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Polonia: Nunca Más cabezas rapadas

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Desde la caída del telón de acero, los miembros de la asociación Nigdy Wiecej (“Nunca Más”) luchan sin descanso contra la extrema derecha y el fascismo en Polonia.

“¡Fíjese! Alguien ha pintado el ancla, símbolo del patriotismo polaco, al lado de la cruz gamada. Lo alarmante de todo es que para algunos polacos esto no significa contradicción alguna”, comenta Jacek Purski señalando un muro cubierto de símbolos fascistas. Purski, que trabaja para la asociación Nunca Más, pasea por el barrio viejo de Varsovia para comprobar dónde han aparecido nuevas pintadas. Su jefe Marcin Kornak dirige la iniciativa desde Bydgoszcz, una ciudad al sur de Gdansk. En su vida diaria, escribe textos para muchos grupos de rock populares. Por miedo a ataques de extremistas de derechas, nunca se cita en persona y sólo concede entrevistas por teléfono.

Jacek Purski (Foto: ©Jakob Weiß)

“Nunca Más” tiene puntos de apoyo en muchas ciudades polacas y unos 100 voluntarios activos. Los encuentros con periodistas tienen lugar sólo en lugares públicos. Jacek Purski lo hace en su café preferido de Varsovia, el Buffo Theater, donde se siente seguro. Nunca Más carece de sede social desde que fue fundada.

“La solución final está cerca”

Jacek Purski reacciona con tranquilidad ante mensajes como „haremos contigo lo que Hitler hizo con los judíos” o “la solución final está cerca”, y tira las cartas con amenazas directamente a la papelera. Sin embargo, hay cosas que le preocupan: por ejemplo, ver su nombre, foto y número de móvil en una lista en Internet titulada “Enemigos de la raza”, junto a los datos de otros antifascistas polacos, emigrantes, homosexuales y extranjeros. La página Web en cuestión pertenece a la fracción polaca del grupo neonazi internacional Blood & Honour.

La existencia del extremismo de derechas es una incógnita para los sociólogos. Según Rafal Pankowski, experto en extremismos del Collegium Civitas de Varsovia, es una prueba de la esquizofrenia de sus seguidores: “El fascismo polaco lleva el símbolo de sus enemigos y se comporta así ad absurdum”.

“Dios, Patria y Honor”

Jacek Purski torna meditabundo cuando piensa en el fundador del Partido del Renacimiento Polaco, Adam Gmurczyk que, al igual que el propio Purski, creció en el barrio varsovita de Wola. Los padres de ambos también militaron en el movimiento Solidarno contra el comunismo, pero ahí se acaban los paralelismos.

Tras la caía del comunismo, Adam Gmurczyk registró el Partido del Renacimiento Polaco (NOP), anteriormenete anti-comunista. “La democracia significa el poder de la plebe, o de algunos grupos de interés, que sólo buscan su propio bienestar, no el de la sociedad al completo”, mantiene Gmurczyk. Para él, el hecho de que cabezas rapadas radicales se encuentren en las filas del partido, no supone ninguna sorpresa: “Todo el mundo tiene a veces ganas de pegarle a alguien”. En la revista del partido, Machacarles, publican conocidos neofascistas internacionales, como Roberto Fiore y David Irving. El NOP tiene además estrechos vínculos con el Reino Unido y el (partido de extrema derecha) alemán NPD.

Leyes inútiles

“Los grupúsculos de extrema derecha pudieron crear su estructura casi sin impedimentos durante los años noventa”, explica Marcin Kornak, de Nunca Más. La campaña de la asociación para prohibir organizaciones racistas y fascistas duró varios meses, y cuenta entre sus grandes logros la aprobación del Artículo 13 de la Constitución, que prohíbe desde 1997 partidos políticos y otras organizaciones que hagan apología de fascismo, racismo o comunismo. “En todo caso“, añade Purski, “las leyes no se aplicaron conformemente, y la extrema derecha ha conseguido ocupar puestos de influencia en el Estado”.

Nunca Más lleva a cabo sus propias investigaciones. En el llamado Libro Marrón, los activistas recogen incidentes de extrema derecha y los envían cada cierto tiempo como boletín informativo a medios de comunicación. La asociación también sirve de enlace con interlocutores y proporciona fotografías a periodistas. El registro de Nunca Más está encabezado por dos partidos de extrema derecha: el NOP y la Liga de las Familias Polacas, con su asociación de juventudes “Jóvenes Polacas”. Los militantes del NOP están presentes en numerosos consejos locales y regionales, aunque la mayor parte de las veces no figuran alineados de forma oficial con ningún partido. La Liga de Las Familias Polacas ha sido hasta hace poco socio en la colación del gobierno de los hermanos Kaczynski. Hasta la fecha, Nunca Más ha colocado unos 400 artículos sobre ambos partidos en los medios polacos.

Transición en Polonia

Jacek Purski conduce junto a un amigo con un objetivo: las paralizaciones de Aleja Jerozolimska, “una glorieta en el centro de la ciudad bautizada por el gobierno Kaczynski en honor a Roman Dmowski, un dirigente nazi antisemita del período de entreguerras”. Purski se lamenta: “Como polaco, uno sólo puede avergonzarse”. El relevo de poder en el gobierno polaco le alegra: la liga de las familias polacas ya no está representada en el parlamento. “Después del auge de la ola de extrema derecha, ahora hay que arreglar toda la porquería que han provocado”, comenta Marcin Kornak.

Nunca Más quizás lance una campaña para renombrar la Plaza Dmowski. El nuevo nombre no tiene importancia para Jacek Purski. Si es el de alguien a favor de la integración de Polonia en Europa, bien. Si es el de un antifascista, mucho mejor.

Artículo realizado gracias al programa de becas para periodistas de la red n-ost.

(Foto texto: ©Jakob Weiß)

Translated from Polen: 'Nie wieder' Rechts