Playas de Europa, del Báltico al Mar Negro
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Soraya Garcìa BernardoDe las islas de Croacia a las costas del Mar Negro, de las playas urbanas del norte de Europa hasta la más que animada península salentina. Playas emergentes para los que sienten deseos de descubrir nuevos itinerarios
Croacia, la playa cambia
Paraje de sorprendentes decorados de costas y bosques todavía inexplorados, Croacia se ha convertido, desde hace algunos años, en un animado destino turístico. Los módicos precios y las numerosos atractivos turísticos son algunos de los motivos que empujan a muchos jóvenes a este idílico entorno durante las vacaciones. Alrededor de 1.200 islas que se asoman a las costas croatas: el sumum, Brac, sede de una playa muy peculiar, Zlatni Rat. Una delgada franja de arena y finísimos guijarros que se introduce, como una lengua, casi ciento cincuenta metros en el mar. Fenómeno único: cambia de forma casi cada día bajo el efecto de las corrientes marinas, del viento y de las olas...a veces gira a la derecha, a veces a la izquierda.
Salento, la tarantella a la sombra del tacón de Italia
La península salentina, conocida por ser el tacón de su hermana mayor itálica, se extiende por la parte meridional de Apulia, entre el mar Jónico y el Adriático. Desde hace unos años, es un destino de vacaciones jóvenes apreciado por sus playas sin contaminación, sus genuinos acantilados, las fiestas del lugar y los pueblecitos soleados. Pero lo más atrayente es la tradicional fiesta de la taranta, baile popular que viene de la costumbre de batir las palmas durante el tiempo que duraban los ritos de curación de las ‘atarantuladas’, o sea, de las mujeres que se creía habían sido mordidas por el geco o tarantola (animalillo de la familia de las salamanquesas y cuyo nombre se ha asignado también a la conocida araña)
El mar es bello aunque sea Negro
Pero no solo están las playas del Mediterráneo. Bulgaria, gracias a sus hermosísimos paisajes y a los módicos precios, está siendo testigo estos últimos años de una explosión del mercado turístico. La costa del mar Negro, invadida durante el verano, ofrece una vida nocturna muy animada. Nesebăr, perla sobre la costa unida a la tierra por una delgada franja, es una de las localidades más visitadas. En 1983, gracias a la enriquecedora confluencia de las culturas helénica, romana y ortodoxa, ha sido declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
Al fresco del Báltico
Desde hace poquísimos años, las playas de Letonia suscitan el interés y la curiosidad de los viajeros que nunca habían pensado en el mar Báltico como destino. Las costas letonas se extienden 497 kilómetros a lo largo del mar Báltico y del golfo de Riga. El mar, cierto, no es caliente como en el Caribe, pero se puede disfrutar de la costa sin las aglomeraciones estivales. Además, un poquito más allá de la playa de Jurmala, muy cerca de Riga, casi en los confines de la región, se encuentra Liepaja, la localidad más hippy de Letonia, frecuentada por los músicos y artistas bohemios.
Playas urbanas
La moda de las playas en ciudad prolifera en Europa. Copenhague ofrece a solo cinco kilómetros de la ciudad Copencabana y Amager Strandpark, construídas en 2005. Se trata de playas que se asoman a una laguna, unidas a la costa por tres puentes. Millares de personas que se bañan en las límpidas aguas marinas, juegan a vóley-playa, meriendan, practican actividades bajo el agua... Casi como si fuera verdad. Más conocidas, sin embargo, son la playa de Berlín (Bundespressestran) y la de Paris plage que, desde hace años, hace olvidar el ajetreo cotidiano a la sombra de Notre Dame.
Translated from Spiagge d’Europa: il turismo all’ultima moda