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Polonia-Alemania: Dejen ¿en paz? a los vecinos

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Cultura

En el barrio Kreuzberg de Berlín, más precisamente en el centro artístico Bethanien, la exposición ¿Buenos vecinos? Imágenes de Alemania en el arte actual polaco/ imágenes de Polonia en el arte actual alemán refleja la calidad de las relaciones germano-polacas en la actualidad.

Como todos sabemos, los gnomos de jardín son pequeños burgueses y típicamente alemanes. Y viendo la instalación de la artista polaca Paweł Jarodzki, un proyector de imágenes se pone en funcionamiento en mi cabeza, imágenes asociadas a las calles de casas adosadas: los gnomos dorados de jardín, alineados no sin pedantería en el centro de la estancia, me recuerdan a los jardines cuidados al milímetro, a las flores, a los cortasetos, a las salchichas a la parrilla, a los éxitos musicales, a las barrigas cerveceras en trajes de baño elásticos. Y a las rencillas con el que viene a perturbar este idilio: el vecino.

En la relación germano-polaca, los roles están claramente repartidos : el alemán, pequeño burgués pedante y agresivo con el polaco, obrero de edificio ruso y pícaro. ¿O están estas imágenes desfasadas? 20 años después del tratado germano-polaco que debía abrir la puerta a la “buena vecindad y una amistad en el trabajo común”, ¿podemos decir que se ha establecido una relación de buena vecindad entre Alemania y Polonia? Llegar hasta el fondo de la cuestión es el objetivo de la exposición, según Magdalena Ziomek-Frackowiak, responsable de ésta. Ella espera que algún día ninguna persona dude del carácter amistoso de esta relación y que el signo de interrogación del título pueda entonces ser suprimido.

"Polentransport", Paweł Jarodzki

Pero está claro que ese momento aún no ha llegado. Sólo hace falta ver la lista de artistas en la invitación: 21 polacos, 8 alemanes. La relación entre vecinos sigue siendo desequilibrada. Los polacos se interesan por los alemanes, pero los alemanes no se interesan por los polacos. Faltan trabajos alemanes que ya existen sobre el tema de los polacos- explica la responsable-; los artistas se han encargado de producir obras para la exposición. Un ejemplo es el proyecto Dietmar Schmale, Restitución: Iintercambio cultural , en el que el artista-intérprete se fue a Gdańsk a limpiar las casas de los polacos. Una manera simbólica de indemnizar a las mujeres de la limpieza polacas cuyo trabajo está muy mal remunerado.

Ella lo busca, de Clemens Wilhelm, cuenta la búsqueda de una polaca de una vida mejor en Alemania. Su vídeo-collage utiliza diferentes anuncios de publicidad en los que salen polacos cuyo objetivo es convencer a las alemanas de que se casen con ellos. La imagen que Alemania tiene de su vecino parece estar fundada sobre viejos clichés gastados que apenas han cambiado en las últimas décadas.

No (per) donamos nada

"Wir verzeihen nicht"Por el contrario, el tema de Alemania es tratado con mucha frecuencia en Polonia y los organizadores de la exposición han podido escoger los trabajos más interesantes y los testimonios más fuertes. Pero los artistas polacos, al final, no se interesan mucho por el estado actual y el futuro de la relación germano-polaca. Varsopía, de Alexandra Polisiewicz, es la reconstrucción virtual de “una Varsovia alemana” según un plan de ciudad nacional-socialista. No per(donamos) nada es el título algo irónico de la obra más llamativa del artista Jerzy Kosalka, que muestra dos tanques en miniatura que arrementen el uno contra el otro mientras de sus cañones sale humo. 66 años después del Armisticio, el tema de la Segunda Guerra Mundial, objeto de conflicto persistente con el vecino del oeste, persiste.

Esto demuestra la necesidad de ponerse al día y esto es lo que destaca esta exposición con un gran espectro de obras originales, rica en diferentes soportes multimedia: en cada lado del Oder (río de Europa central), los viejos prejuicios juegan un rol central. Todo ocurre como si los cambios sucedidos en Europa durante los últimos años hubieran pasado desapercibidos: Polonia ya no es una víctima de la guerra ni del comunismo, sino un país moderno que forma parte de la Unión Europea, cuyo desarrollo económico progresa de manera constante a pesar de la crisis y que asume la presidencia rotatoria de la Unión Europea desde julio de 2011 hasta diciembre. ¿Han contribuido a financiar la exposición los fondos culturales ligados con esta presidencia ?

El hecho de que se celebre en Berlín es un paso importante para nuestra época. Y no es la única manifestación ligada a este tema en la programación de la temporada bultural berlinesa: el festival de jazz se centra este año en Polonia.El Instituto Polaco lanza, junto con la Academia de Arte, la serie Cambio de perspectiva: diálogo cultural con Polonia a partir de octubre y el Martin Gropius Bau (Monumento Martin Gropius) alberga la exposición Puerta a puerta: Polonia-Alemania, mil años de arte y de historia. Signos que muestran que Alemania se interesa cada vez más en su vecino hasta ahora desconocido y que los alemanes están dispuestos a echar un vistazo a través de la cerradura. Desgraciadamente, las imágenes de los dos países en el arte actual siguen siendo un viaje al pasado, al país de los clichés. La exposición muestra, sobre todo, una cosa: el desconocimiento de lo que realmente pasa hoy en día al otro lado.

Gute Nachbarschaft? Deutsche Motive in polnischer Gegenwartskunst / Polnische Motive in deutscher Gegenwartskunst (¿Buenos vecinos? Imágenes de Alemania en el arte actual polaco/ imágenes de Polonia en el arte actual alemán):  Studio I, Bethanien am Mariannenplatz 2, 10997 Berlin. Hasta el 23. 10. 2011.

Fotos: ©agitPolska e.V. y  ©Johanna Meyer-Gohde

Translated from Polen-Deutschland: Lass die Nachbarn reden