si en Francia “comer como un judío” (“manger en juif”) significa “comer solo”, en Holanda una “jodenfooi” es una “propina de judío”, léase de tacaño, mientras que la expresión húngara “ne légy zsidó” (no ser judío), que equivale al dicho italiano “che rabbino!”, es como cuando en España exclamamos “¡qué judío!”.
Pero nuestras lenguas no se contentan con el estereotipo del “judío avaro”. Una cantinela húngara ridiculiza la prohibición judía de comer carne de cerdo: Do-re-mi-fa-sol-la-si-do, “szalonnát eszik a zsidó!” (“el judío se come la panceta”). En Francia, cuando uno se “golpea el hueso de la risa” se golpea “el pequeño judío” (“le petit juif”), accidente que debían sufrir los comerciantes hebreos al hacer recuento de existencias con su antebrazo. En Alemania, las expresiones antisemitas ha ido desapareciendo. Pero aú queda alguna: existe un tipo de petardo llamado "Judenfurz" ("pedo de judío").
Translated from Che rabbino!