Pescadores de Europa: profesión en peligro de extinción
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Inmaculada Pérez Parra“¡Pescado fresco del país!” ¿Se seguirá escuchando todavía esta exclamación dentro de algunos años? En todo caso, hay por qué inquietarse, a juzgar por la situación del sector pesquero en Europa.
Aunque suben los precios del gasóleo, la Unión Europea acaba de fijar nuevas cuotas restrictivas para la pesca. La profesión está encallada y se esfuerza para que se oiga su voz.
Bruselas: ¡sí a la ayuda gubernamental, no al recorte de las cuotas de pesca!
El 17 de junio de 2008, frente a las quejas de los ministros de pesca francés, español, italiano, griego, portugués, maltés y esloveno, la Comisión Europea, bastante estricta con las iniciativas nacionales que intentan influir en la política común de pesca, ha accedido finalmente a las peticiones de los gobiernos nacionales para la prestación de ayudas de urgencia para los pescadores. El límite de las ayudas para cada empresa pesquera oscila entre los 30.000 y los 100.000 euros. La culpa de esta medida de urgencia es de la subida del precio de los carburantes, que causa estragos en este sector, ya en dificultades desde hace varios años. Los pescadores franceses, por ejemplo, dedicaban un 15% de sus ganacias al petróleo en 2004, mientras que el gasto en carburantes ascendía al 30% a final del 2007, y cerca del 50% hoy en día.
Sin embargo, cualquier otra medida, en particular las que permiten la puesta en marcha de instrumentos de estabilización del mercado del petróleo, ha sido rechazada hasta el momento por la Comisión. Además, a pesar de insistentes protestas de París, Madrid y Roma sobre el parón decidido el 17 de junio de la pesca de atún rojo mediterráneo; Joe Borg, el Comisario Europeo de Pesca, se muestra firme: “no se puede esperar en serio que la Comisión examine las demandas mal infundadas de replantear las cuotas”, con la sospecha además de que algunos atuneros no declaran todas sus capturas. Si la influencia de los gobiernos es tan limitada, ¿cómo conseguir que se oiga la voz de los pescadores?
¿Un método de reclamación realmente eficaz?
El rechazo de Bruselas de la mayor parte de las proposiciones formuladas por los gobiernos nacionales para salir de la crisis, especialmente de Francia, plantea la cuestión de la influencia de un solo país sobre la política a escala europea. En efecto, si la decisión final pertenece a Bruselas, parece indispensable para los pescadores que quieran hacer oír su reivindicación que hablen con una voz común, directamente a instancias europeas, mediante la intermediación de organizaciones profesionales transnacionales. Ahora bien, se han observado carencias en términos de organización y de acuerdo sobre las soluciones que hay que adoptar.
Desorganización en la representatividad, primero. Se ha visto que las organizaciones profesionales de pescadores, como Cepesca en España, han montado operaciones de bloqueo en varios países, y han reclamado ayudas, principalmente financieras, a sus gobiernos. Sin embargo, no ha habido iniciativas a nivel europeo, con el fin de enviar un mensaje único a Bruselas. La única organización de pescadores de dimensión europea, Europêche, se disoció del movimiento de protesta el 4 de junio de 2008 en Bruselas, que terminó con la detención de 74 pescadores.
Ayudas gubernamentales cortas de miras
Desacuerdo en el fondo, después. Se ven, en efecto, dos grandes tendencias para que el sector pesquero salga de la crisis. En la Europa llamada del sur, especialmente en Francia y en España (que representan por sí solas más de la tercera parte de la flota de la Unión en términos de tonelaje), se opta por las ayudas gubernamentales al sector, principalmente para limitar el impacto del precio del petróleo en el volumen de negocio de las empresas pesqueras.
Medidas de urgencia eficaces por ahora, pero de impacto limitado a largo plazo. En los países del norte de Europa como Dinamarca, se ha privilegiado la repercusión del alta de los precios del gasóleo sobre el consumidor, simplemente vendiendo el pescado más caro. Esta solución tiene como ventaja que no modifica la política fiscal de Bruselas. Sin embargo, además de que esta proposición va en contra del programa económico de numerosos países europeos, centrados en el poder adquisitivo de los consumidores, la subida de los precios del gasóleo es tal, que esta solución no puede aplicarse de forma duradera.
Soluciones estructurales, por favor
“La solución, la verdadera, es estructural, no conyuntural”, declara Christian Buchet, director del Centro de Estudios del Mar del Instituto Católico de París. Mejor que hablar de subvenciones o de aumentos de precios, es necesario afrontar reformas estructurales del sector pesquero europeo, que sufren según Joe Borg, “un círculo vicioso de sobrecapacidad, de sobrepesca y de rentabilidad declinante”. Con este fin, la Comisión desea facilitar las ayudas destinadas a equipar los navíos de pesca con motores que economicen carburante. Otra medida indispensable: ayudar a que los pescadores obtengan precios más elevados para sus capturas de los intermediarios y distribuidores. Cuando se observan diferencias de uno a diez entre el precio a que se compra el pescado a los pescadores y el precio al que se vende al consumidor, hay que hacerse algunas preguntas.
Sin embargo, a pesar de estas medidas, parece indispensable de todas formas que disminuya la flota europea. ¿Va a convertirse en marginal la pesca, hasta reducirse a una atracción turística, parte integrante del folclore de las zonas costeras europeas, o sabrá adaptarse a los cambios radicales que le impone la crisis actual? De todas maneras, Europa deberá encontrar una solución común, sobre todo sobre el precio del petróleo, antes de que estos fenómenos de crisis ligados a la energía contaminen al resto de la economía. Otras profesiones, como los camioneros, ya se están movilizando…
Translated from Marin pêcheur, la fin d’une profession en Europe ?