Por Libia y por Japón, Merkel se replantea la energía nuclear
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En plena oleada de revoluciones en países petroleros, Alemania planeaba potenciar la energía nuclear para reducir su dependencia energética y garantizar un suministro estable a precios competitivos. Pero la catástrofe japonesa ha hecho que Angela Merkel posponga la ampliación de la vida útil en sus 17 centrales nucleares. ¿En qué dirección apunta Berlín y cuáles son las otras alternativas?
Recorrido por las voces energéticas de la principal economía europea.
Son las dos y media de la tarde en Berlín y el sol brilla tímidamente en Marianstrasse, como queriendo que nadie se olvide de sus bondades. Son estos rayos los que hacen a Florian Noto soñar con un futuro energético “limpio” en Alemania. Para ello, trabaja en Atomausstieg, una plataforma que aglutina desde 2006 a 22 organizaciones ecologistas, entre las que se encuentran Greenpeace, WWF o Amigos de la Tierra, para hacer que los ciudadanos instalen un suministrador de energía “verde” en sus hogares.
“Queremos recordar al ciudadano que es libre para elegir qué energía consumir”, señala. Noto es el portavoz de una campaña que tiene como lema ''Fin de la fase nuclear. ¡Hazlo tú mismo!''. Él y numerosos voluntarios pretenden promover a los suministradores que venden energía nuclear e instar así al uso de las energías renovables.
Desde los años noventa, los alemanes cuentan con cuatro compañías que producen energía procedente de recursos naturales. Pero Greenpeace Energy, EWS Schönau, LichtBlick y Naturstrom aún no suponen una competencia temible para las cuatro grandes del mercado energético alemán: Vattenfall, RWE, E.ON y EnBW, ya que de momento apenas reúnen casi un millón de consumidores.
La participación como arma de cambio
Elena Pinto, una española que vive en Berlín y trabaja en ECO, una ONG que promueve la participación ciudadana y la democracia, tampoco contempla la energía nuclear como una opción de futuro fiable debido a sus residuos. “La decisión de Angela Merkel de prolongar la vida útil de las centrales nucleares doce años más ha traído mucha cola”, afirma; de hecho se organizan concentraciones frecuentes para protestar contra ella. Una de las más sonadas fue la marcha para parar el tren con residuos que iba camino del cementerio nuclear de Gorleben. “Los políticos deberían escuchar más al pueblo, porque lo legal debería ser lo que pedimos los ciudadanos”, reivindica.
Además, en su opinión la gente en Alemania está muy concienciada de los supuestos peligros de la energía nuclear y considera que no se trata de un asunto tan indescifrable como quizás se pretende hacer ver. “El problema es que mucha gente de la que se manifiesta después a lo mejor no vota”, lamenta.
"El lobby pronuclear miente cuando dice que es una energía segura y limpia”, afirma el portavoz del Partido Pirata
Para Philipp Magalski, el portavoz del Partido Pirata alemán, que aún no ha accedido al Parlamento, la energía nuclear es utilizada para suministrar electricidad, pero en su opinión también tiene un enorme poder destructivo y teme que pueda ser utilizada algún día como arma de guerra. Magalski aún recuerda Chernóbil: “Hemos tenido accidentes menores, pero con el tiempo podrían ser mucho más grandes y los daños serían irreparables. El lobby pronuclear miente cuando dice que es una energía segura y limpia”. Por eso, como Phil, muchos alemanes acuden a manifestarse y son conscientes de que tienen poder para decidir si se debe contar en el futuro energético alemán con la energía nuclear. “Tenemos el arma del cambio, los ciudadanos podemos elegir”, insiste. Aún así, Phil es consciente de que Alemania aún no puede abandonar la energía nuclear, pero asegura que con el tiempo ha de prescindir de ella.
Revoluciones árabes y futuro energético
“De eso no hay duda, es un tema muy discutido en Alemania”, opina Maik Luckow, el jefe de prensa del Foro Nuclear alemán (Atomforum), quien estima que la mayoría de germanos no están dispuestos a asumir la eficiencia de costes y la compatibilidad climática de la energía nuclear hasta que las energías alternativas despeguen definitivamente, si algún día lo hacen. Según las estimaciones del Foro, se generarán alrededor de 280.000 metros cúbicos de desechos radiactivos de baja y media intensidad para el año 2040.
Aún así, afirma que los residuos radiactivos deben estar protegidos con seguridad para no afectar a la biosfera hasta que disminuya su radiactividad, y esto “está garantizado en formaciones geológicas profundas”. Y en cuanto a si la nuclear se trata de una energía “limpia”, Maik se defiende diciendo que el plan estratégico europeo de tecnología energética (SET-plan) reconoce la energía nuclear como de baja emisión de carbono.
Crudo contra isótopos
¿Y qué hay del futuro? ¿Son las llamadas revoluciones árabes una excusa más para trabajar las fuentes alternativas al petróleo? Según la agencia Ernst & Young, el posible aumento hasta 150 dólares en el barril de petróleo colocaría a la eurozona al borde de la recesión. El 90% del crudo que exporta Libia va para Europa, y su segundo socio más importante es Alemania. En vista de las batallas por el control del país entre el dictador árabe y los rebeldes, algunos gobiernos han tomado medidas de ahorro energético, como en el caso español: reducir la velocidad en autovías de 120 a 110 kilómetros por hora, cambiar las luminarias por otras más eficientes y promover el cambio de los neumáticos desgastados de 60.000 coches. Moncloa prevé así reducir en un 3% anual el volumen de las importaciones, es decir 1.400 millones de euros. Pero el Tsunami japonés y sus efectos devastadores sobre la central nuclear de Fukushima pueden traer un cambio de dirección en Alemania; tras una legislatura decididamente pro-nuclear, la canciller Merkel ha anunciado una moratoria de tres meses para decidir si prolongar o no la vida útil de las 17 centrales nucleares del país.
Maik aclara que la materia prima nuclear, el uranio, estará disponible al menos otros 200 años; y, a diferencia del crudo, proviene de “países políticamente estables” como Canadá y Australia. Añade que el reto de la política energética alemana es que cumpla con tres objetivos: precios competitivos, protección del clima y seguridad del suministro. “Es necesario perseguirlos para producir la energía de manera responsable”. Y eso sólo es posible con una amplia combinación de energías, incluida la nuclear. De esta manera, “la energía nuclear será una tecnología de transición en el camino de Alemania a la era de las renovables”.
Este artículo es parte de la serie de reportajes Green Europe on the ground, que ya ha pasado por Budapest y Bruselas. Gracias al equipo de cafebabel.com en Berlín. No perdáis de vista las próximas ediciones de Roma, Sevilla y París.
Fotos: Portada: (cc) Truthout.org/Flickr; Merkel nuclear: ©Presse-Papier; vídeo: Youtube.com