Propulsores del arte en Budapest: La unión hace la fuerza
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Óscar ValbuenaHoy la vida del artista y del creativo es difícil, sin embargo en Budapest tiene un contraste diverso: un viaje por el mundo subterráneo de los propulsores de arte y cultura. Juranyi, Muszi, Budapest Art Factory o Paloma son solo algunos lugares, todos ellos funcionan con una única convicción: la unión hace la fuerza.
Si escribes la palabra Budapest en Google News, todos los resultados serán inevitablemente de actualidad política y social del país magiar: un cambio «decisivo» del gobierno nacionalista de Viktor Orban con la reforma de la Constitución, el éxito del partido de extrema derecha Jobbik, el incremento de las tensiones sociales y los fenómenos de insuficiencia hacia las minorías en un pais con una riqueza histórica, étnica y cultural. Hoy en día, en el tramo donde el río Danubio divide Buda y Pest, no se está tan tranquilo pues la política se destruye a si misma. Tomemos un breve descanso, con la finalidad de cambiar el sentimiento de pertenencia de cada joven cronista que ha recorrido una historia diferente con un bagaje de conocimientos académicos y (muchos) prejuicios. Budapest es una capital artística y cultural.
Caminando por las elegantes calles que le dan toda la grandeza imperial centroeuropea mientras se escucha a Franz Liszt o simplemente Budapest de George Ezra, se tiene la sensación de estar en un punto de encuentro, un cúmulo étnico y cultural, un lugar capaz de crear espacios e incluso concebir los mismos conceptos del arte como una modernidad fugaz, una crisis económica que afecta también al Danubio. Construir los instrumentos, las ideas y los artistas es la respuesta de un mundo que a menudo intenta encontrar su identidad en la sociedad moderna. La Budapest Art Factory, el Juranyi, el Muszi, el Paloma o incluso Art Quarter o uno de los primeros centros de arte independientes como el Trafò House of Contemporary Arts son lugares muy diversos, pero con un denominador común: son propulsores del arte y cultura. No basta con unos pocos días para visitarlos todos y hablar con los protagonistas, sin embargo si para intuir su lema principal: la unión hace la fuerza.
UNA CASA LIBRE E INDEPENDIENTE PARA LAS ARTES FIGURATIVAS
Es una mañana muy caliente de Junio, preludio de un ardiente verano del clima continental. Nos encontramos en un complejo de edificios industriales del siglo XIII ubicado en la parte de Pest. Aquí las actividades son multidisciplinarias, pero tras la creación de naves industriales y depósitos este es un lugar donde se realizan cosas diferentes a una línea de ensamble, una isla donde el arte figurativo toma forma según la ley de la libertad, la ley de la creatividad. El Budapest Art Factory es la base permanente de 4 artistas húngaros. Sandor Zsasz y Marta Kuksora me recibieron en el complejo de edificios y me guiaron a través de el, este complejo es al mismo tiempo un atelier abierto, un espacio expositivo o simplemente una casa grande dedicada al arte contemporáneo.
Marta, quien encuentra su inspiración en la naturaleza a través de las imágenes abstractas, cuenta que desde la creación de la empresa, fundada en el 2006 por la americana Dianne C. Brown y reivindica la independencia, "estamos financiados por contribuidores individuales, por fundaciones privadas y por nosotros mismos". No obstante tras la reciente petición de fondos al ministerio de cultura, Sandor subraya la libertad de cada influencia política o institucional. "Habíamos decidido centrar nuestra atención principalmente en los artistas internacionales", prosigue Marta. El Residency Program, acoge niños principalmente extranjeros que tienen a su disposición un atelier en el cual pueden expresar todas sus formas de inspiración y modos de vida.
Nuestra charla no trato únicamente de las técnicas pictóricas y las actividades de la empresa, sino que también se extendió a los temas de sociedad política. La sociedad húngara se ha visto sacudida por conflictos relacionados entre el mundo de la cultura y el poder político, basta con recordar, casi de forma dramática, lo sucedido con el director Istvan Marta (entrevistado por Cafébabel) o incluso al mismo Ivan Fisher, pero Sandor (y no solo él) rechaza ver en estos hechos algo típicamente húngaro, y opta por remarcar que los conflictos políticos en el mundo de la cultura son inevitables. Originario de Transilvania, en sus operas cuenta con total dramatismo la historia y los conflictos sociales, intentando buscar "emociones y recuerdos" desde su tierra hacia el pasado.
INCUBADOraS DE LAS ARTES PERFORMATIVAs
Vamos a la otra parte del río, a Buda. Aquí llegamos de la mano de Danko, un erudito del Juranyi Art Incubator. Se trata de un proyecto lanzado en 2011 por la ONG Fuge que "ayuda a los artistas independientes en todas las tareas administrativas". Una bella historia nacida el 8 de octubre de 2012 que crece poco a poco impulsando a los artistas locales. Nos aventuramos a través de los modernos laberintos que tienen una estructura gigantesca (6.500 metros cuadrados). En el último piso, las ventanas iluminadísimas se extienden sobre un panorama que revela la majestuosidad de una capital imperial: por un lado, el castillo viejo de Buda y, por otro, el gigantesco parlamento de Budapest.
En el interior se encuentran instalaciones artísticas de todo tipo, escenografías e incluso cocinas. Sobre el pavimento, diversas líneas de colores indican el camino para llegar a los diversos componentes que se han unido a la Juranyi House: compañías teatrales y de danza, escenógrafos, diseñadores, modelos, pintores, escultores o fotógrafos que pueden trabajar con absoluta independencia y sinergia. La estructura cuenta además con un espacio para las exhibiciones artísticas y teatrales. La Fuge, "una asociación protegida", valora los talentos locales y ha logrado atraer a un número creciente de artistas y compañías.
Un crecimiento exponencial que requeriría un aumento de fondos que hasta ahora no ha llegado. Aquí se revela una relación ambivalente con las instituciones: extremadamente positiva con el distrito y el ayuntamiento de Budapest, pero mucho más tensa con el ministerio de cultura que habría denegado suministrar más fondos. "Hay un desnivel en nuestro balance", admite Danko, mientras me explica la dificultad administrativa de los artistas particulares o de los colectivos a la hora de encontrar financiación para seguir adelante y poder ser independientes.
Por su parte, el Paloma emerge "de la nada" a lo largo de la central Kossuth Lajos en forma de palacio antiguo usado durante un tiempo como centro comercial. También hay quienes han encontrado la casa de los artistas locales, en particular la de los dibujantes que tienen en su laboratorio aquello que se presenta como la unión del concept store, un espacio dedicado a eventos y exposiciones. Zsuzsi Kárpáti, fundador y responsable, explica cómo nació un proyecto independiente del ministerio húngaro, todavía poco dispuesto a ofrecer ayudas financieras a este tipo de iniciativas, lo que confirma el clima de tensión que hay entre el gobierno y el mundo de la cultura. Encontrar fondos no ha sido fácil, pero ahora las estancias interiores, que permanecieron vacías durante unos 15 años, albergan laboratorios de pura creatividad, galerías de arte y pequeños negocios.
MUSZI, LA CASA DE LOS Jóvenes artistas
Nuestro viaje por el mundo subterráneo del arte no podía dejar de visitar el Művelődési Szint o simplemente Muszi. La casa de los jóvenes artistas independientes se encuentra en el corazón de la ciudad a pocos pasos de Rákóczi út, una de las arterias principales que atraviesa el centro de Pest de Oeste a Este desde los siglos VII y VIII. Salen jóvenes de la pequeña puerta que se confunde entre los vendedores de comida rápida. La tercera planta del edificio se abre a los clientes, donde hay un pequeño bar con un escenario y una decoración ecléctica que recuerda a los ruinpubs que han hecho célebre la escena underground de la ciudad. En la estructura más grande (2.800 metros cuadrados) se encuentran veinte laboratorios artísticos, espacios reservados a las artes performativas, al coworking y a la Green House. Aquí encontramos a Lilla, una joven artista quien, con su amiga, inaugura una exposición, una unión entre poesía y arte visual. "No es fácil ser artista en Budapest, se necesita tener buenas conexiones, sobretodo para los principiantes", dice la joven, mientras cuenta las dificultades que está atravesando y sus primeros pasos en este ámbito. Ambas proceden del pequeño centro de la provincia húngara y son entusiastas de Muszi, "una idea fantástica que conecta a las personas con el arte y ofrece la posibilidad de que los artistas hagan lo que quieran". Budapest parece haber encontrado su fórmula: la unión hace la fuerza, como decían los mosqueteros de Dumas: "todos para uno y uno para todos".
ESTE ARTICULO FORMA PARTE DE UNA EDICIÓN ESPECIAL DEDICADA A BUDAPEST Y REALIZADA EN EL CUADRO DEL PROYECTO "EU IN MOTION" BAJO LA INICIATIVA DE CAFÉ BABEL Y CON LA COLABORACIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DE LA FUNDACIÓN HIPPOCRÈNE. TODOS LOS ARTÍCULOS ESTARÁN DISPONIBLES PRONTO EN LA PRIMERA PÁGINA DE LA REVISTA.
Translated from Incubatori di arte e cultura a Budapest: l'unione fa la forza