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Pius Alibek: A Bush no le interesa matar a Sadam Hussein

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SociedadPolítica

Saddam Hussein ha sido condenado a muerte el 5 de noviembre: ¿durará el proceso de apelación lo suficiente como para evitar su ejecución?

Culpable, estaba claro. De torturar y matar a 148 chiíes en el poblado de Dujail. Pero esta es sólo la primera de las causas que tiene pendiente el ex dictador iraquí. Además, Sadam está acusado del genocidio de 100.000 kurdos entre 1987 y 1988, y de una espeluznante lista de crímenes sin final.

El iraquí de origen kurdo Pius Alibek, filólogo y hostelero afincado en Barcelona, conocido también por sus opiniones disidentes en relación a la guerra de Irak, nos desvela las claves que a su entender se esconden detrás de este “falso proceso”. Pacifista acendrado, lleva 26 años en España, después de rechazar la llamada del ejército iraquí durante la guerra contra Irán. Hace poco, ha recibido la Medalla de Honor de la Ciudad de Barcelona por su batalla a favor de la paz, los Derechos Humanos y en contra de las injusticias cometidas en Irak.

Nadie en Europa parecía tener dudas sobre cuál sería el veredicto de la primera de las sentencias que recaerá sobre Sadam. Sin embargo, no estaba tan clara cual sería la condena. El que la vío muy clara es Pius Alibek. Mientras atiende las reservas de su prestigioso restaurante de comida iraquí Mesopotamia, Alibek responde a nuestras preguntas con la misma seguridad con la que observa la situación. “El proceso de Sadam es una farsa, una pantomima. Se alargará y se alargará. Nunca habrá condena”, pronostica. “Sadam no será ejecutado. Morirá en la cárcel, porque es lo que interesa a EE UU”.

El falso proceso

Alibek, de 51 años, bromea sobre su situación en España. “Llevo 25 años aquí y desde el principio mi situación es mucho más legal que el proceso de Sadam”. Y afirma: “Ni por los iraquíes, ni por los americanos. Si Sadam Hussein ha cometido crímenes contra la humanidad, debería ser juzgado fuera de Irak y por un Tribunal Penal Internacional”. El Consejo de la Abogacía Europea (CCBE) es de la misma opinión, y ya solicitó en julio del año pasado que el proceso se celebrase fuera de Irak, pues la situación que vive el país imposibilita garantizar la seguridad y crear una atmósfera libre de toda intimidación o coerción. Su recomendación cayó en saco roto. Varios abogados de la defensa han sido asesinados, el juez que presidía el proceso hasta hace unos meses dimitió por presiones de la opinión pública y uno de los jueces actuales ha sido acusado de favorecer a la defensa.

Los juristas especialistas coinciden en que el proceso de Sadam Hussein viola las leyes más básicas reconocidas por el derecho internacional penal. El tribunal está constituido por conocidos enemigos de Sadam, lo que los inhabilita para juzgarlo, y cuyas identidades son a menudo anónimas, lo cual convierte al tribunal en un “tribunal de fantasmas”. El acusado no ha podido elegir libremente a sus abogados, y el juicio, que se supone público, sólo lo es parcialmente. “Cortan el sonido de la sala cuando les interesa. Dejan que se oiga lo que quieren que se oiga”, asegura Alibek en castellano con acento catalán. Algo parecido al Gran Hermano.

¿Qué pinta Europa en todo esto?

Por desgracia, los gobiernos europeos han hecho poco para intentar lograr un juicio justo. Tampoco la Unión Europea, que en su Programa de Asistencia a Irak del año 2006 no hace la más mínima mención al proceso. El único que ha participado ha sido el Reino Unido. El gobierno de Tony Blair proporcionó durante un año la formación a los jueces del tribunal, mientras que la defensa gozó de seis semanas.

Algunas ONG como Human Rights Watch han denunciado la situación. También lo hace Pius Alibek, que además de iraquí se confiesa catalán, español y europeo de corazón.

Al margen de los ciudadanos, algunos gobiernos europeos mantienen sus tropas allí, como Dinamarca, Estonia, Lituania, Republica Checa, Eslovaquia, Rumania o el Reino Unido. Italia y Polonia van a retirar sus tropas a final de año, mientras países como Hungría, España, Portugal, Holanda y Noruega ya las retiraron. Todos han contribuido un poco a dejar el país en un estado peor del que se encontraba, según Alibek: “Sadam era un dictador, pero es imposible que Irak esté nunca ni haya estado nunca peor de cómo ahora se encuentra”.

Objetivo cristiano: islamizar la región

Sin embargo, al contrario de lo que la mayoría de los europeos piensan, los planes de la administración Bush en Irak irían viento en popa, sostiene nuestro entrevistado: “Se trata de una idea muy vieja que consiste en islamizar la región”.

“La idea no consiste en atacar el islam en los países en los que está presente, sino todo lo contrario: hacer la guerra a Estados laicos o con comunidades cristianas, con una idiosincrasia cultural semejante a la de Irak, con el objetivo de revolver la sociedad, fomentar guerrillas, hacer que surjan la violencia y el terrorismo y que lo hagan tras la bandera del islam más radical.” Con dos ventajas: que sería más fácil para Occidente acusar a un enemigo que se defiende tras la bandera de Alá, y que así Israel se consolidaría cada vez más como el único Estado no musulmán de la región, y por tanto como único refuerzo y punto de apoyo para lograr la estabilidad. “Gracias a este plan se habrá logrado asociar la violencia con el Islam.” Por todo esto, el cristiano Alibek pronostica que tras Irak y Líbano los próximos objetivos no serían Estados musulmanes como Irán. Contra lo que la mayoría de la gente piensa, serían Siria o Jordania, para instaurar el islamismo radical y que crezcan las guerras civiles y el terrorismo.

La sentencia

Por último, Alibek está convencido de que los juicios de Sadam se prolongarán hasta que Sadam muera en la cárcel. Todo ello como estrategia de marketing político-militar para mantener viva la imagen del dictador. “La gente olvida rápido” –sentencia este cocinero–, “por eso hay que dejar vivo a Sadam el mayor tiempo posible”. Lo mismo sucede con Bin Laden. Mientras personajes como estos permanezcan vivos en la retina pública, habrá alguien contra quien proyectar el odio colectivo y poder justificar las invasiones y las guerras.