Protestas en Rusia: ¿quiénes son estos revolucionarios?
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Dani VallèsCientos de militantes antiPutin invaden Moscú. No proclaman nada, no tienen pancartas, solo unas cintas blancas, símbolo del movimiento de protesta en Rusia. La policía desmantela regularmente sus concentraciones y arresta a sus participantes ¿Quiénes son y por qué salen a la calle?
La “participación y organización de disturbios” pueden llegar a considerarse delitos a partir de ahora y, como tales, acarrear hasta 10 años de cárcel. El gobierno ruso propone nuevas enmiendas de las leyes contra las manifestaciones y la mayoría de concentraciones son calificadas de “ilegales”. Bienvenidos a la Unión Soviética.
Dos gotas y un vaso
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El 24 de septiembre, Putin añadía una de las gotas que colmaban el vaso durante el discurso de aceptación con el que se convertía de nuevo candidato a presidente por Rusia Unida y anunciaba a Medvedev como primer ministro. La mayoría de rusos, que prefiere informarse a través de Internet en lugar de una televisión amordazada, se quedaban boquiabiertos al oír al nuevo jefe del ejecutivo afirmar abiertamente: “estimados conciudadanos, su opinión nos importa bien poco, ya lo tenemos todo decidido”.
El 4 de diciembre de 2011, en las elecciones legislativas, el partido de Putin “Rusia Unida” obtenía el 64% de los votos, mientras que el partido de la oposición, Yabloko, se quedaba en solo un 1,5%. Ese mismo mes en Moscú, y a 25 grados bajo cero, se llevaron a cabo 5manifestaciones casi espontáneas con un número de participantes nunca visto en Rusia: hasta 150.000 personas según la oposición. Hacía 20 años que la población rusa no salía a la calle.
Ni clase media ni primavera árabe
Estas concentraciones, por insignificantes que parezcan en Occidente, causaron conmoción entre la sociedad civil rusa, sobre todo para aquellos que no vivieron las grandes manifestaciones de principios de los años 90 y que habían llegado a la conclusión de que “en este país, es imposible cambiar nada”. Contrariamente a la opinión dirigida y transmitida por los canales de televisión rusos y también la prensa extranjera, estas manifestaciones no eran “la revolución de las clases medias en la oposición”. Según Levada-Center, organización independiente de sondeos, éstas solo representaban un cuarto de los manifestantes. A decir verdad, había gente de todas las edades y profesiones, aunque cabe destacar que, teniendo en cuenta el nivel medio de estudios, los manifestantes eran de los más cultos y cultivados del país.
Para Alexandre Bikbov, sociólogo y coordinador científico de la iniciativa independiente de estudios de manifestaciones, “los acontecimientos que ocurrieron entre diciembre de 2011 y febrero de 2012 no son tampoco una Primavera Árabe”. Según Bikbov, los participantes no se habían comunicado entre ellos antes de las manifestaciones. Además, la nueva ola contestataria rusa no hace ningún tipo de llamamiento a la violencia por principio y, por encima de todo, las acciones contestatarias no utilizan las redes sociales para organizarse. François Daucé, especialista en sociedad civil rusa y profesora en la Universidad francesa Blaise Pascal, opina que los manifestantes demuestran una clara desconfianza hacia cualquier tipo de partidismo. Hasta el punto que las pancartas de “¡Putin fuera!” fueron substituidas por reivindicaciones más amplias como por ejemplo sobre la organización de la vida de los rusos. Sin duda, la población se debió sorprender también de ver en la misma calle a activistas a favor del movimiento gay codo a codo con los nacionalistas.
“No nos tienen en cuenta”
La pregunta no es tanto “¿por qué?” si no “¿por qué ahora?“. La corrupción ha sido claramente un detonante. Aunque el nivel de vida de las familias ha aumentado durante la época Putin-Medvedev, la calidad del sistema educativo, médico y de transporte ha empeorado, sin olvidar las violaciones de los derechos humanos. Es la hegemonía de una burocracia anquilosada que ha empujado a los manifestantes al límite. Según los datos de los sondeos efectuados, un 37% protestaban a causa de su descontento, un 25% contra las irregularidades electorales y otro 25% aspiraba a que se le tuviera más en cuenta. “Cabe admitir” explica Alexei Levinson, sociólogo del Levada-Center ”que la población acepta los resultados de las elecciones pero están convencidos que su voluntad ha sido distorsionada por los medios de comunicación”.
¿Un gorrión o un ave fénix?
Según la fuente, entre un 12 y un 15% de los rusos se declaran listos para salir a la calle. Un 5% de la población apoya el lema “una Rusia sin Putin” mientras que un 35% admite no haberlo oído nunca. ¿Cuál es el factor que explica esta disminución de la actividad manifestante? Una falta de organización de la oposición así como de medios son los culpables, a la vez que el empeño del Kremlin de reprimir cualquier forma de rebelión. Así y todo, este invierno hemos asistido en Rusia al nacimiento de una verdadera sociedad civil. Los ciudadanos han demostrado que no necesitan un líder para organizarse. Un 80% de la población cree que la oposición debe tener el derecho de manifestarse y eso, por sí solo, ya no está nada mal.
Fotos: portada © álbum de Edward Sharpe and the Magnetic Zeros, "Home" ; Texto: Ruban blanc (cc) Person behind the scenes/flickr et manifestación del 24 diciembre (cc)photo.maru/flickr; vídeos: euronewses/YouTube
Translated from Russie : mais qui sont ces révolutionnaires ?