Propiedad intelectual, Suecia y la lucha del Partido Pirata
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Manuela Bernal ReyesEl 16 de febrero comenzó el juicio más divulgado de la industria discográfica y audiovisual en contra de los defensores responsables del portal BitTorrent. Cuatro de ellos han sido acusados por complicidad en la violación de los derechos de autor. Podrán ser multados o penalizados con hasta dos años de cárcel si son declarados culpables
Las condiciones para crear y consumir música, películas, literatura, periodismo, software videojuegos, y otras producciones intelectuales han cambiado drásticamente en menos de una década. El registro de ventas (que incluye música digital) se ha visto reducido a la mitad en Suecia durante los últimos ocho años, según el IFPI (Federación Internacional de la Industria Discográfica). Paradójicamente, el público está consumiendo más cultura que nunca. El impacto del desarrollo tecnológico de descargar e intercambiar contenido de Internet ha sido más destacado en el sector creativo.
Inocente
El intercambio de archivos se refiere a la provisión y recepción de archivos digitales a través de una red de ordenadores, donde se encuentran almacenados los archivos que son proporcionados por los ordenadores personales de los usuarios. Mucho del debate anterior al juicio ha sido sobre el asunto legal para enjuiciar a The Pirate Bay. En su página web exponen que “en el servidor solo se guardan archivos torrent, lo que significa que no almacenamos material ilegal o de derechos de autor”. ¿Es responsable la gente detrás de The Pirate Bay por el material que está siendo difundido sin los controles necesarios? El fiscal Håkan Roswall sostiene su acusación. En una entrevista en enero de 2008 con Reuters, la agencia canadiense de noticias e información financiera, Roswall declaró: “No es simplemente un motor de búsqueda. Es una parte activa de una acción que apunta y también conduce a la accesibilidad del material protegido por derechos de autor”.
El conflicto del intercambio de archivos está tomando importancia en la vida de la gente común. Más del 10% de la población participa en esta actividad, según la empresa gubernamental de estadística sueca Statistics Sweden. El 56% de hombres de edades comprendidas entre 26 y 35 años intercambian archivos. En 1960, el gobierno socialdemócrata impuso un impuesto de copia privada, un cargo extra en la compra de medios de grabación, asignado para satisfacer a los proveedores. Esto creó una cultura casera de grabación y de música de casete. En los noventa, Suecia destacó por ser el primer país en adoptar la tecnología de información, desarrollando una potente infraestructura de conexión de banda ancha. Se esperaba que esta banda se llenara de contenido -música, películas y libros- que eran intercambiados a través de ciertos programas como Napster y Kazaa.
El Partido Pirata sueco
El 31 de mayo de 2006 es una fecha histórica. La policía de Estocolmo atacó al servidor de The Pirate Bay. La página proporciona archivos torrent, indicadores de fuente de datos pero sin derechos de autor. Aunque el tema ha sido discutido, su práctica todavía es ‘legal’ en Suecia. Esa laguna jurídica permitió a The Pirate Bay evitar que se tomaran medidas enérgicas contra los centros torrent en 2004. El movimiento actual de Suecia se derrumbó por una amenaza del Ministerio de Asuntos Exteriores de EE UU de tratar el asunto en la Organización Mundial del Comercio.
El Partido Pirata Sueco, Piratpartiet, se formó meses anteriores con un programa para fortalecer la protección de la privacidad, debilitar las leyes de derechos de autor, abolir la directiva europea de retención de datos y embaucar a la legislación de vigilancia del gobierno. Al principio no parecía ser algo que alguien pudiera considerar seriamente, pero la redada policial cambió esa percepción. De pronto, miles de jóvenes salieron a las calles de Estocolmo y Gotemburgo con banderas piratas de Jolly Roger (La típica bandera de la calavera con dos huesos cruzados sobre un fondo negro). Actualmente, el Partido Pirata es un partido pequeño según su número de votos, aunque el número de sus miembros ha ascendido hasta casi 10.000 (superando a algunos partidos del parlamento), y ahora apunta al Parlamento Europeo. El movimiento Pirata ha alcanzado una dimensión internacional mediante la creación de partidos en España, Austria, Alemania, Italia y el Reino Unido, aunque por ahora, ninguno ha alcanzado el éxito del antecesor sueco.
El debate público ya ha sido contaminado. Liza Marklund, exitosa escritora y periodista sueca, escribió en el diario sueco Expressen que “toda la ideología pretenciosa del Partido Pirata se basa en el derecho a robar el trabajo de otros”. El líder del Partido Pirata, Rick Falkvinge, alegó que “nosotros los piratas nunca hemos dicho que la cultura deba ser gratis, sino que discutimos la importancia del derecho de privacidad y cómo el monopolio de derechos de autor está amenazando a los pilares democráticos de nuestra sociedad”. El juicio en contra de The Pirate Bay no es solo un asunto legal, sino que se ha convertido en un debate político entre distintas opiniones de producción y consumo voluntario en la época digital.
Translated from Intellectual property, Sweden and the battle of The Pirate Bay