Pobreza: en búsqueda del estado de emergencia en atenas
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Sara Fuertes LópezMientras que la troika y el gobierno aprueban constantemente nuevas medidas de ahorro, unos jóvenes mejoran la imagen de su país y se implican por mostrar otra cara de la pobreza: ¿Visión de futuro para Europa?
En tiempos de crisis, saltan las alarmas al oír la palabra "Atenas". Antes de comenzar mi viaje, un compañero me dice de broma que no debería olvidar mi casco protector. Unos amigos, que hace poco estuvieron en Atenas, hablan de una latente revolución paulatina, que ha comenzado desde abajo y que pronto podría estallar. Se respira en el ambiente.
Cuando bajamos del autobús del aeropuerto en la Plaza Syntagma, conocida por su mala fama y por ser el epicentro de las protestas contra la troika, sólo notamos el suave aroma de las flores de los naranjos. Es primavera en Atenas y los ciudadanos de esta gran ciudad pasan con prisas por la ajetreada plaza situada frente al Parlamento. En el barrio anárquico Exarchia, las cafeterías y terrazas tienen mucho ajetreo. Algunos negocios han ido decayendo o han cerrado. Casi no se oyen voces de turistas en estos días. La policía ya no se atreve a pasar por la plaza Omonia después de medianoche, aunque este centro neurálgico se asemeje a una plaza más grande y no especialmente vistosa de una gran ciudad. Algunas personas sin hogar, unos cuantos vagabundos, algunas prostitutas. Y bien, ¿dónde están la maldita crisis o el estado de emergencia?
Todos los días nos llegan nuevos informes alarmantes. La Cruz Roja reparte en países en crisis tantos alimentos como no se habían repartido desde la Segunda Guerra Mundial. "Personas hambrientas alargan los brazos para coger bolsas con naranjas", escribe The Guardian. " Vida en estado de guerra", "Necesidad, pobreza, hambre: Grecia se hunde en la miseria" son algunos de los titulares de la prensa internacional. Sin rodeos: Llueven malas noticias de Atenas. Bienvenidos a un país del Tercer Mundo. En medio de Europa.
Sensacionalismo en torno a la crisis
En el bar Omikron, justo en la esquina de la Plaza Syntagma, Aggelos sonríe y comenta que todo este sensacionalismo en torno a la crisis se conoce como "pornografía de la crisis", traducido literalmente. Hoy hacen ruido un considerable grupo de unas diez personas. Recuerdan el suicidio del farmacéutico de 77 años Dimitris Christoulas, que se quitó la vida hace un año justo aquí: "No tenemos que dejar en herencia a nuestros hijos ninguna deuda", gritó antes de que se despidiera al suicidarse.
Ismini (30), Aggelos (32) y un puñado de jóvenes griegos y europeos están ya hasta las narices de la "crisis en la imagen" de su país, del griego holgazán que bebe Ouzo. Pero, ¿por qué acaba de recibir Atenas un "certificado de incapacidad" por parte de Europa? ¿Por qué no es Dublín el chivo expiatorio? ¿O Madrid? Con campañas, un blog y vídeos, los precarios creativos quieren dar a conocer en el extranjero, a través de las redes sociales, una imagen alternativa y promover así el análisis crítico.
El proyecto se llama Omikron, igual que el bar donde se fraguaron los primeros planes. "Estábamos hartos de discursiones sin fin y queríamos intervenir de una vez", declara Ismini. "Sí, existen la pobreza y el desempleo, pero callarse nunca es la solución", comenta Ismini con respecto a la prohibición del organismo de vigilancia de los medios de comunicación, por la que no se pueden mostrar imágenes de personas desaliñadas en la televisión sin permiso. "Pero queremos deciros a vosotros de ahí afuera que aquí no estamos solos. Dejad de hacerle reproches a este país continuamente, dadnos más tiempo."
GeneraciÓn "working Poor“
El desconcierto general entre los jóvenes helenos, en un país que actualmente cuenta con una tasa de desempleo juvenil del 58%, es obvio: la tendencia es la del "¡vete de aquí!" Los griegos tienen que aceptar salarios que disminuyen, cuotas de seguros más altas, una subida del IVA del 19 al 22 por ciento, así como más impuestos en el alcohol, la gasolina y el tabaco, reducción del trabajo en los servicios públicos o recortes en las pensiones. El que tiene dinero suficiente y un poco de valor, abandona el barco que se hunde para probar suerte en otro lugar de Europa. Con respecto a esto, las últimas estadísticas de la Eurozona tampoco son precisamente agradables: en 2013, el 12,1% de las personas en Europa no tiene trabajo.
Bajo el sol de mediodía en Exarchia, Jenny, Giannis y Christos, principiantes en el mundo laboral, discuten sobre su generación, dejada de lado. Christos (34) acaba de levantarse y se frota los ojos mientras se lía un cigarrillo. El cineasta trabaja como freelance y gana entre 400 y 500 euros al mes. Ante la pregunta de si esta cantidad es suficiente para pagar un seguro médico y otras necesidades básicas, suspira y toca madera: "En Grecia nadie lo tiene". En Navidad tenía que ir al dentista, pero, afortunadamente, un amigo pudo ayudarlo en el último minuto.
AtENAS: LAS CARAS DE LA "Generation 700 EuroS”
Él vive bajo el umbral de la pobreza oficial, como también más de un quinto de la población griega, pero parece que se lo toma relativamente bien. Con un trabajo precario, ingresos no regulares y sin ninguna protección social, Christos forma parte de los "Working Poor", cuya creciente diáspora los aleja de sus raíces, no sólo en Grecia, sino también en toda Europa.
¿Se sienten pobres? "Hay niños en colegios que están desnutridos, eso es pobreza", dice Giannis, un intérprete de 28 años mientras agita la cabeza. "Todos estamos preocupados, pero nadie va a morir. Tenemos menos y tenemos que acostumbrarnos. La nueva moda es irse de Grecia. O incluso la familia. De vuelta al nido. Esto es lo que nos une."
Población civil activa: la otra cara de la pobreza
"Una gran parte de los griegos tiene una casa en propiedad. Por eso la pobreza puede no apreciarse necesariamente en la calle: puedes estar sentado en casa y, aún así, tener hambre", explica Alexander Theodoridis de Boroume ("We can"). La ONG fundada en enero de 2012 es una de las muchas iniciativas de la población civil de Atenas, que ha florecido en toda regla en tiempos de crisis. Hoteles, restaurantes o panaderías, que normalmente tirarían a la basura los alimentos que les sobran, están unidos a los comedores sociales atenienses a través de esta ONG.
En la plaza, con mucha vegetación y situada justo enfrente del Kallimarmaro, el primer estadio olímpico, parece que hayamos aterrizado en la última película de Wes Anderson, Moonrise Kingdom. Cientos de scouts, con calcetines azul oscuros hasta la rodilla y pañuelos a rayas azules y blancas , hacen un círculo. "¡Arriba el Ática oriental!", gritan con todas sus fuerzas agitando en el aire sus palos de madera, simbólicamente, por su región. En el centro hay diez cajas misteriosas.
Durante semanas, estos scouts han recogido pasta, arroz y latas de conservas, para, junto con Boroume, dárselos hoy a los propietarios de comedores sociales de la periferia ateniense, como, por ejemplo, Tavros, en el suroeste de la ciudad. Stella y su hijo Zacharias llegan sin decir nada y dejan tres bolsas de plástico en las cajas. Han visto la Acción de Boroume en Facebook y se unen de forma espontánea. De lo contrario, Stella habría tenido que tirar los alimentos, ya que en verano vive y trabaja en un hotel en Creta. "Estoy aquí para ayudar a los que puedan necesitarlo, incluso teniendo yo también mis propios problemas", explica y coge del brazo a Zacharias antes de ponerse en marcha para volver a casa. Éste es el día a día en Atenas, sin estado de emergencia.
Este artículo forma parte de la serie de reportajes ‘EUtopia on the Ground’, que cada mes plantean la pregunta acerca del futuro de Europa. Este proyecto de cafébabel está respaldado por la Comisión Europea en el marco de una colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, la fundación Hippocrène y la fundación Charles Léopold Mayer.
Illustrationen: Teaser (cc)Protonotarius/flickr; Im Text: Omikron 'Get the whole picture' (cc)offizielle Facebook-Seite von Omikron Project, (cc)KK; Video (cc)omikronproject/YouTube
Translated from Armut: Auf der Suche nach dem Ausnahmezustand in Athen