Poul Nyrup Rasmussen: “Lucharé para que tengan empleo toda la vida”
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Poul Nyrup Rasmussen, ex primer ministro de Dinamarca, ha lanzado a los socialistas a ganar las elecciones europeas de junio de 2009. Su estrategia gira en torno a la idea de la Nueva Europa Social. Su objetivo es garantizar la vigencia del Estado del bienestar en un mundo globalizado
“No puedo garantizar a los trabajadores que tendrán siempre el mismo puesto de trabajo. ¡Nadie puede hacerlo! En cambio, sí les garantizo que lucharé para que tengan empleo durante toda su vida". Es el matiz entre trabajo y empleo que distingue a Poul Nyrup Rasmussen, presidente del Partido de los Socialistas Europeos y ex primer ministro de Dinamarca durante la época en que este país escandinavo viró hacia la flexiseguridad.
Ahora, da la vuelta a Europa comunicando el programa electoral de los socialistas europeos para las elecciones europeas. Es la primera vez que un partido europeo elabora un programa electoral, “resultado de dos años de trabajo con los activistas del partido y la sociedad civil. Son 71 propuestas que persiguen dar una nueva dirección para Europa”. El lema: People First, Las personas primero.
El único aspirante con posibilidades
Tiene don de gentes, un programa, el Yes, we can de Obama siempre en los labios y su discurso no es el de un “simple intermediario entre gobiernos”, como prefiere definirse el Presidente de la Comisión europea y candidato a la reelección, José Manuel Durão Barroso. Sin embargo, por falta del apoyo de los pesos pesados del socialismo –Gordon Brown no estuvo personalmente en Madrid y Zapatero amaga a veces con apoyar la reelección del conservador portugués- o por falta de decisión política –algunas fuentes apuntan su voluntad de regresar a la política nacional-, aún no ha avanzado su candidatura a presidir la Comisión Europea.
Rasmussen está convencido de que los socialistas ganarán las elecciones. “La gente ahí fuera se pregunta en qué dirección vamos. Quiere que alguien les señale una dirección y tiene miedo”, comenta refiriéndose a la pasividad de Durão Barroso. En su opinión, la Comisión no hace lo suficiente contra la crisis y echa en falta más impulso por parte de la canciller alemana, Angela Merkel. Para saber si ha pensado en alguien para presidir la Comisión Europea habrá que esperar aún unos días.
Quizás su indefinición se deba a un puro cálculo estratégico que le lleva a decir que hasta mediados de febrero de 2009 no se tomará una decisión en el PSE. “No digas mañana en tu medio de comunicación que he dicho que no me presento, pero tampoco digas que he dicho que me presento”, insiste, con cierta retranca. Es posible que Europa viva por fin unas elecciones normales en las que la estrategia electoral a escala continental entre en juego.
Inversión pública y pocas rebajas de impuestos
Estamos en España, en donde en un año el número de parados ha aumentado en un millón. “Para asegurar el empleo, tenemos que multiplicar la inversión en los próximos dos años”. Es de hecho, lo que han empezado a hacer la Comisión Europea y los Estados, pero, a ojos de Rasmussen, "la Comisión quiere detenerse demasiado pronto y así no servirá de nada”. “La prioridad es lo que hace Zapatero, ligar las inversiones a la creación de empleo: en educación, infraestructuras, proyectos de inteligencia ecológica y energética como la industria solar y eólica, etc. Las rebajas de impuestos ya no valen, porque la gente tiene miedo y lo que hará con el dinero que se ahorre será ponerlo debajo del colchón".
Esto último contrasta con la bajada del IVA que ha aprobado el laborista británico Gordon Brown, impulsor en Europa de las medidas contra la crisis. “Ya, pero es que bajar el IVA no es lo mismo que bajar los impuestos sobre la renta: al bajar el IVA, los productos se abaratan y la gente vuelve a consumir más”, explica.
Un lobo bueno llamado flexiseguridad que no se come al Estado del Bienestar
“Hay que pensar en los más pobres”, retoma quien con el viento de la crisis a favor recupera los valores clásicos de la socialdemocracia: “Una sociedad justa, inclusiva y con empleo para todos”. Este economista danés aboga ahora por remodelar las leyes laborales para que en vez de facilitar el despido se facilite la reducción de la jornada laboral de los empleados en dificultad, para que puedan reciclarse formándose y cualificándose mediante cursos financiados por el Estado. “Así, cuando la economía vuelva a despertar, estarán listos para optar a trabajos mejor cualificados”, remata.
Huele a flexiseguridad, un concepto que da mucho miedo a italianos, franceses, españoles o portugueses. “El modelo danés se ha construido en 35 años y no puede extrapolarse así como así a países con diferente historia”, tranquiliza. “Además”, entierra, “en Dinamarca destinamos el 10% del producto interior bruto (PIB) a la educación, mientras en España solo el 1,3%. Eso sí, la globalización provocará que cambiemos de trabajo muchas más veces, de modo que a Sarkozy le digo que su concepto de flexiguridad –con mucha flexibilidad y nada de seguridad- no es el bueno; y a Merkel le digo que mucha seguridad y poca flexibilidad tampoco es recomendable".